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Columnista - 26 enero, 2013

Pobre Valledupar

Pobre Valledupar, es el decir del común de sus gentes, porque además de soportar la ineficacia de sus dirigentes, ahora tenemos que aguantar la delincuencia general que ha llegado hasta el punto de atentar contra los bienes públicos

 

Por Nuris Pardo Conrado

 

Pobre Valledupar, es el decir del común de sus gentes, porque además de soportar la ineficacia de sus dirigentes, ahora tenemos que aguantar la delincuencia general que ha llegado hasta el punto de atentar contra los bienes públicos, según se desprende de las afirmaciones hechas por el gerente de Emdupar, en el sentido que manos criminales buscando no se sabe qué tratan de dejar sin fluido de agua a la comunidad, líquido vital para el desarrollo de la ciudad, obstaculizando el sistema de las redes del acueducto, sin contar con aquellos indolentes que se han robado año tras año el patrimonio en todo sentido, negándonos la posibilidad de inversiones para suplir las necesidades básicas insatisfechas, la evasión de impuestos y otras tantas cosas que no alcanzamos a señalar y aquellas que no nos hemos enterado.

 

El fin de semana pasado, nos despertamos con la terrorífica noticia del saboteo a las redes del acueducto de la empresa de servicios públicos de Valledupar, ¿pero qué se busca con estos hechos, atentando contra quiénes nada tienen que ver en este asunto, condenando la ciudad a una sequía inmerecida como la que soportamos quienes residimos en los sectoes populares, donde se paga el servicio pero no se recibe, quienes están detrás de todo ese acto, se justifica este saboteo para acabar con el patrimonio de todos los vallenatos?.

 

Pobre Valledupar, hemos sido estigmatizados por tanta violencia e inseguridad, llevándole ha bajar hasta los renglones más penosos como ciudad, el ente territorial se encuentra estancado, por igual nuestra ciudad se ha deteriorado por la falta de inversión. Las pocas obras que se le han hecho ha sido por parte del gobierno departamental, a veces contra oposiciones reiteradas a las mismas, recordemos que en tempos pasados los municipios que componen la geografía del Cesar diferente a la capital se quejaban precisamente porque el 40% de la inversión era para Valledupar, y qué ironía, hoy es todo lo contrario, es un honor vivir en los barrios populares ya que el centro es un área donde no existe control de ninguna especie, asunto éste que no hace parte de la discusión de los dirigentes quienes se pelean el poder, acusaciones vienen y van, pero más con el fin de evadir responsabilidad que para encarar las mismas.

 

Las obras que le corresponde hacer el municipio para el Sistema estratégico de transporte público están paralizadas, casi que en veremos, porque hasta ver no creer, ya que a quien le corresponde no ha mostrado interés en ese asunto, asumiendo una postura de dejar hacer por no obrar, está bien que no se tengan recursos, pero todo no puede ser heredable y el que nada tiene está llamado a buscar lo que necesita, igualmente no ha tratado de ponerse de acuerdo con su homólogo departamental para hacer fuerza hacia un mismo lado, la misma ley natural nos indica que dos empujan más que uno, notándose el deseo que se tiene por el departamento para contribuir al programa de ciudades amables y que es único en este género en el país.

 

Pobre Valledupar, lo que faltaba en vez de trasladar la famosa “tramacua”, hoy por el contrario se habla de su ampliación, lo que traerá desde luego más delincuentes en la ciudad y por ende el aumento de las acciones dolosas de todos cuantos llegan y se quedan por que si se han amañado, la gente con calidades que vienen a constituir patria con su paz y su trabajo, mayor será para aquellos bandidos los cuales piensan es en lo malo y que gozan a sus anchas y panchas de lo que aquí tenemos, además en el nivel central se han dado cuenta que nos hemos convertidos en torpes, todos vienen y nos imponen lo que quieren sin importar que es lo que verdaderamente necesitamos, sin tener conocimiento real que lo que nos azota son todos los males que han sido peor que las siete plagas de Egipto, ningún poder del Estado ha tratado de solucionar y el pueblo en general no ha avizorado una estrategia para combatirlos, aunque todo no se le debe dejar a las autoridades, sino constituir un frente común donde seamos todos ganadores y los derrotados esos que siempre han querido lo peor, a los cuales es fácil de identificar ya que todo el mundo sabe quiénes son, dónde están, qué hacen y para qué.

 

Pobre municipio porque el egoísmo de nuestros gobernantes cada día nos atrasa más, en campañas políticas son la pareja ideal, pero cuando ya están posesionados el ego, la prepotencia, la arrogancia no los dejan tratarse como personas civilizadas, analizar las necesidades, priorizar la inversión, escucharse mutuamente, y tomar acertadas decisiones que tengan como fin la prosperidad del municipio. Vivan nuestros juglares, vivan nuestros hombres de valentía, viva la memoria histórica de nuestro departamento, pero nosotros también tenemos derecho a una ciudad más amable, que todos entendamos que somos una ciudad valerosa y si no entramos a defenderla nos recordarán a futuro como la Sodoma o Gomorra pecaminosa y vandálica. Pobre ciudad de los Santos Reyes, pues el espectáculo que presenciamos el martes por todas las redes sociales sobre el enfrentamiento de la administración departamental con la municipal por una inversión, nos volverá a sumir en cuatro años a cero avances. Qué tristeza, vuelve y se repite la historia. Pobre ciudad sometida a lo que no merece y además un atraso que ni quien lo ve lo cree, ya no es la sorpresa caribe por sus virtudes, sino por las falencias que padece.


