Por Leonardo Maya Amaya

Generalmente los amantes parten al amanecer, los valientes llegan al anochecer pero los que aman no llegan ni parten. Están siempre.

Te equivocaste

Entraste impetuosa como viento huracanado a los años de mi adolescencia,
todo se esfumó y reinaste solo tú,
el amor fue tanto que el mismo sol se estremecía al vernos.
Los años se han ido con tus vientos pero algo de ti tira de mi con el tiempo detenido,
nosotros ya no somos los mismos – o tal vez sí.
De aquellos años queda tu aroma manso de la mañana tierna, la canción sentida que se apagó despacio.
Eres la suave brisa que deja el aleteo de la mariposa al pasar y un amago de ti siempre me acecha en mis caminos.
Cada paso que di en mi intento de olvidarte era uno más que me acercaba a tu recuerdo.
Ya lo vez, no te has ido del todo.
Te equivocaste al pensar que había dejado de amarte.

Ven conmigo

Por qué me escondes ese amor que se te escapa de adentro
Imposible ocultar a mis ojos tu sol de medio día
Cada tarde te pareces más a lo que ocultas
Tu mirada te delata y lo sé comprender.
No lo ocultes más, soy tu guerrero
Dímelo a mí que se guardar tus secretos
Tú eres la princesa que reina en mis silencios
Ven conmigo golondrina de fuego
Partiremos al amanecer
Se valiente como el prófugo que rompe su celdal
Yo te ofrezco mi vida, mi amor, mis victorias
Deja en mi alma el recuerdo de la mujer que marchó conmigo al exilio
Yo jamás detendré mi marcha si tus ojos me guían
Con mis manos borraré todos los caminos
Para nunca regresar
Por ti seré el guerrero que rompió sus naves
Para no volver nunca jamás.
“Del libro Palabras de Amor”