Con este reglamento, la Agencia Nacional de Tierras busca terminar los conflictos sobre la tierra entre vecinos y familias que habitan en playones y sabanas comunales. En el corregimiento de Costilla se trata de un terreno de 516,87 hectáreas de extensión.
Ante la necesidad de administrar los playones y sabanas comunales, que son predios baldíos inadjudicables explotados sin ningún tipo de orden, la Agencia Nacional de Tierras creó el primer reglamento de uso y manejo de estos terrenos. El documento establece las áreas propicias para el uso sostenible y la conservación ambiental, priorizando el acceso a campesinos de escasos recursos económicos.
La primera población en beneficiarse de este reglamento es la sabana comunal del corregimiento de Costilla, municipio de Pelaya, en el sur del Cesar.
Se trata de un terreno de 516.87 hectáreas de extensión, que podrán ser trabajadas de manera comunitaria por 41 familias campesinas, beneficiando alrededor de 200 personas.
Según la Agencia Nacional de Tierras, las sabanas comunales del país han sido históricamente objeto de disputas entre vecinos y entre familias; y la manera desordenada como se han administrado estos terrenos ha causado un gran deterioro de su ecosistema.
En algunos casos, los ocupantes de estas tierras han desviado y secado las ciénagas y han destinado grandes hectáreas para el ganado, generando un grave daño ambiental.
Durante el evento de entrega oficial del reglamento, realizado en el corregimiento de Costilla, el director de Acceso a Tierras de la Agencia, Javier Flórez, explicó que “con este reglamento hecho con estudios técnicos podremos darle un uso y un manejo responsable a las tierras de la Nación en la que se puedan beneficiar los campesinos sin tierra, saber dónde cultivar, cuáles son las áreas de conservación y quiénes pueden acceder a estos predios”.
Agregó además que “este es un reconocimiento del Estado en favor de la comunidad, para garantizar el acceso a la tierra”.
Cabe recordar que en el municipio de Pelaya tienen influencia las ciénagas de Sahaya y Combu, por lo tanto, este reglamento se convierte en un mecanismo de conservación y de uso sostenible, que permite mitigar el cambio climático, regular el balance hídrico de los ecosistemas y así evitar las inundaciones en el corregimiento, en los cultivos o en las áreas de pastoreo.
Mientras se hizo oficial el reglamento de uso de sabanas y playones comunales, en el municipio de Boconia 53 familias, que por décadas han esperado para formalizar su territorio, hicieron realidad su sueño y recibieron los títulos de propiedad que los acreditan como únicos dueños de sus tierras.
Aseguró el director de Gestión Jurídica de la Agencia Nacional de Tierras, Juan Camilo Sanchéz, que estos títulos se convierten en “la llave que le permitirá a las familias campesinas abrir las puertas al progreso y transformar su calidad de vida y que demuestran, además, que la paz tiene los pies en la tierra”.
ANDREINA BANDERA MARTÍNEZ / EL PILÓN
[email protected]
Con este reglamento, la Agencia Nacional de Tierras busca terminar los conflictos sobre la tierra entre vecinos y familias que habitan en playones y sabanas comunales. En el corregimiento de Costilla se trata de un terreno de 516,87 hectáreas de extensión.
Ante la necesidad de administrar los playones y sabanas comunales, que son predios baldíos inadjudicables explotados sin ningún tipo de orden, la Agencia Nacional de Tierras creó el primer reglamento de uso y manejo de estos terrenos. El documento establece las áreas propicias para el uso sostenible y la conservación ambiental, priorizando el acceso a campesinos de escasos recursos económicos.
La primera población en beneficiarse de este reglamento es la sabana comunal del corregimiento de Costilla, municipio de Pelaya, en el sur del Cesar.
Se trata de un terreno de 516.87 hectáreas de extensión, que podrán ser trabajadas de manera comunitaria por 41 familias campesinas, beneficiando alrededor de 200 personas.
Según la Agencia Nacional de Tierras, las sabanas comunales del país han sido históricamente objeto de disputas entre vecinos y entre familias; y la manera desordenada como se han administrado estos terrenos ha causado un gran deterioro de su ecosistema.
En algunos casos, los ocupantes de estas tierras han desviado y secado las ciénagas y han destinado grandes hectáreas para el ganado, generando un grave daño ambiental.
Durante el evento de entrega oficial del reglamento, realizado en el corregimiento de Costilla, el director de Acceso a Tierras de la Agencia, Javier Flórez, explicó que “con este reglamento hecho con estudios técnicos podremos darle un uso y un manejo responsable a las tierras de la Nación en la que se puedan beneficiar los campesinos sin tierra, saber dónde cultivar, cuáles son las áreas de conservación y quiénes pueden acceder a estos predios”.
Agregó además que “este es un reconocimiento del Estado en favor de la comunidad, para garantizar el acceso a la tierra”.
Cabe recordar que en el municipio de Pelaya tienen influencia las ciénagas de Sahaya y Combu, por lo tanto, este reglamento se convierte en un mecanismo de conservación y de uso sostenible, que permite mitigar el cambio climático, regular el balance hídrico de los ecosistemas y así evitar las inundaciones en el corregimiento, en los cultivos o en las áreas de pastoreo.
Mientras se hizo oficial el reglamento de uso de sabanas y playones comunales, en el municipio de Boconia 53 familias, que por décadas han esperado para formalizar su territorio, hicieron realidad su sueño y recibieron los títulos de propiedad que los acreditan como únicos dueños de sus tierras.
Aseguró el director de Gestión Jurídica de la Agencia Nacional de Tierras, Juan Camilo Sanchéz, que estos títulos se convierten en “la llave que le permitirá a las familias campesinas abrir las puertas al progreso y transformar su calidad de vida y que demuestran, además, que la paz tiene los pies en la tierra”.
ANDREINA BANDERA MARTÍNEZ / EL PILÓN
[email protected]