Subsecretario de la ONU:

PANAMA (AP) — A pesar del crecimiento económico de los últimos años en Latinoamérica, la desigualdad entre ricos y pobres sigue siendo un problema grave en la región, dijo el jueves el subsecretario general de las Naciones Unidas, Heraldo Muñoz.
“Somos los campeones de la desigualdad, si comparamos nuestra región con otras áreas del mundo”, planteó Muñoz durante una rueda de prensa con corresponsales de prensa extranjera durante una visita en Panamá, mientras en Costa Rica se realizaba la presentación oficial del informe regional sobre Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe 2010.
Muñoz, también director regional del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina y el Caribe, afirmó que la pobreza y la desigualdad son temas que debieran ser prioridad para todos los gobiernos en la región.
“Si bien es cierto ha habido crecimiento económico en los últimos años en América Latina y el Caribe… lo que sigue existiendo es una persistente desigualdad” que es necesario atacar y reducir porque de lo contrario se traducirá en erosión de la cohesión social y en desarraigo eventualmente de instituciones democráticas, sostuvo.
El estudio presentado en Costa Rica indicó que América Latina se podría calificar como la región más desigual del mundo, pues alberga a 10 de los 15 países con mayores brechas del orbe.
“La desigualdad tiene muchos rostros, hay entre grupos y territorios, las más afectadas son las mujeres y la población indígena y afrodescendiente”, explicó durante la presentación oficial el coordinador regional del PNUD, Luis López.
Los países más desiguales son Bolivia, Haití, Brasil y Ecuador en ese orden, mientras que los que tienen menos brechas son Argentina, Uruguay, Venezuela y Costa Rica.
El coeficiente de Gini mide la desigualdad relacionada con la distribución de los ingresos y varía de cero en caso de que todos los ciudadanos tengan los mismos ingresos, a 100 cuando todos los ingresos se concentren en una sola persona.
En el caso de Bolivia, sus índices son similares a los de Camerún, con 60 puntos. Haití registró 59 puntos, similar a Sudáfrica y Tailandia; mientras Brasil y Ecuador obtuvieron 56.
Incluso en el caso de las naciones menos desiguales, como Costa Rica y Argentina, los investigadores resaltaron que los niveles son de más de 45 puntos, en comparación con naciones de Europa con promedios de entre 24 y 43 puntos.
El coordinador del informe Isidro Soloaga, comentó que en la década de los 90 los gobiernos iniciaron políticas de ataque a la pobreza pero las mismas quedaron estancadas. “Las políticas para reducir la elevada desigualdad deben llegar a la gente, contemplar el conjunto de restricciones que perpetúan la pobreza y la desigualdad, y las personas deben ser agentes de su propio desarrollo”.