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Columnista - 24 enero, 2024

Piedad Córdoba, ¿eutanasia catalizada?

En las sociedades enfermas, nacer negro o profesar religiones o ideas diferentes a las convencionales induce a la muerte prematura de estos sujetos; el escritor y periodista afronorteamericano, Ta Nehesi Coates, de la Howard University, apodada la Harvard Negra, dijo en una ocasión: “Si naciste negro, estás en la cárcel o muerto”. El racismo en los EE. UU. es cavernícola; cada 28 horas muere un negro en manos de un policía blanco y casi todos estos delitos quedan impunes. 

Boton Wpp

Luis Napoleón de Armas P.

En las sociedades enfermas, nacer negro o profesar religiones o ideas diferentes a las convencionales induce a la muerte prematura de estos sujetos; el escritor y periodista afronorteamericano, Ta Nehesi Coates, de la Howard University, apodada la Harvard Negra, dijo en una ocasión: “Si naciste negro, estás en la cárcel o muerto”. El racismo en los EE. UU. es cavernícola; cada 28 horas muere un negro en manos de un policía blanco y casi todos estos delitos quedan impunes. 

En Colombia las principales causas de segregación son la racial y la ideológica, luchar por la paz es suicida; esto es absurdo en un país sumido en una guerra atávica, de mestizos, no de blancos, donde vivimos dentro de una farsa racial; el 85 % de nuestro ADN es mitocondrial, ese que porta la mancha mongólica, esa que nuestras madres indígenas nos transmitieron cuya composición jamás será borrada, porque nuestra raza llegó a su nivel de estabilización. 

Algunos podrán ser muy ricos pero caucásicos nunca, hoy somos una raza mestiza con sus propios genotipo y fenotipo. De este mestizaje profundo nació Piedad Córdoba con un pronunciado fenotipo africano diferente al que tiene la mayoría de los individualistas chapetones antioqueños de quiénes tampoco heredó su genotipo; su esencia estaba más cerca de Martin Luther King, otro mártir descrito por Coates cuyas ideas y color le apresuraron la muerte. 

Piedad fue una apasionada por las causas sociales y por la política como medio para transformarlas. Militó en el partido liberal, una especie de asilo en el momento que a ella le tocó actuar, pero seguro, ella siempre estuvo por encima de las tibiezas de este clan burocrático. Siempre habló claro, su afán por la democracia y por la equidad social la llevaron a convertirse en la esperanza de muchos secuestrados, más, ella misma también fue víctima de esta inhumana práctica, cayó en las manos de Carlos Castaño, el líder de las AUC y de algunos partidos nacionales que le copiaban. 

Sufrió varios atentados físicos contra su vida, estuvo exiliada, amén de los múltiples atropellos de que fue objeto en estrados judiciales y jurisdiccionales con pruebas prefabricadas. Piedad les incomodaba a muchas élites nacionales porque no les rendía pleitesía y les denunciaba, pero carecían de argumentos para enfrentarla, por eso acudían al atentado y la persecución judicial. 

Sus más recientes años fue duramente acusada de mantener relaciones non santas con el chavismo y con la guerrilla de las FARC, hasta un “alias” le pusieron. El último episodio fue el de su hermano, enrostrado como propio, extraditado por su hipotética participación en el negocio de la cocaína, aunque no existen crímenes de sangre; en Colombia esto no es una extrañeza, igual le pasó a Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de la república; igual se ha dicho en los estrados judiciales de la conducta de los Uribe Vélez y de otras “ilustres” familias más que asumen estos hechos como “tragedias familiares”. 

A piedad Córdoba se le puede considerar como la precursora por los derechos de la mujer en Colombia, país de entrañas misóginas, y siempre estuvo en los procesos de cambio; por eso muchos la odiaron incluyendo las propias féminas, sentimiento que ha trascendido a su muerte, ni en su tumba tendrá paz, la de los sepulcros, una figura literaria con visos de hipocresía. Las mujeres colombianas tienen un gran reto cual es el de mantener vivo su pensamiento y capacidad de lucha y concluir lo que ella no pudo hacer. 

Piedad murió prematuramente, su muerte fue catalizada, como ella vivió con tanta adversidad era difícil mantenerse viva. Recientemente la vi muy sola y se notaba que su corazón se acercaba a una eutanasia forzada, no hay cuerpo que resista tantos embates. En Colombia no solo con cianuro matan a los adversarios o “amigos peligrosos”, los laceran moralmente hasta que lentamente mueren. Estas prácticas aleves para eliminar al contrario crecen en la medida en que se ponen en peligro ciertos intereses y escasean los argumentos para combatirlos. Piedad Córdoba no nacen todos los días, su legado es un patrimonio de compromisos. 

