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Columnista - 10 febrero, 2023

Periodismo entre la fama y el olvido

Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora que lo motiva, que lo entusiasma a ser constante. En la voz de Silvestre Dangond con letra de ‘Yeyo’ Núñez es una frase comunicativa.

Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora que lo motiva, que lo entusiasma a ser constante. En la voz de Silvestre Dangond con letra de ‘Yeyo’ Núñez es una frase comunicativa. Por un canto vallenato reciente tiene validez para un oficio, profesión o entretención como el periodismo y la comunicación en general. Posiblemente sean los mismos quince minutos de fama a la que todos tenemos derecho, tanto en ejercicio de nuestro oficio, como en la vida misma. 

Para los locutores de ayer y de hoy, el ángel Gabriel anunció a María, sigue siendo el ejemplo a seguir mientras el periodista Juan Gossaín, asegura que los cuatro evangelistas, Juan, Lucas, Mateo y Marcos fueron los mejores reporteros de la historia. En la “Resurrección de Lázaro” sin adjetivos, sin admiraciones, ni exclamaciones, mejor dicho, un cuento, bien contado.

Por supuesto que los tiempos cambiaron, pero las noticias siguen siendo las mismas, ¿Acaso hay algo más noticioso que la resurrección de alguien? En nuestro caso, ciertos personajes reviven en cada campaña política, pero eso es otra historia. Hoy al menos vamos a recordar, aquellos que, en nuestro medio, abrieron el camino, algunos de enorme valor personal y profesional, otros con algo de suerte, porque entre otras cosas, la suerte anda siempre por ahí vestida de oportunidades. En Fonseca, en la cercana Guajira, hay un dicho conocido. La mala hora anda suelta, hay es que buscarla.

Ese recorrido de hombres y mujeres inolvidables, algunos fallecidos, otros olvidados, algunos escondidos, otros caprichosamente desconocidos, fueron con sus voces, plumas y épocas, con herramientas de libretas, lápices y máquinas de escribir,  los precursores en cada región del poder- si es que sigue existiendo- de la prensa hoy. 

Son tantos, pero un libro por publicar de Gustavo Cuello Díaz, hábil reportero de la época, contará  toda la historia. La reciente generación pocos conocieron por obvias razones,  voces de hombres y mujeres que dejaron huellas y ejemplos, con sus errores y virtudes como humanos, pero fue su tiempo. Carlos Alberto Atheortúa, Santiago Calderón Díaz, Electo Gil Bustamante, los hermanos Rafael y Alvaro Torrez Yepez, Amilkar Arias, Emilio Alfonso Arias Acosta, ‘El Curro’ Brugés, Rafael Infante Moreno,  Consuelo Araujo Noguera, Lolita Acosta, Vicky Medina, Amparo Jiménez, algunas de estas voces  se marcharon rápido del medio, Mónica Arzuaga,  Libia Olivos, Diana Díaz Romero, también Jorge Narváez Villegas Jaime Pérez Parody, Alfredo Berrocal del Río, Egberto  y Juan Gutiérrez Acosta, Huber Claro Quintero, Lucho Alandete,  Adalberto Padilla Suarez, Julio De La Rosa, Mary Daza Orozco, Emilio Alfonso Arias, Alex Quintero Castro, Libardo Fonseca Cotes, Miguel Aroca Yepes, William Rosado Rincones, Armando Hinojosa Villazón, Víctor Murgas Martínez, Beder Guerra Gutiérrez, Hernando Mendoza Sánchez  y una larga lista de personas y personajes que construyeron  el edificio, algunos hasta echaron la casa por la ventana.

 No fueron santos, fueron gente de carne y huesos, muchos eternos cantineros, bohemios intelectuales elegantes, otros aliados políticos por conveniencia y necesidad, muchos por supervivencia, no faltaron otros sin talento, ni idea, ni voces, ni letrados, pero estaban ahí, esos no construyeron, pero quedaban cerca de la casa, como el poco cemento sobrante en las construcciones que desaparece solo.

Muchos inolvidables viejos maestros, no tenían salarios, ni casa, ni carros, algunos eran vagabundos del mundo, hoy aquí, mañana en cualquier parte. Hoy las comunicaciones son distintas, avanzadas tecnologías, más conocimientos, opiniones, disertaciones, unión, entretenimientos. 

Hoy como ayer también alfaraches, vivarachos, marrulleros, encantadores de serpientes, negociantes, pero al igual el mismo pan, con diferentes masas, cuya misión es comunicar con estilos y maneras distintas. Hay cosas que no se venden en la esquina, la honestidad, la seriedad, el cumplimiento del deber, la lealtad, el compromiso y la verdad, ante todo.

Un abrazo entonces, a quienes ejercen este oficio desde la provincia donde las cosas son tan distintas que nos confundimos en cada abrazo. El Covid nos llevó tantos amigos y el destino en poco tiempo mató tantas ilusiones que SOLIDARIDAD es nuestro primer titular. @edgardomendozag

Por Tiro de chorro-Edgardo Mendoza Guerra

Columnista
10 febrero, 2023

Periodismo entre la fama y el olvido

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Edgardo Mendoza Guerra

Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora que lo motiva, que lo entusiasma a ser constante. En la voz de Silvestre Dangond con letra de ‘Yeyo’ Núñez es una frase comunicativa.


