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Columnista - 30 noviembre, 2021

Plagio

Congreso de la República, Jennifer Arias Falla, porque se afirma que hizo plagio en la tesis de una maestría que realizó en la Universidad Externado de Colombia. En primer lugar, debe anotarse que en Colombia no existe el delito de plagio con esa denominación -el vocablo no tiene registro en la legislación vigente- sino, por […]

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Congreso de la República, Jennifer Arias Falla, porque se afirma que hizo plagio en la tesis de una maestría que realizó en la Universidad Externado de Colombia.

En primer lugar, debe anotarse que en Colombia no existe el delito de plagio con esa denominación -el vocablo no tiene registro en la legislación vigente- sino, por ejemplo, delitos contra los derechos de autor, violación a los derechos morales de autor o violación a los derechos patrimoniales de autor y derechos conexos.

En segundo lugar, no hay seguridad de que haya o no plagiado su tesis la representante a la Cámara y su compañera de tesis, Leidy Largo; se trata de una exposición, con un colosal interés politiquero, para ventilar un asunto que tiene sus propios canales y escenario de verificación en el Externado.

En tercer lugar, la Universidad lo hizo y con mal trato divulgó los resultados del procedimiento de verificación de lo que pasó, paradójicamente utilizando una herramienta informática -seguramente turnitin- obvia para el protocolo de control frente a todo trabajo de investigación o académico para optar un título de postgrado.  

En cuarto lugar, la elaboración de tesis de grado en posgrados de especialización, maestría o doctorado, se ha convertido en un negocio lucrativo que se divulga como mercancía por todos los medios y redes sociales. Hay de todo, como en botica. Es un descaro.

En quinto lugar, en el plagio académico quien escribe no utiliza el mecanismo de las comillas o no referencia metodológicamente bien la fuente original de un trabajo que se presenta como su propia investigación o estudio. Lo que es lo mismo, usar el trabajo, las ideas, las reflexiones, las observaciones, las palabras o reparos de otro como si fueran propias, sin hacer constar que lo que se dice se dejó dicho por otro u otros. Hay que saber citar al autor de las ideas.

Una de las múltiples variantes del plagio, amén del copy and paste, es el plagio parafraseado, donde al rompe se observa fragmentos, pedazos de escritos de otros, mediante la mala práctica de reescritura con paráfrasis, aunque sea para procurar lograr una explicación más clara y comprensible o amigable para el lector.

En el caso Arias, su situación partidista, ser miembro del partido Centro Democrático, incidió en la forma de escrutinio público: un enjuiciamiento de incineración moral a una joven parlamentaria que intrépidamente quiere hacer protagonismo y se hizo flanco por el papayazo de un comprobado o no -aún- plagio. Y curiosamente atacada con más énfasis por las propias mujeres representantes a la Cámara. En jauría.

El trato del tema en las redes y medios es el reflejo exacto de conflagración moral y toda suerte de juicios éticos, hacia un asunto de común ocurrencia en el mundo académico, que debe investigarse con severidad al interior de esos escenarios naturales y no participar en las ejecuciones partidistas, porque las consecuencias y sanciones son de orden estrictamente académicas. Y existen mecanismos eficaces para este tipo de infracciones.

Se alude en el comunicado a la opinión pública del Externado que en la tesis de Arias aparece un plagio servil, es decir, burdo, donde hay una apropiación no inteligentemente simulada de la obra de otro. La presidente anda en el ojo de los huracanes, porque se advierte que también estuvo de jurado en el pasado Festival de la Leyenda Vallenata y dejó tempestuosa huella en la elección del rey vallenato. Sin gritos enfurecidos tiene derecho a las garantías constitucionales de defensa y al debido proceso. 

Columnista
30 noviembre, 2021

Plagio

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hugo Mendoza

Congreso de la República, Jennifer Arias Falla, porque se afirma que hizo plagio en la tesis de una maestría que realizó en la Universidad Externado de Colombia. En primer lugar, debe anotarse que en Colombia no existe el delito de plagio con esa denominación -el vocablo no tiene registro en la legislación vigente- sino, por […]


Congreso de la República, Jennifer Arias Falla, porque se afirma que hizo plagio en la tesis de una maestría que realizó en la Universidad Externado de Colombia.

En primer lugar, debe anotarse que en Colombia no existe el delito de plagio con esa denominación -el vocablo no tiene registro en la legislación vigente- sino, por ejemplo, delitos contra los derechos de autor, violación a los derechos morales de autor o violación a los derechos patrimoniales de autor y derechos conexos.

En segundo lugar, no hay seguridad de que haya o no plagiado su tesis la representante a la Cámara y su compañera de tesis, Leidy Largo; se trata de una exposición, con un colosal interés politiquero, para ventilar un asunto que tiene sus propios canales y escenario de verificación en el Externado.

En tercer lugar, la Universidad lo hizo y con mal trato divulgó los resultados del procedimiento de verificación de lo que pasó, paradójicamente utilizando una herramienta informática -seguramente turnitin- obvia para el protocolo de control frente a todo trabajo de investigación o académico para optar un título de postgrado.  

En cuarto lugar, la elaboración de tesis de grado en posgrados de especialización, maestría o doctorado, se ha convertido en un negocio lucrativo que se divulga como mercancía por todos los medios y redes sociales. Hay de todo, como en botica. Es un descaro.

En quinto lugar, en el plagio académico quien escribe no utiliza el mecanismo de las comillas o no referencia metodológicamente bien la fuente original de un trabajo que se presenta como su propia investigación o estudio. Lo que es lo mismo, usar el trabajo, las ideas, las reflexiones, las observaciones, las palabras o reparos de otro como si fueran propias, sin hacer constar que lo que se dice se dejó dicho por otro u otros. Hay que saber citar al autor de las ideas.

Una de las múltiples variantes del plagio, amén del copy and paste, es el plagio parafraseado, donde al rompe se observa fragmentos, pedazos de escritos de otros, mediante la mala práctica de reescritura con paráfrasis, aunque sea para procurar lograr una explicación más clara y comprensible o amigable para el lector.

En el caso Arias, su situación partidista, ser miembro del partido Centro Democrático, incidió en la forma de escrutinio público: un enjuiciamiento de incineración moral a una joven parlamentaria que intrépidamente quiere hacer protagonismo y se hizo flanco por el papayazo de un comprobado o no -aún- plagio. Y curiosamente atacada con más énfasis por las propias mujeres representantes a la Cámara. En jauría.

El trato del tema en las redes y medios es el reflejo exacto de conflagración moral y toda suerte de juicios éticos, hacia un asunto de común ocurrencia en el mundo académico, que debe investigarse con severidad al interior de esos escenarios naturales y no participar en las ejecuciones partidistas, porque las consecuencias y sanciones son de orden estrictamente académicas. Y existen mecanismos eficaces para este tipo de infracciones.

Se alude en el comunicado a la opinión pública del Externado que en la tesis de Arias aparece un plagio servil, es decir, burdo, donde hay una apropiación no inteligentemente simulada de la obra de otro. La presidente anda en el ojo de los huracanes, porque se advierte que también estuvo de jurado en el pasado Festival de la Leyenda Vallenata y dejó tempestuosa huella en la elección del rey vallenato. Sin gritos enfurecidos tiene derecho a las garantías constitucionales de defensa y al debido proceso.