Hay algo que pueda ser más peligroso que automedicarse? Es posible que automedicarse con su propia selección de medicamentos acumulados en casa sea algo más lesivo para la salud que comprar y consumir medicinas sin que el médico lo haya prescrito.
Hay algo que pueda ser más peligroso que automedicarse? Es posible que automedicarse con su propia selección de medicamentos acumulados en casa sea algo más lesivo para la salud que comprar y consumir medicinas sin que el médico lo haya prescrito.
Esto obedece a que como esas pastillas y otras medicinas liquidas ya han sido ordenadas por el profesional de la salud usted se confíe y diga con frecuencia: “Por ahí debo tener ibuprofeno”, cuando a alguien le dé dolor de cabeza u otros.
Hacemos este llamado de atención porque sabemos de un aspecto particular que se ve en las viviendas de los vallenatos: una amplia y peligrosa colección de todo tipo de pastillas que han sido ordenadas por los galenos y entregadas en los dispensarios, que frecuentemente son parte de una prescripción médica abandonada, y finalmente se convierten en la farmacéutica extraoficial de los hogares.
Por supuesto, además del peligro por ingerir medicamentos vencidos, o que los niños ingieran píldoras al alcance de la mano, también hay un factor de afectación ambiental, pues si estas medicinas, vencidas o no, llegan a través del alcantarillado de los hogares a las fuentes hídricas pueden contraminar, así como a los suelos.
Y como si fuera poco, no podemos deshacernos tan fácilmente de todo ese material químico, no es simplemente depositarlo en las canecas de la basura o en bolsas, si es que no se echa de manera suelta junco con otros desechos.
Para esto las autoridades sanitarias y de salud disponen de jornadas extramuros y puntos de depósito para la disposición adecuada de pastillas, jarabes, plaguicidas, entre otros. Por ejemplo, en la puerta de la Secretaría de Salud Departamental (transversal 18 #19-65), hay un punto de desechos con varios contenedores para este tipo de elementos.
Esperamos que las autoridades realicen pronto una jornada, y ojalá sea casa a casa, aunque esto no debe impedir que los ciudadanos acudan a Salud Departamental para desechar su “droguería personal” en desuso.
Un peligro adicional: detrás de la incorrecta disposición de estas medicinas podrían estar, según expertos, falsificadores de medicamentos que solo necesitan de nuestro descuido para abastecerse.
De manera que, para empezar, siga las instrucciones del médico y consuma sus medicinas en el orden y como los establece la receta. No se llene de acetaminofén u otros que generalmente terminan encima de la nevera, en una canasta cerca de la lavadora, en una de las alacenas o gavetas de cocina, entre otros lugares predilectos de la casa. Usted sabe cuáles son.
Hay algo que pueda ser más peligroso que automedicarse? Es posible que automedicarse con su propia selección de medicamentos acumulados en casa sea algo más lesivo para la salud que comprar y consumir medicinas sin que el médico lo haya prescrito.
Hay algo que pueda ser más peligroso que automedicarse? Es posible que automedicarse con su propia selección de medicamentos acumulados en casa sea algo más lesivo para la salud que comprar y consumir medicinas sin que el médico lo haya prescrito.
Esto obedece a que como esas pastillas y otras medicinas liquidas ya han sido ordenadas por el profesional de la salud usted se confíe y diga con frecuencia: “Por ahí debo tener ibuprofeno”, cuando a alguien le dé dolor de cabeza u otros.
Hacemos este llamado de atención porque sabemos de un aspecto particular que se ve en las viviendas de los vallenatos: una amplia y peligrosa colección de todo tipo de pastillas que han sido ordenadas por los galenos y entregadas en los dispensarios, que frecuentemente son parte de una prescripción médica abandonada, y finalmente se convierten en la farmacéutica extraoficial de los hogares.
Por supuesto, además del peligro por ingerir medicamentos vencidos, o que los niños ingieran píldoras al alcance de la mano, también hay un factor de afectación ambiental, pues si estas medicinas, vencidas o no, llegan a través del alcantarillado de los hogares a las fuentes hídricas pueden contraminar, así como a los suelos.
Y como si fuera poco, no podemos deshacernos tan fácilmente de todo ese material químico, no es simplemente depositarlo en las canecas de la basura o en bolsas, si es que no se echa de manera suelta junco con otros desechos.
Para esto las autoridades sanitarias y de salud disponen de jornadas extramuros y puntos de depósito para la disposición adecuada de pastillas, jarabes, plaguicidas, entre otros. Por ejemplo, en la puerta de la Secretaría de Salud Departamental (transversal 18 #19-65), hay un punto de desechos con varios contenedores para este tipo de elementos.
Esperamos que las autoridades realicen pronto una jornada, y ojalá sea casa a casa, aunque esto no debe impedir que los ciudadanos acudan a Salud Departamental para desechar su “droguería personal” en desuso.
Un peligro adicional: detrás de la incorrecta disposición de estas medicinas podrían estar, según expertos, falsificadores de medicamentos que solo necesitan de nuestro descuido para abastecerse.
De manera que, para empezar, siga las instrucciones del médico y consuma sus medicinas en el orden y como los establece la receta. No se llene de acetaminofén u otros que generalmente terminan encima de la nevera, en una canasta cerca de la lavadora, en una de las alacenas o gavetas de cocina, entre otros lugares predilectos de la casa. Usted sabe cuáles son.