El 24 de febrero del año 2000 se vivió en Colombia el primer día sin carro en la ciudad de Bogotá. Así lo hicieron luego de que la ciudadanía votara una consulta popular, con la que acordaron prohibir la circulación de vehículos automotores en la ciudad de Bogotá el primer jueves del mes de febrero de todos los años. Desde hace 18 años, los bogotanos viven su día sin carro, en una jornada que va acompañada de campañas de salud, actividades lúdicas y recreativas, y todo un andamiaje para que el transporte alternativo sea la mejor opción.

En Valledupar no se ha aprobado un día sin carro por consulta, pero si se ha decidido que debe implementarse cada año como una contribución con el medio ambiente, porque se reduce la emisión de gases vehiculares y se protege el medio ambiente, eso sin contar es una oportunidad para hacer actividad física (uso de la bicicleta o trasladarse caminando de un lugar a otro), existen menos probabilidades de que ocurran accidentes de tránsito y puede ayudar a que disminuyan enfermedades respiratorias y cardiovasculares.

El día sin carro y sin motos es la oportunidad para que cada ciudadano contribuya con el cuidado del medio ambiente, especialmente los que se movilizan en carros y motos que son un factor determinante en la contaminación.

El día sin carro y sin moto es una jornada para que la comunidad tome conciencia sobre el grave estado del planeta tierra, que desde hace varios años está mandado señales sobre su decadencia, son solo nueve horas las que vamos a regalarle al medio ambiente. Las afectaciones económicas por la disminución de las ventas o el flujo diario de una ciudad no son comparables con la afectación ambiental que hoy vivimos, los otros 364 días bien pueden emplearse en su recuperación, porque no es justo que en los afanes diarios de la comunidad se diluya la necesidad de cuidar el medio ambiente.

Debemos aprender de los indígenas, que de manera sabia restauran sus territorios, como hacen las etnias en la Sierra Nevada que para equilibrar las energías de la madre tierra en el parque Tayrona prohíben el ingreso de turista durante un mes. Es un buen parangón que debemos emular y mostrar actitud positiva frente a esta jornada sin carro y sin motos.

Es claro, obviamente, que aun Valledupar tiene deficiencias en el servicio de transporte público, que los buses, busetas y taxis no darán abasto, que muchos negocios no abrirán sus puertas porque las ventas serán bajas o nulas, que los colegios no darán clases y que la ciudad estará a media marcha, pero no tiene precio lo que en esas nueve horas se puede hacer por nuestro medio ambiente.

Apoyamos el día sin carro y sin moto, e invitamos a la ciudadanía a mostrar una actitud cívica, que procure el bienestar de todos, aportando nuestro grano de arena.