Cada quien tiene en la vida su cuarto de hora que lo motiva, que lo entusiasma a ser constante. En la voz de Silvestre Dangond con letra de ‘Yeyo’ Núñez es una frase comunicativa. Por un canto vallenato reciente tiene validez para un oficio, profesión o entretención como el periodismo y la comunicación en general. Posiblemente sean los mismos quince minutos de fama a la que todos tenemos derecho, tanto en ejercicio de nuestro oficio, como en la vida misma. 

Para los locutores de ayer y de hoy, el ángel Gabriel anunció a María, sigue siendo el ejemplo a seguir mientras el periodista Juan Gossaín, asegura que los cuatro evangelistas, Juan, Lucas, Mateo y Marcos fueron los mejores reporteros de la historia. En la “Resurrección de Lázaro” sin adjetivos, sin admiraciones, ni exclamaciones, mejor dicho, un cuento, bien contado.

Por supuesto que los tiempos cambiaron, pero las noticias siguen siendo las mismas, ¿Acaso hay algo más noticioso que la resurrección de alguien? En nuestro caso, ciertos personajes reviven en cada campaña política, pero eso es otra historia. Hoy al menos vamos a recordar, aquellos que, en nuestro medio, abrieron el camino, algunos de enorme valor personal y profesional, otros con algo de suerte, porque entre otras cosas, la suerte anda siempre por ahí vestida de oportunidades. En Fonseca, en la cercana Guajira, hay un dicho conocido. La mala hora anda suelta, hay es que buscarla.

Ese recorrido de hombres y mujeres inolvidables, algunos fallecidos, otros olvidados, algunos escondidos, otros caprichosamente desconocidos, fueron con sus voces, plumas y épocas, con herramientas de libretas, lápices y máquinas de escribir,  los precursores en cada región del poder- si es que sigue existiendo- de la prensa hoy. 

Son tantos, pero un libro por publicar de Gustavo Cuello Díaz, hábil reportero de la época, contará  toda la historia. La reciente generación pocos conocieron por obvias razones,  voces de hombres y mujeres que dejaron huellas y ejemplos, con sus errores y virtudes como humanos, pero fue su tiempo. Carlos Alberto Atheortúa, Santiago Calderón Díaz, Electo Gil Bustamante, los hermanos Rafael y Alvaro Torrez Yepez, Amilkar Arias, Emilio Alfonso Arias Acosta, ‘El Curro’ Brugés, Rafael Infante Moreno,  Consuelo Araujo Noguera, Lolita Acosta, Vicky Medina, Amparo Jiménez, algunas de estas voces  se marcharon rápido del medio, Mónica Arzuaga,  Libia Olivos, Diana Díaz Romero, también Jorge Narváez Villegas Jaime Pérez Parody, Alfredo Berrocal del Río, Egberto  y Juan Gutiérrez Acosta, Huber Claro Quintero, Lucho Alandete,  Adalberto Padilla Suarez, Julio De La Rosa, Mary Daza Orozco, Emilio Alfonso Arias, Alex Quintero Castro, Libardo Fonseca Cotes, Miguel Aroca Yepes, William Rosado Rincones, Armando Hinojosa Villazón, Víctor Murgas Martínez, Beder Guerra Gutiérrez, Hernando Mendoza Sánchez  y una larga lista de personas y personajes que construyeron  el edificio, algunos hasta echaron la casa por la ventana.

 No fueron santos, fueron gente de carne y huesos, muchos eternos cantineros, bohemios intelectuales elegantes, otros aliados políticos por conveniencia y necesidad, muchos por supervivencia, no faltaron otros sin talento, ni idea, ni voces, ni letrados, pero estaban ahí, esos no construyeron, pero quedaban cerca de la casa, como el poco cemento sobrante en las construcciones que desaparece solo.

Muchos inolvidables viejos maestros, no tenían salarios, ni casa, ni carros, algunos eran vagabundos del mundo, hoy aquí, mañana en cualquier parte. Hoy las comunicaciones son distintas, avanzadas tecnologías, más conocimientos, opiniones, disertaciones, unión, entretenimientos. 

Hoy como ayer también alfaraches, vivarachos, marrulleros, encantadores de serpientes, negociantes, pero al igual el mismo pan, con diferentes masas, cuya misión es comunicar con estilos y maneras distintas. Hay cosas que no se venden en la esquina, la honestidad, la seriedad, el cumplimiento del deber, la lealtad, el compromiso y la verdad, ante todo.

Un abrazo entonces, a quienes ejercen este oficio desde la provincia donde las cosas son tan distintas que nos confundimos en cada abrazo. El Covid nos llevó tantos amigos y el destino en poco tiempo mató tantas ilusiones que SOLIDARIDAD es nuestro primer titular. @edgardomendozag

Por Tiro de chorro-Edgardo Mendoza Guerra