Una semana ha pasado desde que el pasado 28 de enero un grupo de personas congregadas en una iglesia cristiana de Sabanalarga, Atlántico, esperaron la llegada de Jesucristo, hecho que nunca sucedió y que ahora ha ocasionado dolores de cabeza entre los cristianos que se despojaron de sus bienes materiales y renunciaron a sus trabajos para el acto religioso.

Lee también: Comunidad en el Atlántico esperó la resurrección de Jesús tras vender sus casas y renunciar a trabajos

Según medios de comunicación nacional, las personas que ayunaron por varias semanas al interior de la iglesia Berea en el corregimiento de Isabel López manifestaron que le perdieron el rastro al pastor Gabriel Ferrer Ruiz y algunos aseguraron que le dieron el dinero de sus propiedades vendidas.

“Hemos ido hasta la casa del pastor, pero no aparece por ningún lado; no sabemos si está encerrado, pero lo más probable es que está sumido en su decepción”, manifestó uno de los familiares de unos de los jóvenes que asiste a esta Iglesia.

Agregó: “Le estoy rogando a mi hijo para que regrese, pero lo siento como apenado y no quiere darle la cara a la familia con todo eso que pasó. Le digo que se tranquilice y que hay comprensión en la familia para que él retorne”.

Por su parte, Caracol Radio informó que conoció que el pastor Ferrer permanece en su residencia al norte de Barranquilla junto a su esposa e hijo y que dijo que nunca recibió dinero de los creyentes, que el dinero que tiene es de su cargo como profesor de Universidad, al que renunció hace unas semanas.

No dejes de leer: ‘Bridgerton’ es la serie más vista en toda la historia de Netflix

Ferrer es profesor de literatura y autor de diferentes textos académicos. En su carta de renuncia a la Universidad del Atlántico dijo que dejaba el cargo “porque quiero proseguir al blanco, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús”.

Hace unos días sobre las críticas recibidas por su congregación para la resurrección de Jesucristo dijo en un comunicado: “Ahora mismo muchos están vituperando, diciendo que nos vamos a suicidar. Todo porque decimos que estamos a pocos días para el arrebatamiento. Y con respecto de este ataque del diablo y de los impíos que le prestan su boca y su vocación a Satanás quiero decirles que los que alientan el suicidio son los apóstatas”.