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Columnista - 25 noviembre, 2022

Paz total y democracia diversa

El acuerdo de paz de Santos, más que un acuerdo de paz fue uno con las Farc; trajo de un lado de la moneda la desmovilización del grueso de una guerrilla, pero del otro, nos dejó un país polarizado, fracturado y dividido: la mitad en el No y la otra en el Sí del plebiscito.  […]

El acuerdo de paz de Santos, más que un acuerdo de paz fue uno con las Farc; trajo de un lado de la moneda la desmovilización del grueso de una guerrilla, pero del otro, nos dejó un país polarizado, fracturado y dividido: la mitad en el No y la otra en el Sí del plebiscito. 

Si la paz total sale mal, puede dejar no  dos colombias sino 4 o 5. Fragmentadas y enfrentándose. Puede derivar, más explícitamente, lo que llama Yascha Mounk, una anarquía estructurada, es decir, una guerra entre grupos rivales por el control de la economía ilegal  tal y como acaba de ocurrir con la masacre en Putumayo. 

Con un agravante, la economía criminal se diversificó: narco, minería ilegal, trata de inmigrantes, tráfico de armas, contrabando y, además, se multiplicó en grupos criminales -los hay por doquier- y como todo se paga en dólares y  el  dólar está rondando los 5 mil pesos y la autoridad está ausente, pues no hay ningún desincentivo para dejar un negocio muy rentable. Por ello, la Paz Total, por ahora, es una quimera. 

Y lo será si no hay un gobierno que monopolice la violencia. Los países más peligrosos son aquellos en los que la autoridad central no controla su territorio, por ejemplo, Venezuela, la República Centroafricana o Afganistán. Ahí la paz es más difícil de lograr. Se escabulle y en Colombia lo hará porque el ministro de Defensa no se sabe dónde está, ni en qué anda. Y mientras tanto, la economía criminal crece a sus anchas lo mismo que el asesinato de  líderes sociales. 

Por su parte, @petrogustavo está intentando hacer de la sociedad diversa, una democracia diversa. Está incluyendo sectores periféricos de la sociedad -negros, indígenas y pobres- en la agenda gubernamental. Es el reto de las democracias hoy día: gobernar la diversidad como la que trae la población inmigrante en Europa o  USA.  En eso andan allá.

Y la paz, para lograrla, necesita incluir la diversidad. Es más, la democracia diversa y la paz, para que sea funcional necesitan encontrarse en lo que metafóricamente Mounk llama  parque público porque un  parque tiene varios atributos: i) está abierto a todo el mundo y, por tanto, es libre e  inclusivo; ii) da opciones a sus visitantes, o sea, ofrece actividades heterogéneas  y iii) es un espacio dinámico para el encuentro.  Es ahí, en ese tipo de metáforas, donde se construye democracia inclusiva y la paz.

Lafaurie ayuda a balancear  la mesa con el ELN, es el diferente; pero a esa mesa le falta más  diversidad y representatividad para que gane en legitimidad  y en aceptación nacional lo allí acordado y no se parta el país en 4 o en 5.

En últimas, el que mucho abarca, poco aprieta,  y a la paz total de Petro le puede pasar la de Santos, quedar reducida a un acuerdo con el ELN y eso de por sí es bueno, más real y menos grandilocuente.

Columnista
25 noviembre, 2022

Paz total y democracia diversa

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Enrique Herrera Araujo

El acuerdo de paz de Santos, más que un acuerdo de paz fue uno con las Farc; trajo de un lado de la moneda la desmovilización del grueso de una guerrilla, pero del otro, nos dejó un país polarizado, fracturado y dividido: la mitad en el No y la otra en el Sí del plebiscito.  […]


El acuerdo de paz de Santos, más que un acuerdo de paz fue uno con las Farc; trajo de un lado de la moneda la desmovilización del grueso de una guerrilla, pero del otro, nos dejó un país polarizado, fracturado y dividido: la mitad en el No y la otra en el Sí del plebiscito. 

Si la paz total sale mal, puede dejar no  dos colombias sino 4 o 5. Fragmentadas y enfrentándose. Puede derivar, más explícitamente, lo que llama Yascha Mounk, una anarquía estructurada, es decir, una guerra entre grupos rivales por el control de la economía ilegal  tal y como acaba de ocurrir con la masacre en Putumayo. 

Con un agravante, la economía criminal se diversificó: narco, minería ilegal, trata de inmigrantes, tráfico de armas, contrabando y, además, se multiplicó en grupos criminales -los hay por doquier- y como todo se paga en dólares y  el  dólar está rondando los 5 mil pesos y la autoridad está ausente, pues no hay ningún desincentivo para dejar un negocio muy rentable. Por ello, la Paz Total, por ahora, es una quimera. 

Y lo será si no hay un gobierno que monopolice la violencia. Los países más peligrosos son aquellos en los que la autoridad central no controla su territorio, por ejemplo, Venezuela, la República Centroafricana o Afganistán. Ahí la paz es más difícil de lograr. Se escabulle y en Colombia lo hará porque el ministro de Defensa no se sabe dónde está, ni en qué anda. Y mientras tanto, la economía criminal crece a sus anchas lo mismo que el asesinato de  líderes sociales. 

Por su parte, @petrogustavo está intentando hacer de la sociedad diversa, una democracia diversa. Está incluyendo sectores periféricos de la sociedad -negros, indígenas y pobres- en la agenda gubernamental. Es el reto de las democracias hoy día: gobernar la diversidad como la que trae la población inmigrante en Europa o  USA.  En eso andan allá.

Y la paz, para lograrla, necesita incluir la diversidad. Es más, la democracia diversa y la paz, para que sea funcional necesitan encontrarse en lo que metafóricamente Mounk llama  parque público porque un  parque tiene varios atributos: i) está abierto a todo el mundo y, por tanto, es libre e  inclusivo; ii) da opciones a sus visitantes, o sea, ofrece actividades heterogéneas  y iii) es un espacio dinámico para el encuentro.  Es ahí, en ese tipo de metáforas, donde se construye democracia inclusiva y la paz.

Lafaurie ayuda a balancear  la mesa con el ELN, es el diferente; pero a esa mesa le falta más  diversidad y representatividad para que gane en legitimidad  y en aceptación nacional lo allí acordado y no se parta el país en 4 o en 5.

En últimas, el que mucho abarca, poco aprieta,  y a la paz total de Petro le puede pasar la de Santos, quedar reducida a un acuerdo con el ELN y eso de por sí es bueno, más real y menos grandilocuente.