 

Columnista
26 enero, 2013

Pobre Valledupar

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Nurys Pardo Conrado

Pobre Valledupar, es el decir del común de sus gentes, porque además de soportar la ineficacia de sus dirigentes, ahora tenemos que aguantar la delincuencia general que ha llegado hasta el punto de atentar contra los bienes públicos


 

Por Nuris Pardo Conrado

 

Pobre Valledupar, es el decir del común de sus gentes, porque además de soportar la ineficacia de sus dirigentes, ahora tenemos que aguantar la delincuencia general que ha llegado hasta el punto de atentar contra los bienes públicos, según se desprende de las afirmaciones hechas por el gerente de Emdupar, en el sentido que manos criminales buscando no se sabe qué tratan de dejar sin fluido de agua a la comunidad, líquido vital para el desarrollo de la ciudad, obstaculizando el sistema de las redes del acueducto, sin contar con aquellos indolentes que se han robado año tras año el patrimonio en todo sentido, negándonos la posibilidad de inversiones para suplir las necesidades básicas insatisfechas, la evasión de impuestos y otras tantas cosas que no alcanzamos a señalar y aquellas que no nos hemos enterado.

 

El fin de semana pasado, nos despertamos con la terrorífica noticia del saboteo a las redes del acueducto de la empresa de servicios públicos de Valledupar, ¿pero qué se busca con estos hechos, atentando contra quiénes nada tienen que ver en este asunto, condenando la ciudad a una sequía inmerecida como la que soportamos quienes residimos en los sectoes populares, donde se paga el servicio pero no se recibe, quienes están detrás de todo ese acto, se justifica este saboteo para acabar con el patrimonio de todos los vallenatos?.

 

Pobre Valledupar, hemos sido estigmatizados por tanta violencia e inseguridad, llevándole ha bajar hasta los renglones más penosos como ciudad, el ente territorial se encuentra estancado, por igual nuestra ciudad se ha deteriorado por la falta de inversión. Las pocas obras que se le han hecho ha sido por parte del gobierno departamental, a veces contra oposiciones reiteradas a las mismas, recordemos que en tempos pasados los municipios que componen la geografía del Cesar diferente a la capital se quejaban precisamente porque el 40% de la inversión era para Valledupar, y qué ironía, hoy es todo lo contrario, es un honor vivir en los barrios populares ya que el centro es un área donde no existe control de ninguna especie, asunto éste que no hace parte de la discusión de los dirigentes quienes se pelean el poder, acusaciones vienen y van, pero más con el fin de evadir responsabilidad que para encarar las mismas.

 

Las obras que le corresponde hacer el municipio para el Sistema estratégico de transporte público están paralizadas, casi que en veremos, porque hasta ver no creer, ya que a quien le corresponde no ha mostrado interés en ese asunto, asumiendo una postura de dejar hacer por no obrar, está bien que no se tengan recursos, pero todo no puede ser heredable y el que nada tiene está llamado a buscar lo que necesita, igualmente no ha tratado de ponerse de acuerdo con su homólogo departamental para hacer fuerza hacia un mismo lado, la misma ley natural nos indica que dos empujan más que uno, notándose el deseo que se tiene por el departamento para contribuir al programa de ciudades amables y que es único en este género en el país.

 

Pobre Valledupar, lo que faltaba en vez de trasladar la famosa “tramacua”, hoy por el contrario se habla de su ampliación, lo que traerá desde luego más delincuentes en la ciudad y por ende el aumento de las acciones dolosas de todos cuantos llegan y se quedan por que si se han amañado, la gente con calidades que vienen a constituir patria con su paz y su trabajo, mayor será para aquellos bandidos los cuales piensan es en lo malo y que gozan a sus anchas y panchas de lo que aquí tenemos, además en el nivel central se han dado cuenta que nos hemos convertidos en torpes, todos vienen y nos imponen lo que quieren sin importar que es lo que verdaderamente necesitamos, sin tener conocimiento real que lo que nos azota son todos los males que han sido peor que las siete plagas de Egipto, ningún poder del Estado ha tratado de solucionar y el pueblo en general no ha avizorado una estrategia para combatirlos, aunque todo no se le debe dejar a las autoridades, sino constituir un frente común donde seamos todos ganadores y los derrotados esos que siempre han querido lo peor, a los cuales es fácil de identificar ya que todo el mundo sabe quiénes son, dónde están, qué hacen y para qué.

 

Pobre municipio porque el egoísmo de nuestros gobernantes cada día nos atrasa más, en campañas políticas son la pareja ideal, pero cuando ya están posesionados el ego, la prepotencia, la arrogancia no los dejan tratarse como personas civilizadas, analizar las necesidades, priorizar la inversión, escucharse mutuamente, y tomar acertadas decisiones que tengan como fin la prosperidad del municipio. Vivan nuestros juglares, vivan nuestros hombres de valentía, viva la memoria histórica de nuestro departamento, pero nosotros también tenemos derecho a una ciudad más amable, que todos entendamos que somos una ciudad valerosa y si no entramos a defenderla nos recordarán a futuro como la Sodoma o Gomorra pecaminosa y vandálica. Pobre ciudad de los Santos Reyes, pues el espectáculo que presenciamos el martes por todas las redes sociales sobre el enfrentamiento de la administración departamental con la municipal por una inversión, nos volverá a sumir en cuatro años a cero avances. Qué tristeza, vuelve y se repite la historia. Pobre ciudad sometida a lo que no merece y además un atraso que ni quien lo ve lo cree, ya no es la sorpresa caribe por sus virtudes, sino por las falencias que padece.