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Columnista - 9 septiembre, 2010

Patrimonio

DOS PUNTOS. Por: Germán Piedrahíta R. El 7 de Agosto de 1997, el presidente Andrés Pastrana, en la ciudad de Barranquilla, daba nacimiento al Ministerio de la Cultura por medio de la ley 397 que pasó a ser conocida como Ley General de Cultura. ¿A qué viene este recuerdo? A la celebración durante todo Septiembre […]

DOS PUNTOS.

Por: Germán Piedrahíta R.

El 7 de Agosto de 1997, el presidente Andrés Pastrana, en la ciudad de Barranquilla, daba nacimiento al Ministerio de la Cultura por medio de la ley 397 que pasó a ser conocida como Ley General de Cultura.
¿A qué viene este recuerdo? A la celebración durante todo Septiembre del mes del patrimonio y traigo a colación la ley para recordar el artículo 56. “Estímulos al patrimonio cultural de la Nación.  Los propietarios de viene muebles e inmuebles de interés cultural, podrán DEDUCIR LA TOTALIDAD DE LOS GASTOS en que incurran para el mantenimiento y conservación de éstos bienes, aunque no guarden relación  de causalidad con la actividad productora de renta. Para tener derecho a este beneficio, las personas interesadas deberán presentar para aprobación del Ministerio de Cultura, un proyecto de adecuación del respectivo inmueble”.
Como pueden ver, todos los propietarios de bienes mueble de carácter colonial o de remembranza histórica, sin necesidad de norma por parte del Consejo o del señor Alcalde, tienen derecho a recibir el apoyo del estado por medio de ese artículo.
Pero la ley va más lejos pues también habla de los bienes inmateriales y por el desconocimiento de lo que es el patrimonio, terminamos perdiendo los auxilios a que se puede acceder. ¿Qué hace parte de nuestro patrimonio? Pues los valores culturales tales como la tradición, las costumbres, los hábitos en donde podemos enmarcar lo ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, literario y las representaciones de la cultura popular, tales como la alimentación, los bailes, leyendas, mitos, vestuario, etc.
¿Estamos resguardando esa identidad cultural?  ¿Defendemos además de la música vallenata, otro tipo de ritmos, de aires? La defensa por la tradición de la cocina, de la carne molida, de la arepa de queso, del suero, ¿cómo la hacemos? ¿El agua de arroz o de maíz, son tradicionales?. La yuca, el ñame, el guineo, la malanga, ¿nos corresponden?.
Si miramos los bailes y dejando los puramente indígenas ¿tenemos bailes familiares tradicionales? ¿El paseo, el son el merengue, la puya, podrán ser bailados al lado de la salsa y el reguetón? ¿Cuál es el baile, no folclórico que debemos resguardar?
¿Cómo viste un vallenato? ¿Cómo vestía? ¿La mujer llevaba pañoleta? ¿Sombrero?, pelo suelto, cogido como cola, con trenzas? El hombre, ¿lleva sombrero? ¿De qué clase? ¿ Cual es su corte de cabello tradicional? ¿Usa barba, bigote? ¿Los usó?
Si Consuelo Araujo nos dejó el Lexicón, ¿Qué términos se han perdido? ¿Cuales aún persisten y en que medio se usan?  ¿Cuál es el “deje” vallenato? ¿Se habla “cantao”? ¿Quiénes aún hablan así?.
Ya es tiempo de empezar a seleccionar lo que literariamente debe quedar para la posteridad de las próximas generaciones y no hay que esperar a que todos pasemos a “mejor vida” para reconocerles sus valores como bien lo está haciendo la biblioteca, pero con los juglares, y espero que – si se puede-., extiendan esa recolección de memorias a todos los actores de la cultura vallenata, pues puede ser bien interesante una charla de la Bella y la Mona sobre la tradición gastronómica.
Revisando la ley en este mes del patrimonio nos damos cuenta de la gran riqueza de todos los pueblos y en buena hora se revitaliza el clúster de la música y la cultura vallenata para poder ir encaminando los pasos y buscando los apoyos que nos permitan resguardar, no sólo lo construido, lo material, sino esa parte intangible que es la que forma realmente a los pueblos y la que más adelante permitirá a los descendientes no sólo del Valle de Upar o de la nación Chimila reconocerse, sino que permitirá a los extraños acercarse a una cultura que forma parte del patrimonio de una nación.
Todos somos patrimonio, ¿participamos?
[email protected]

Columnista
9 septiembre, 2010

Patrimonio

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS PUNTOS. Por: Germán Piedrahíta R. El 7 de Agosto de 1997, el presidente Andrés Pastrana, en la ciudad de Barranquilla, daba nacimiento al Ministerio de la Cultura por medio de la ley 397 que pasó a ser conocida como Ley General de Cultura. ¿A qué viene este recuerdo? A la celebración durante todo Septiembre […]


DOS PUNTOS.