Columnista
24 enero, 2024

Piedad Córdoba, ¿eutanasia catalizada?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

En las sociedades enfermas, nacer negro o profesar religiones o ideas diferentes a las convencionales induce a la muerte prematura de estos sujetos; el escritor y periodista afronorteamericano, Ta Nehesi Coates, de la Howard University, apodada la Harvard Negra, dijo en una ocasión: “Si naciste negro, estás en la cárcel o muerto”. El racismo en los EE. UU. es cavernícola; cada 28 horas muere un negro en manos de un policía blanco y casi todos estos delitos quedan impunes. 


Luis Napoleón de Armas P.

En las sociedades enfermas, nacer negro o profesar religiones o ideas diferentes a las convencionales induce a la muerte prematura de estos sujetos; el escritor y periodista afronorteamericano, Ta Nehesi Coates, de la Howard University, apodada la Harvard Negra, dijo en una ocasión: “Si naciste negro, estás en la cárcel o muerto”. El racismo en los EE. UU. es cavernícola; cada 28 horas muere un negro en manos de un policía blanco y casi todos estos delitos quedan impunes. 

En Colombia las principales causas de segregación son la racial y la ideológica, luchar por la paz es suicida; esto es absurdo en un país sumido en una guerra atávica, de mestizos, no de blancos, donde vivimos dentro de una farsa racial; el 85 % de nuestro ADN es mitocondrial, ese que porta la mancha mongólica, esa que nuestras madres indígenas nos transmitieron cuya composición jamás será borrada, porque nuestra raza llegó a su nivel de estabilización. 

Algunos podrán ser muy ricos pero caucásicos nunca, hoy somos una raza mestiza con sus propios genotipo y fenotipo. De este mestizaje profundo nació Piedad Córdoba con un pronunciado fenotipo africano diferente al que tiene la mayoría de los individualistas chapetones antioqueños de quiénes tampoco heredó su genotipo; su esencia estaba más cerca de Martin Luther King, otro mártir descrito por Coates cuyas ideas y color le apresuraron la muerte. 

Piedad fue una apasionada por las causas sociales y por la política como medio para transformarlas. Militó en el partido liberal, una especie de asilo en el momento que a ella le tocó actuar, pero seguro, ella siempre estuvo por encima de las tibiezas de este clan burocrático. Siempre habló claro, su afán por la democracia y por la equidad social la llevaron a convertirse en la esperanza de muchos secuestrados, más, ella misma también fue víctima de esta inhumana práctica, cayó en las manos de Carlos Castaño, el líder de las AUC y de algunos partidos nacionales que le copiaban. 

Sufrió varios atentados físicos contra su vida, estuvo exiliada, amén de los múltiples atropellos de que fue objeto en estrados judiciales y jurisdiccionales con pruebas prefabricadas. Piedad les incomodaba a muchas élites nacionales porque no les rendía pleitesía y les denunciaba, pero carecían de argumentos para enfrentarla, por eso acudían al atentado y la persecución judicial. 

Sus más recientes años fue duramente acusada de mantener relaciones non santas con el chavismo y con la guerrilla de las FARC, hasta un “alias” le pusieron. El último episodio fue el de su hermano, enrostrado como propio, extraditado por su hipotética participación en el negocio de la cocaína, aunque no existen crímenes de sangre; en Colombia esto no es una extrañeza, igual le pasó a Marta Lucía Ramírez, vicepresidenta de la república; igual se ha dicho en los estrados judiciales de la conducta de los Uribe Vélez y de otras “ilustres” familias más que asumen estos hechos como “tragedias familiares”. 

A piedad Córdoba se le puede considerar como la precursora por los derechos de la mujer en Colombia, país de entrañas misóginas, y siempre estuvo en los procesos de cambio; por eso muchos la odiaron incluyendo las propias féminas, sentimiento que ha trascendido a su muerte, ni en su tumba tendrá paz, la de los sepulcros, una figura literaria con visos de hipocresía. Las mujeres colombianas tienen un gran reto cual es el de mantener vivo su pensamiento y capacidad de lucha y concluir lo que ella no pudo hacer. 

Piedad murió prematuramente, su muerte fue catalizada, como ella vivió con tanta adversidad era difícil mantenerse viva. Recientemente la vi muy sola y se notaba que su corazón se acercaba a una eutanasia forzada, no hay cuerpo que resista tantos embates. En Colombia no solo con cianuro matan a los adversarios o “amigos peligrosos”, los laceran moralmente hasta que lentamente mueren. Estas prácticas aleves para eliminar al contrario crecen en la medida en que se ponen en peligro ciertos intereses y escasean los argumentos para combatirlos. Piedad Córdoba no nacen todos los días, su legado es un patrimonio de compromisos.