Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 30 octubre, 2018

Petro iconoclasta

Petro definitivamente es politico perversamente populista y protervo. Si la decisión judicial favorece sus intereses personales y perspectivas, entonces los jueces colegiados son correctos y objetivos. Si no inevitablemente corruptos y custionables. Por ejemplo, al man le han adelantado unos procesos de responsabilidad fiscal y estos han concluido con fallos de responsabilidad fiscal en su […]

Petro definitivamente es politico perversamente populista y protervo. Si la decisión judicial favorece sus intereses personales y perspectivas, entonces los jueces colegiados son correctos y objetivos. Si no inevitablemente corruptos y custionables.

Por ejemplo, al man le han adelantado unos procesos de responsabilidad fiscal y estos han concluido con fallos de responsabilidad fiscal en su contra. Las decisiones han sido judicialmente cuestionadas por él por conducto de abogados ante la jurisdiccion de lo contencioso administrativo. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca y el Consejo de Estado han suspendido los efectos de las decisiones administrativas que lo declararon fiscalmente responsable. Petro risueño de oreja a oreja.

Ahora, el codigo disciplinario unico (L. 734 del 2002) establece como “otras inhabilidades” para desempeñar cargos publicos la siguiente: Haber sido declarado responsable fiscalmente (numeral 4º).

Esa norma fue demandada por inconstitucional y la Corte Constitucional la ha encontrado -mayoritariamente- ajustada a la constitución política. La decisión impone que los servidores publicos que se hallen en ese supuesto normativo se encuentran inhabilitados para desempeñar cargos publicos. Petro es actualmente senador, es decir, servidor público.

Ahora como la exequibilidad del precepto lo afectaría, Petro pone el grito en el cielo y forma la alharaca de todo populista: ¡A la carga! todo es un complot para que no pueda volver aspirar a la Presidencia de la República y corre a convocar a las movilizaciones populares para que impidan tamaño desproposito, es decir, se erige (como Uribe) popularmente intocables.

La informacion disponible indica que no estaba inhabilitado cuando se posesionó como senador, ni automaticamente le sobreviene la inhabilidad, no tanto, por la decisión de la Corte Constitucional, sino que por efectos de sus (hasta) validas acciones judiciales, los fallos que lo declararon fiscalmente responsable no se encuentran aun en firme o ejecutoriados, condición esta para que proceda la inhabilidad no solo de Petro sino de todos los servidores publicos que se encuentren en igual situación.

Por ahora, como las providencias de la jurisdiccion contenciosa administrativa le han sido favorables, aplausos y loas para los servidores judiciales, habrá pues de esperarse cuales decisiones de fondo finalmente se adopten en tales procesos para ha de ver si el inefable Petro mantiene inalterable respeto a la institucionalidad judicial, se insiste, solo si las decisiones judiciales le son beneficiosas. Veremos.

El discurso populista es echarle fuego a la Corte Constitucional porque en el malicioso imaginario de Petro, son sus contradictores politicos (Vargas Lleras) los que influyeron en los jueces colegiados para haber arribado a la decisión mayoritaria de mantener la inhabilidad originada en un fallo de responsabilidad fiscal ejecutoriado que impone para quien se encuentre en ese supuesto no poder desempeñar cargo público, por cierto no de por vida sino durante cierto tiempo. La inhabilidad no es vitalicia.

Por Hugo Mendoza 

Columnista
30 octubre, 2018

Petro iconoclasta

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hugo Mendoza

Petro definitivamente es politico perversamente populista y protervo. Si la decisión judicial favorece sus intereses personales y perspectivas, entonces los jueces colegiados son correctos y objetivos. Si no inevitablemente corruptos y custionables. Por ejemplo, al man le han adelantado unos procesos de responsabilidad fiscal y estos han concluido con fallos de responsabilidad fiscal en su […]


Petro definitivamente es politico perversamente populista y protervo. Si la decisión judicial favorece sus intereses personales y perspectivas, entonces los jueces colegiados son correctos y objetivos. Si no inevitablemente corruptos y custionables.

Por ejemplo, al man le han adelantado unos procesos de responsabilidad fiscal y estos han concluido con fallos de responsabilidad fiscal en su contra. Las decisiones han sido judicialmente cuestionadas por él por conducto de abogados ante la jurisdiccion de lo contencioso administrativo. El Tribunal Administrativo de Cundinamarca y el Consejo de Estado han suspendido los efectos de las decisiones administrativas que lo declararon fiscalmente responsable. Petro risueño de oreja a oreja.

Ahora, el codigo disciplinario unico (L. 734 del 2002) establece como “otras inhabilidades” para desempeñar cargos publicos la siguiente: Haber sido declarado responsable fiscalmente (numeral 4º).

Esa norma fue demandada por inconstitucional y la Corte Constitucional la ha encontrado -mayoritariamente- ajustada a la constitución política. La decisión impone que los servidores publicos que se hallen en ese supuesto normativo se encuentran inhabilitados para desempeñar cargos publicos. Petro es actualmente senador, es decir, servidor público.

Ahora como la exequibilidad del precepto lo afectaría, Petro pone el grito en el cielo y forma la alharaca de todo populista: ¡A la carga! todo es un complot para que no pueda volver aspirar a la Presidencia de la República y corre a convocar a las movilizaciones populares para que impidan tamaño desproposito, es decir, se erige (como Uribe) popularmente intocables.

La informacion disponible indica que no estaba inhabilitado cuando se posesionó como senador, ni automaticamente le sobreviene la inhabilidad, no tanto, por la decisión de la Corte Constitucional, sino que por efectos de sus (hasta) validas acciones judiciales, los fallos que lo declararon fiscalmente responsable no se encuentran aun en firme o ejecutoriados, condición esta para que proceda la inhabilidad no solo de Petro sino de todos los servidores publicos que se encuentren en igual situación.

Por ahora, como las providencias de la jurisdiccion contenciosa administrativa le han sido favorables, aplausos y loas para los servidores judiciales, habrá pues de esperarse cuales decisiones de fondo finalmente se adopten en tales procesos para ha de ver si el inefable Petro mantiene inalterable respeto a la institucionalidad judicial, se insiste, solo si las decisiones judiciales le son beneficiosas. Veremos.

El discurso populista es echarle fuego a la Corte Constitucional porque en el malicioso imaginario de Petro, son sus contradictores politicos (Vargas Lleras) los que influyeron en los jueces colegiados para haber arribado a la decisión mayoritaria de mantener la inhabilidad originada en un fallo de responsabilidad fiscal ejecutoriado que impone para quien se encuentre en ese supuesto no poder desempeñar cargo público, por cierto no de por vida sino durante cierto tiempo. La inhabilidad no es vitalicia.

Por Hugo Mendoza