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Columnista - 29 marzo, 2010

Penoso Contraste Digital

Por: Luis Mendoza Sierra Lo hicimos a alalimón, para usar la locución de la tauromaquia. Uno de los toreros era el hoy secretario de Hacienda Álvaro Iglesias, quien, en ese momento, se perfilaba como uno de los asesores más cercanos y “el de confianza” de Cristian Moreno, pero le corrieron la butaca o pudo correrla […]

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Por: Luis Mendoza Sierra

Lo hicimos a alalimón, para usar la locución de la tauromaquia. Uno de los toreros era el hoy secretario de Hacienda Álvaro Iglesias, quien, en ese momento, se perfilaba como uno de los asesores más cercanos y “el de confianza” de Cristian Moreno, pero le corrieron la butaca o pudo correrla él mismo, para tomar distancia de la paquidermia que por aquellos tiempos caracterizaba a la Administración.

Tomamos el capote para torear la intrépida pretensión de Nicolita, como el mismo Álvaro le llama cariñosamente, de trasladar hacia el municipio de Valledupar un modelo de operación de la estrategia de Internet Para Todos, que se denominaría Valledupar Digital, financiado fundamentalmente por la nación y el departamento.

El señor Stornelli venía hablando de un Puerto Digital, que hábilmente enchufó en aquella iniciativa, como si fuera lo mismo, cuando provenía de una política del gobierno nacional denominado Territorios Digitales, consignada como prioridad en el Plan de Desarrollo del Presidente Uribe.

Supondría ello entonces, que los recursos del departamento y la nación, $500 millones o algo parecido, se adicionarían  a una pequeña porción que aportaría el municipio para desarrollar el proyecto dirigido, única y exclusivamente, a la capital, ignorando las 24 cabeceras restantes.

Logramos que Manizales Digital, ejemplo de innovación en Colombia, nos colaborara en la elaboración de un proyecto para el departamento, que aplicara en una convocatoria para acceder a los recursos nacionales, mientras la yunta Carvajal-Stornelli, se batía tercamente con uno similar para Valledupar, aunque a última hora, hubo una fusión y el proyecto se llamó Valledupar-Cesar Digital, y quedó en manos del inefable Nico.

Dos años después supimos que corrían como cabras para presentarle a la entonces ministra María del Rosario Guerra, unos telecentros deficientemente dotados, sin contenidos e instalados en locaciones más parecidas a chiqueros que a escenarios propios para la innovación, la investigación y la creatividad, según me cuentan. Hoy, en el Cesar, la estrategia de territorios digitales sigue rezagada e inmóvil y siendo esta una política tan importante, no tiene rumbo ni dirección.

El escenario contrasta con avances de gran impacto en otras ciudades de la Costa Caribe, para no ir tan lejos. Sincelejo, por ejemplo, se ha convertido en una de las pocas capitales de Colombia que tiene servicio de Internet inalámbrico sin costo alguno. En Sucre, la mayoría de las escuelas y colegios públicos, especialmente de Sincelejo y algunos otros municipios, están conectados a la red convencional que tiene su centro de enlace en la Gobernación. Las zonas Wi-fi, tienen una cobertura de 300 metros, cada una.

Acá, sin desconocer su importancia, nos maravillamos con el anuncio de la biblioteca ‘Rafael Carrillo Lúquez’, que ha dispuesto una sala exclusiva para Internet con 23 computadores para atender a estudiantes e investigadores. Ello es, por decir lo menos, un penoso contraste digital, máxime si mientras un sincelejano o turista que disponga de un portátil accede a la Internet desde un parque o una avenida, o desde su casa, sin costo alguno, un vallenato sólo tiene la alternativa de la biblioteca o de algunos colegios que tienen este servicio. Eso, si cuenta con suerte, porque si hay personas en turno, sólo tiene derecho a usar el computador por una hora o un lapso adicional que le otorgarían, sino no hay alguien  más en turno.

Dejémonos de vainas. Cuál ciudad competitiva ni que ocho cuartos, como diría el vulgar. Mientras no haya líderes capaces de comprender que la innovación, la tecnología, la educación, la investigación, la seguridad, los proceso productivos diversificados y de valor agregado, el sector productivo son determinantes para lograr un espacio destacado en la región; seguiremos felices, montando motos humeantes y “pitonas”, consumiendo gasolina de pimpinas; comprando queso, carne, empanadas, arepas y mondongos callejeros, e instalando inmensas ollas de sopa en las esquinas, para vender a mil el plato. Ahhh claro y con la seguridad de que es esta una ciudad insegura.

SABLAZO
Siento Aire fresco. Me corre un fresquito como dicen, irónicamente, aquellas personas que ven a sus rivales o contradictores, fracasar en sus intensiones de concretar un anhelo. Lo siento por la próspera y paradigmática Costa Line. Muchas veces,  con tarjeta plus y todo, me desplacé en su cómoda y elegante flota de buses para tomar Aires en el ‘Ernesto Cortizos’. ¡Bienvenidos amigos de Aires!, los necesitábamos. Quieran vallenatos, cesarenses y guajiros, que acudamos a sus excelentes servicios para que no ocurra lo de Satena. La dejaron sola y nos dejó solos, digo dejó sola a Avianca, haciendo de las suyas con las tarifas.

