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Columnista - 12 noviembre, 2021

Por el bien del Valle, aunque no me lean

Se cansarán los pocos lectores que tengo, pero yo insistiré y correré el riesgo de quedar sin quien me lea y esa, posiblemente, será la razón por la cual deje de escribir esta columna, labor en la que ya llevo 20 años, que es un tiempo significativo. Son muy pocos los compañeros que tratan sobre […]

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Se cansarán los pocos lectores que tengo, pero yo insistiré y correré el riesgo de quedar sin quien me lea y esa, posiblemente, será la razón por la cual deje de escribir esta columna, labor en la que ya llevo 20 años, que es un tiempo significativo.

Son muy pocos los compañeros que tratan sobre los problemas cotidianos de esta ciudad, cada uno tiene su especialidad, empírica o académica: Napoleón es un experto en cifras y porcentajes, y una autoridad sobre política izquierdista; mi tocayo Romero Churio ni se diga, en algo se parece a Napo; Hugo Mendoza ha hecho de su columna una cátedra de Derecho; Edgardo está dando gusto con sus variedades que entretienen y agradan; Jacobo Solano, que de paso felicito por ser el más leído, reparte palo a diestra y siniestra, que es lo que le gusta a la gente; Antonio y Eduardo siempre acertados y siempre tirando para la zurda; Fausto Cotes se luce con novedosas ideas, al igual que los demás, pero Safady es inagotable, más que todo cuando se adorna con su cherchita, para él también mis felicitaciones.

El tema cansón es que el ruido, la basura y la movilidad están acabando con la tranquilidad y la salud en el Valle ante la mirada indiferente de la Policía, que es la encargada de vigilar y hacer cumplir las leyes que al respecto existen. 

 Invito al señor comandante de la Policía, al secretario de Gobierno y al director de Tránsito por un ratico al centro de la ciudad, especialmente por Cinco Esquinas; eso es un desastre, todos los almacenes tienen un parlante con el volumen altísimo y los policías no saben, porque me lo dijeron, que eso está prohibido; en la calle 18 y carrera 8, los comerciantes han sacado a los andenes cientos de colchones y variedades de muebles, y cuánta vaina hay, obligando al peatón a lanzarse a la calle, exponiéndose a que lo atropelle un carro; de carros para qué hablar, eso es un desastre, un mierdero, el caos total, todos hacemos lo que nos da la gana y si no lo cree, señor director de Tránsito, haga un recorrido por el Centro y verá que en la calle 16B, las motos cerraron las vías y en la calle 10, por el reconocido Almacén Punto Rojo, no se puede ir porque los carros se cuadran de lado y lado, y hasta en el centro, lo que amerita que se siga en la labor de ponerle a las calles y carreras una sola vía cuando sea necesario, pues esto ya no es un pueblo, es una ciudad. 

Y para qué hablar de la basura, ese es un cáncer que día a día crece sin que los carromuleros, que son los causantes, tengan ningún control. ¿Y quién controlará esas anomalías?, pues lógicamente que la Policía, pero sus agentes o son insuficientes o no reciben la orden tajante de sus jefes.

 ¡Por Dios, coronel! Colabore con la administración municipal y no permita esos basureros repugnantes y nocivos para la salud, lo mismo que los altoparlantes y el pocón de mercancías en los andenes. ¿Será que es muy difícil? Yo no creo, pero secretario Galvis, intervenga usted también.

Horrible y peligroso el cráter que hay en la carrera Novena por los lados de Cicolac, ya que esta es una vía rápida y en cualquier momento puede haber una tragedia de consecuencias impredecibles. Señor, secretario de Obras Públicas, dé una vueltecita, constátelo y manos a la obra. Si estos temas aburren a mis lectores, lo siento, no me lean, pero insistiré en ellos porque quiero mucho a este ‘Valle’ que me ha dado todo.

Columnista
12 noviembre, 2021

Por el bien del Valle, aunque no me lean

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Se cansarán los pocos lectores que tengo, pero yo insistiré y correré el riesgo de quedar sin quien me lea y esa, posiblemente, será la razón por la cual deje de escribir esta columna, labor en la que ya llevo 20 años, que es un tiempo significativo. Son muy pocos los compañeros que tratan sobre […]


Se cansarán los pocos lectores que tengo, pero yo insistiré y correré el riesgo de quedar sin quien me lea y esa, posiblemente, será la razón por la cual deje de escribir esta columna, labor en la que ya llevo 20 años, que es un tiempo significativo.

Son muy pocos los compañeros que tratan sobre los problemas cotidianos de esta ciudad, cada uno tiene su especialidad, empírica o académica: Napoleón es un experto en cifras y porcentajes, y una autoridad sobre política izquierdista; mi tocayo Romero Churio ni se diga, en algo se parece a Napo; Hugo Mendoza ha hecho de su columna una cátedra de Derecho; Edgardo está dando gusto con sus variedades que entretienen y agradan; Jacobo Solano, que de paso felicito por ser el más leído, reparte palo a diestra y siniestra, que es lo que le gusta a la gente; Antonio y Eduardo siempre acertados y siempre tirando para la zurda; Fausto Cotes se luce con novedosas ideas, al igual que los demás, pero Safady es inagotable, más que todo cuando se adorna con su cherchita, para él también mis felicitaciones.

El tema cansón es que el ruido, la basura y la movilidad están acabando con la tranquilidad y la salud en el Valle ante la mirada indiferente de la Policía, que es la encargada de vigilar y hacer cumplir las leyes que al respecto existen. 

 Invito al señor comandante de la Policía, al secretario de Gobierno y al director de Tránsito por un ratico al centro de la ciudad, especialmente por Cinco Esquinas; eso es un desastre, todos los almacenes tienen un parlante con el volumen altísimo y los policías no saben, porque me lo dijeron, que eso está prohibido; en la calle 18 y carrera 8, los comerciantes han sacado a los andenes cientos de colchones y variedades de muebles, y cuánta vaina hay, obligando al peatón a lanzarse a la calle, exponiéndose a que lo atropelle un carro; de carros para qué hablar, eso es un desastre, un mierdero, el caos total, todos hacemos lo que nos da la gana y si no lo cree, señor director de Tránsito, haga un recorrido por el Centro y verá que en la calle 16B, las motos cerraron las vías y en la calle 10, por el reconocido Almacén Punto Rojo, no se puede ir porque los carros se cuadran de lado y lado, y hasta en el centro, lo que amerita que se siga en la labor de ponerle a las calles y carreras una sola vía cuando sea necesario, pues esto ya no es un pueblo, es una ciudad. 

Y para qué hablar de la basura, ese es un cáncer que día a día crece sin que los carromuleros, que son los causantes, tengan ningún control. ¿Y quién controlará esas anomalías?, pues lógicamente que la Policía, pero sus agentes o son insuficientes o no reciben la orden tajante de sus jefes.

 ¡Por Dios, coronel! Colabore con la administración municipal y no permita esos basureros repugnantes y nocivos para la salud, lo mismo que los altoparlantes y el pocón de mercancías en los andenes. ¿Será que es muy difícil? Yo no creo, pero secretario Galvis, intervenga usted también.

Horrible y peligroso el cráter que hay en la carrera Novena por los lados de Cicolac, ya que esta es una vía rápida y en cualquier momento puede haber una tragedia de consecuencias impredecibles. Señor, secretario de Obras Públicas, dé una vueltecita, constátelo y manos a la obra. Si estos temas aburren a mis lectores, lo siento, no me lean, pero insistiré en ellos porque quiero mucho a este ‘Valle’ que me ha dado todo.