Miro rápidamente en la gente sus bondades antes que sus pecados. Los pecados los tienen muchos, las bondades muy pocos.
Los buenos políticos y sus actuaciones siempre estarán en la mira permanente de sus enemigos, que son muy pocos en este caso, pero como son los dominantes y para no perder espacio, son quienes están siempre alertas para buscarle la más mínima expresión al loable trabajo de este amigo, de gran experiencia y manejo en lo público, desmantelando por cualquier medio que justifique falsedades para destruir el rumbo de las bondades logradas en una campaña de mucha sensibilidad social y de muchos años de sacrificios.
Normalmente dentro de las confrontaciones políticas, quienes no tienen asidero de triunfo, pues sus ideas no calan dentro de la estructura total de una organización, la sublevación sale a relucir a través de la información y desinformación con vallas, panfletos, redes sociales de moda, donde la calumnia predomina y aún con la movilización de las clases populares lo hacen para tratar de imponer sus ideas a través del miedo, y en sus métodos de desprestigio la invención de temas absurdos los satanizan para mantener vivas las voluntades ajenas, muchas perdidas en la ignorancia, y culpar al adversario de todos los males reales e imaginarios. Así están obrando uno que otro de los rivales mediocres en esta contienda que enfrenta mi amigo Ernesto a la alcaldía de Valledupar.
Miro rápidamente en la gente sus bondades antes que sus pecados. Los pecados los tienen muchos, las bondades muy pocos.
Después de análisis rigurosos de su impresionante campaña donde lágrimas de afecto le he visto brotar de sus ojos por su sentido de pertenencia por esta tierra, su tierra, no de otros, no me queda más remedio que resaltar lo ya conocido de mucho tiempo atrás, pues me gusta hacer referencia sobre las cosas buenas que hace la gente noble sobre el entorno en que vive, consiguiendo ante este el aprecio general por mucho mal ambiente que se le haga, solo como muestra de menosprecio en las escalas políticas por los predicadores y practicantes del conflicto en pro de mantener el ambiente bajo las guerras frías, que solo propician las divisiones eternas dentro de aquellas sociedades que buscan en forma permanente progreso y bienestar bajo el tinglado político.
Me gusta comentar los actos buenos de la gente servicial antes que sus pecados, pues de estos, si son del alma se ocupa Dios, y si son contra la comunidad la justicia es la encargada, y no un vulgo que bajo el capricho y dirección de unos cuantos malversadores, quieran involucrarlo a grupos políticos y familiares que nada han tenido que ver con su pujanza política, valiéndose en temas que no les dicta la razón sino la enfermedad de la envidia, bajo el demérito de los actos buenos con el realce de las cosas anómalas que les impute una falsa clase con apetito de dominio obsesivo, para quienes vale más el chisme que los verdaderos procesos que practique la justicia ordinaria.
He analizado en Ernesto algo que, cuando lo oigo hablar, veo que en él asoma en todas sus expresiones el carácter y personalidad política cuando sus ideas demócratas marcan las pautas en cualquier actividad que tenga que ver con la estabilidad económica y emocional del pueblo.Dónde hay gente sensible, ni el odio ni las tonterías caben.
Para mí el fin no justifica los medios y bajo esta premisa me gusta comentar los actos buenos de la gente de corazón noble, los actos malos que pesen sobre estos, si verdaderamente existen, las rigurosas investigaciones y comprobaciones del caso deben quedar a mano de la justicia de los justos y no de los replicadores dolosos que encienden las malezas para propagar las desdichas.
Por tal motivo prefiero a Ernesto sin subestimar a otros candidatos y candidatas con don de gente, ante aquellos mediocres, con programas imposibles, propagadores de resentimientos sociales frutos de conflictos, cuyo objetivo es que las confrontaciones y divisiones permanezcan vivas en el ambiente para así ocultar a los verdaderos abusadores del sentimiento social humanitario.
El odio político se manifiesta a menudo, en discursos cargados de polarización, propagandas descalificadoras y deshumanizantes por eso le pido a este amigo que siga adelante, defiéndase de los huracanes con las corazas más efectivas que tienen los hombres nobles: su tolerancia, su dignidad y su discreción y eso lo lleva usted en la sangre y lo llevará a la victoria.
Cuando escribo, como siempre, lo hago con la intención de llevar a quienes me leen alguna enseñanza, en donde realzar los verdaderos valores humanos, la sensibilidad social y el sentido común como parte de mi pensamiento, es la meta para erradicar los valores negativos; por ello escribo y solo por ello escribo, y sé que poco a poco se verán los resultados en la medida en que toque la parte racional de las personas que me leen y les domina la templanza y entre ellas siempre estarán mis buenos amigos y esto me hace sentir tranquilo, como digo en uno de mis recientes poemas…….
Para poder seguir viviendo
lo que siempre he vivido,
y poder seguir teniendo
lo que siempre he tenido
Unos amigos, una familia,
una mujer, un hogar con cuatro hijos
y que mis años viejos no se guarden
en los rincones del olvido.
Por: Fausto Cotes N.