[email protected]

Columnista
29 marzo, 2010

Penoso Contraste Digital

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Mendoza S.

Por: Luis Mendoza Sierra Lo hicimos a alalimón, para usar la locución de la tauromaquia. Uno de los toreros era el hoy secretario de Hacienda Álvaro Iglesias, quien, en ese momento, se perfilaba como uno de los asesores más cercanos y “el de confianza” de Cristian Moreno, pero le corrieron la butaca o pudo correrla […]


Por: Luis Mendoza Sierra

Lo hicimos a alalimón, para usar la locución de la tauromaquia. Uno de los toreros era el hoy secretario de Hacienda Álvaro Iglesias, quien, en ese momento, se perfilaba como uno de los asesores más cercanos y “el de confianza” de Cristian Moreno, pero le corrieron la butaca o pudo correrla él mismo, para tomar distancia de la paquidermia que por aquellos tiempos caracterizaba a la Administración.

Tomamos el capote para torear la intrépida pretensión de Nicolita, como el mismo Álvaro le llama cariñosamente, de trasladar hacia el municipio de Valledupar un modelo de operación de la estrategia de Internet Para Todos, que se denominaría Valledupar Digital, financiado fundamentalmente por la nación y el departamento.

El señor Stornelli venía hablando de un Puerto Digital, que hábilmente enchufó en aquella iniciativa, como si fuera lo mismo, cuando provenía de una política del gobierno nacional denominado Territorios Digitales, consignada como prioridad en el Plan de Desarrollo del Presidente Uribe.

Supondría ello entonces, que los recursos del departamento y la nación, $500 millones o algo parecido, se adicionarían  a una pequeña porción que aportaría el municipio para desarrollar el proyecto dirigido, única y exclusivamente, a la capital, ignorando las 24 cabeceras restantes.

Logramos que Manizales Digital, ejemplo de innovación en Colombia, nos colaborara en la elaboración de un proyecto para el departamento, que aplicara en una convocatoria para acceder a los recursos nacionales, mientras la yunta Carvajal-Stornelli, se batía tercamente con uno similar para Valledupar, aunque a última hora, hubo una fusión y el proyecto se llamó Valledupar-Cesar Digital, y quedó en manos del inefable Nico.

Dos años después supimos que corrían como cabras para presentarle a la entonces ministra María del Rosario Guerra, unos telecentros deficientemente dotados, sin contenidos e instalados en locaciones más parecidas a chiqueros que a escenarios propios para la innovación, la investigación y la creatividad, según me cuentan. Hoy, en el Cesar, la estrategia de territorios digitales sigue rezagada e inmóvil y siendo esta una política tan importante, no tiene rumbo ni dirección.

El escenario contrasta con avances de gran impacto en otras ciudades de la Costa Caribe, para no ir tan lejos. Sincelejo, por ejemplo, se ha convertido en una de las pocas capitales de Colombia que tiene servicio de Internet inalámbrico sin costo alguno. En Sucre, la mayoría de las escuelas y colegios públicos, especialmente de Sincelejo y algunos otros municipios, están conectados a la red convencional que tiene su centro de enlace en la Gobernación. Las zonas Wi-fi, tienen una cobertura de 300 metros, cada una.

Acá, sin desconocer su importancia, nos maravillamos con el anuncio de la biblioteca ‘Rafael Carrillo Lúquez’, que ha dispuesto una sala exclusiva para Internet con 23 computadores para atender a estudiantes e investigadores. Ello es, por decir lo menos, un penoso contraste digital, máxime si mientras un sincelejano o turista que disponga de un portátil accede a la Internet desde un parque o una avenida, o desde su casa, sin costo alguno, un vallenato sólo tiene la alternativa de la biblioteca o de algunos colegios que tienen este servicio. Eso, si cuenta con suerte, porque si hay personas en turno, sólo tiene derecho a usar el computador por una hora o un lapso adicional que le otorgarían, sino no hay alguien  más en turno.

Dejémonos de vainas. Cuál ciudad competitiva ni que ocho cuartos, como diría el vulgar. Mientras no haya líderes capaces de comprender que la innovación, la tecnología, la educación, la investigación, la seguridad, los proceso productivos diversificados y de valor agregado, el sector productivo son determinantes para lograr un espacio destacado en la región; seguiremos felices, montando motos humeantes y “pitonas”, consumiendo gasolina de pimpinas; comprando queso, carne, empanadas, arepas y mondongos callejeros, e instalando inmensas ollas de sopa en las esquinas, para vender a mil el plato. Ahhh claro y con la seguridad de que es esta una ciudad insegura.

SABLAZO
Siento Aire fresco. Me corre un fresquito como dicen, irónicamente, aquellas personas que ven a sus rivales o contradictores, fracasar en sus intensiones de concretar un anhelo. Lo siento por la próspera y paradigmática Costa Line. Muchas veces,  con tarjeta plus y todo, me desplacé en su cómoda y elegante flota de buses para tomar Aires en el ‘Ernesto Cortizos’. ¡Bienvenidos amigos de Aires!, los necesitábamos. Quieran vallenatos, cesarenses y guajiros, que acudamos a sus excelentes servicios para que no ocurra lo de Satena. La dejaron sola y nos dejó solos, digo dejó sola a Avianca, haciendo de las suyas con las tarifas.

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