Por: Germán Piedrahíta R.

El 7 de Agosto de 1997, el presidente Andrés Pastrana, en la ciudad de Barranquilla, daba nacimiento al Ministerio de la Cultura por medio de la ley 397 que pasó a ser conocida como Ley General de Cultura.
¿A qué viene este recuerdo? A la celebración durante todo Septiembre del mes del patrimonio y traigo a colación la ley para recordar el artículo 56. “Estímulos al patrimonio cultural de la Nación.  Los propietarios de viene muebles e inmuebles de interés cultural, podrán DEDUCIR LA TOTALIDAD DE LOS GASTOS en que incurran para el mantenimiento y conservación de éstos bienes, aunque no guarden relación  de causalidad con la actividad productora de renta. Para tener derecho a este beneficio, las personas interesadas deberán presentar para aprobación del Ministerio de Cultura, un proyecto de adecuación del respectivo inmueble”.
Como pueden ver, todos los propietarios de bienes mueble de carácter colonial o de remembranza histórica, sin necesidad de norma por parte del Consejo o del señor Alcalde, tienen derecho a recibir el apoyo del estado por medio de ese artículo.
Pero la ley va más lejos pues también habla de los bienes inmateriales y por el desconocimiento de lo que es el patrimonio, terminamos perdiendo los auxilios a que se puede acceder. ¿Qué hace parte de nuestro patrimonio? Pues los valores culturales tales como la tradición, las costumbres, los hábitos en donde podemos enmarcar lo ambiental, ecológico, lingüístico, sonoro, musical, literario y las representaciones de la cultura popular, tales como la alimentación, los bailes, leyendas, mitos, vestuario, etc.
¿Estamos resguardando esa identidad cultural?  ¿Defendemos además de la música vallenata, otro tipo de ritmos, de aires? La defensa por la tradición de la cocina, de la carne molida, de la arepa de queso, del suero, ¿cómo la hacemos? ¿El agua de arroz o de maíz, son tradicionales?. La yuca, el ñame, el guineo, la malanga, ¿nos corresponden?.
Si miramos los bailes y dejando los puramente indígenas ¿tenemos bailes familiares tradicionales? ¿El paseo, el son el merengue, la puya, podrán ser bailados al lado de la salsa y el reguetón? ¿Cuál es el baile, no folclórico que debemos resguardar?
¿Cómo viste un vallenato? ¿Cómo vestía? ¿La mujer llevaba pañoleta? ¿Sombrero?, pelo suelto, cogido como cola, con trenzas? El hombre, ¿lleva sombrero? ¿De qué clase? ¿ Cual es su corte de cabello tradicional? ¿Usa barba, bigote? ¿Los usó?
Si Consuelo Araujo nos dejó el Lexicón, ¿Qué términos se han perdido? ¿Cuales aún persisten y en que medio se usan?  ¿Cuál es el “deje” vallenato? ¿Se habla “cantao”? ¿Quiénes aún hablan así?.
Ya es tiempo de empezar a seleccionar lo que literariamente debe quedar para la posteridad de las próximas generaciones y no hay que esperar a que todos pasemos a “mejor vida” para reconocerles sus valores como bien lo está haciendo la biblioteca, pero con los juglares, y espero que – si se puede-., extiendan esa recolección de memorias a todos los actores de la cultura vallenata, pues puede ser bien interesante una charla de la Bella y la Mona sobre la tradición gastronómica.
Revisando la ley en este mes del patrimonio nos damos cuenta de la gran riqueza de todos los pueblos y en buena hora se revitaliza el clúster de la música y la cultura vallenata para poder ir encaminando los pasos y buscando los apoyos que nos permitan resguardar, no sólo lo construido, lo material, sino esa parte intangible que es la que forma realmente a los pueblos y la que más adelante permitirá a los descendientes no sólo del Valle de Upar o de la nación Chimila reconocerse, sino que permitirá a los extraños acercarse a una cultura que forma parte del patrimonio de una nación.
Todos somos patrimonio, ¿participamos?
[email protected]