Miro rápidamente en la gente sus bondades antes que sus pecados. Los pecados los tienen muchos, las bondades muy pocos.
Los buenos políticos y sus actuaciones siempre estarán en la mira permanente de sus enemigos, que son muy pocos en este caso, pero como son los dominantes y para no perder espacio, son quienes están siempre alertas para buscarle la más mínima expresión al loable trabajo de este amigo, de gran experiencia y manejo en lo público, desmantelando por cualquier medio que justifique falsedades para destruir el rumbo de las bondades logradas en una campaña de mucha sensibilidad social y de muchos años de sacrificios.
Normalmente dentro de las confrontaciones políticas, quienes no tienen asidero de triunfo, pues sus ideas no calan dentro de la estructura total de una organización, la sublevación sale a relucir a través de la información y desinformación con vallas, panfletos, redes sociales de moda, donde la calumnia predomina y aún con la movilización de las clases populares lo hacen para tratar de imponer sus ideas a través del miedo, y en sus métodos de desprestigio la invención de temas absurdos los satanizan para mantener vivas las voluntades ajenas, muchas perdidas en la ignorancia, y culpar al adversario de todos los males reales e imaginarios. Así están obrando uno que otro de los rivales mediocres en esta contienda que enfrenta mi amigo Ernesto a la alcaldía de Valledupar.
Miro rápidamente en la gente sus bondades antes que sus pecados. Los pecados los tienen muchos, las bondades muy pocos.
Después de análisis rigurosos de su impresionante campaña donde lágrimas de afecto le he visto brotar de sus ojos por su sentido de pertenencia por esta tierra, su tierra, no de otros, no me queda más remedio que resaltar lo ya conocido de mucho tiempo atrás, pues me gusta hacer referencia sobre las cosas buenas que hace la gente noble sobre el entorno en que vive, consiguiendo ante este el aprecio general por mucho mal ambiente que se le haga, solo como muestra de menosprecio en las escalas políticas por los predicadores y practicantes del conflicto en pro de mantener el ambiente bajo las guerras frías, que solo propician las divisiones eternas dentro de aquellas sociedades que buscan en forma permanente progreso y bienestar bajo el tinglado político.
Me gusta comentar los actos buenos de la gente servicial antes que sus pecados, pues de estos, si son del alma se ocupa Dios, y si son contra la comunidad la justicia es la encargada, y no un vulgo que bajo el capricho y dirección de unos cuantos malversadores, quieran involucrarlo a grupos políticos y familiares que nada han tenido que ver con su pujanza política, valiéndose en temas que no les dicta la razón sino la enfermedad de la envidia, bajo el demérito de los actos buenos con el realce de las cosas anómalas que les impute una falsa clase con apetito de dominio obsesivo, para quienes vale más el chisme que los verdaderos procesos que practique la justicia ordinaria.
He analizado en Ernesto algo que, cuando lo oigo hablar, veo que en él asoma en todas sus expresiones el carácter y personalidad política cuando sus ideas demócratas marcan las pautas en cualquier actividad que tenga que ver con la estabilidad económica y emocional del pueblo.Dónde hay gente sensible, ni el odio ni las tonterías caben.
Para mí el fin no justifica los medios y bajo esta premisa me gusta comentar los actos buenos de la gente de corazón noble, los actos malos que pesen sobre estos, si verdaderamente existen, las rigurosas investigaciones y comprobaciones del caso deben quedar a mano de la justicia de los justos y no de los replicadores dolosos que encienden las malezas para propagar las desdichas.
Por tal motivo prefiero a Ernesto sin subestimar a otros candidatos y candidatas con don de gente, ante aquellos mediocres, con programas imposibles, propagadores de resentimientos sociales frutos de conflictos, cuyo objetivo es que las confrontaciones y divisiones permanezcan vivas en el ambiente para así ocultar a los verdaderos abusadores del sentimiento social humanitario.
El odio político se manifiesta a menudo, en discursos cargados de polarización, propagandas descalificadoras y deshumanizantes por eso le pido a este amigo que siga adelante, defiéndase de los huracanes con las corazas más efectivas que tienen los hombres nobles: su tolerancia, su dignidad y su discreción y eso lo lleva usted en la sangre y lo llevará a la victoria.
Cuando escribo, como siempre, lo hago con la intención de llevar a quienes me leen alguna enseñanza, en donde realzar los verdaderos valores humanos, la sensibilidad social y el sentido común como parte de mi pensamiento, es la meta para erradicar los valores negativos; por ello escribo y solo por ello escribo, y sé que poco a poco se verán los resultados en la medida en que toque la parte racional de las personas que me leen y les domina la templanza y entre ellas siempre estarán mis buenos amigos y esto me hace sentir tranquilo, como digo en uno de mis recientes poemas…….
Para poder seguir viviendo
lo que siempre he vivido,
y poder seguir teniendo
lo que siempre he tenido
Unos amigos, una familia,
una mujer, un hogar con cuatro hijos
y que mis años viejos no se guarden
en los rincones del olvido.
Por: Fausto Cotes N.