Señor Rober Romero Ramírez, aunque su activismo político es conocido de manera amplia en el Departamento, su escogencia como nuevo rector de la UPC abre paso a la esperanza de rescatarla de las garras de hienas que la están devorando como escribí en una columna reciente y lograr sacarla del sótano en las mediciones de calidad de las instituciones de educación superior
Tiene en sus manos una gran oportunidad señor Rober Romero Ramírez, esa oportunidad que le negaron cuando participó en la consulta liberal para escoger candidato a la Alcaldía de Valledupar por esa colectividad, una oportunidad para demostrar que puede hacer las cosas bien y dejar atrás ese lamentable episodio que se convirtió para usted la lotería la vallenata.
Le llegó la oportunidad para liderar, para transformar, para promover cambios no sólo al interior de la Universidad Popular del Cesar, un cambio que pueda brillar en todo el departamento, porque si algo tienen las universidades es la capacidad de impactar en los territorios.
La Universidad Popular del Cesar en los últimos años ha vivido una verdadera desgracia desde las equivocadas designaciones como las de Darling Guevara, Raúl Gutierrez, José Sierra y Alberto Cuello; todos ellos promovieron la politiquería en su máxima expresión dejando a un lado la verdadera misión de la institución.
Señor Rober Romero Ramírez, aunque su activismo político es conocido de manera amplia en el Departamento, su escogencia como nuevo rector de la UPC abre paso a la esperanza de rescatarla de las garras de hienas que la están devorando como escribí en una columna reciente y lograr sacarla del sótano en las mediciones de calidad de las instituciones de educación superior, para que el programa de microbiología pueda obtener la renovación del registro, para que todos los programas puedan contar con su acreditación, para que los docentes reciban sus salarios, para que en la universidad reine la academia, la investigación, el debate, el libre pensamiento y la formación de jóvenes que ven allí el primer paso para hacer realidad sus sueños.
Constantemente se destacan universidades de la ciudad como la UDES, liderada por el doctor Carlos Morón Cuello o la Fundación Universitaria del Area Andina, liderada por la ingeniera Gelca Gutierrez, por las buenas noticias que traen a esta región, en contraste de lo que ocurre en la UPC; llegó el momento de superar todo eso, estaremos atentos a sus pasos, vigilantes y dispuestos a respaldar las decisiones que alejen a la universidad del estado actual y la protejan de cualquier asomo de corrupción, pero no dudaremos en denunciar las actuaciones que se consideren contrarias a la comunidad upcista.
Los estudiantes lo ven a usted con alto grado de aprecio y lo estiman como un buen docente, mire a los ojos de esos muchachos y por un momento camine por sus miradas, piérdase en las ilusiones que se esconden en cada uno de ellos y encontrará el más puro deseo de pertenecer a una comunidad universitaria descontaminada, fomente señor rector Rober Romero la más profunda revolución educativa al interior de la UPC, si lo logra estará colaborando para un mejor futuro de sus discípulos y de paso contribuyendo al desarrollo de la región, metas que de alcanzarlas le serán no solo reconocidas por la sociedad, también se le retribuirá reservándolo para propósitos más altos.
Señor Rober Romero Ramírez, aunque su activismo político es conocido de manera amplia en el Departamento, su escogencia como nuevo rector de la UPC abre paso a la esperanza de rescatarla de las garras de hienas que la están devorando como escribí en una columna reciente y lograr sacarla del sótano en las mediciones de calidad de las instituciones de educación superior
Tiene en sus manos una gran oportunidad señor Rober Romero Ramírez, esa oportunidad que le negaron cuando participó en la consulta liberal para escoger candidato a la Alcaldía de Valledupar por esa colectividad, una oportunidad para demostrar que puede hacer las cosas bien y dejar atrás ese lamentable episodio que se convirtió para usted la lotería la vallenata.
Le llegó la oportunidad para liderar, para transformar, para promover cambios no sólo al interior de la Universidad Popular del Cesar, un cambio que pueda brillar en todo el departamento, porque si algo tienen las universidades es la capacidad de impactar en los territorios.
La Universidad Popular del Cesar en los últimos años ha vivido una verdadera desgracia desde las equivocadas designaciones como las de Darling Guevara, Raúl Gutierrez, José Sierra y Alberto Cuello; todos ellos promovieron la politiquería en su máxima expresión dejando a un lado la verdadera misión de la institución.
Señor Rober Romero Ramírez, aunque su activismo político es conocido de manera amplia en el Departamento, su escogencia como nuevo rector de la UPC abre paso a la esperanza de rescatarla de las garras de hienas que la están devorando como escribí en una columna reciente y lograr sacarla del sótano en las mediciones de calidad de las instituciones de educación superior, para que el programa de microbiología pueda obtener la renovación del registro, para que todos los programas puedan contar con su acreditación, para que los docentes reciban sus salarios, para que en la universidad reine la academia, la investigación, el debate, el libre pensamiento y la formación de jóvenes que ven allí el primer paso para hacer realidad sus sueños.
Constantemente se destacan universidades de la ciudad como la UDES, liderada por el doctor Carlos Morón Cuello o la Fundación Universitaria del Area Andina, liderada por la ingeniera Gelca Gutierrez, por las buenas noticias que traen a esta región, en contraste de lo que ocurre en la UPC; llegó el momento de superar todo eso, estaremos atentos a sus pasos, vigilantes y dispuestos a respaldar las decisiones que alejen a la universidad del estado actual y la protejan de cualquier asomo de corrupción, pero no dudaremos en denunciar las actuaciones que se consideren contrarias a la comunidad upcista.
Los estudiantes lo ven a usted con alto grado de aprecio y lo estiman como un buen docente, mire a los ojos de esos muchachos y por un momento camine por sus miradas, piérdase en las ilusiones que se esconden en cada uno de ellos y encontrará el más puro deseo de pertenecer a una comunidad universitaria descontaminada, fomente señor rector Rober Romero la más profunda revolución educativa al interior de la UPC, si lo logra estará colaborando para un mejor futuro de sus discípulos y de paso contribuyendo al desarrollo de la región, metas que de alcanzarlas le serán no solo reconocidas por la sociedad, también se le retribuirá reservándolo para propósitos más altos.