Por Alberto Herazo Palmera Esa es la pregunta que siempre me hago. Todos los días, de un tiempo para acá, oímos y leemos todo tipo de diagnóstico y críticas a la situación actual de Valledupar, así como de recomendaciones para solucionar los diferentes problemas. Sin embargo, creo sinceramente que ya es hora de actuar. […]
Por Alberto Herazo Palmera
Esa es la pregunta que siempre me hago. Todos los días, de un tiempo para acá, oímos y leemos todo tipo de diagnóstico y críticas a la situación actual de Valledupar, así como de recomendaciones para solucionar los diferentes problemas. Sin embargo, creo sinceramente que ya es hora de actuar.
La falta de control, el atraso en las redes viales, el desempleo, espacio público, inseguridad, la aplicación del POT a medias, la falta de cultura, la corrupción, los recursos públicos, el tránsito, la salud, el mototaxismo, la falta de planeación, el abandono de los parques, la ausencia de colaboración ciudadana y finalmente la cantidad de locos que hay en la ciudad, entre otros, es lo que tiene a Valledupar al borde del colapso.
Pero otros de los fenómenos que tiene a esta ciudad en este estado y poco se ha analizado y que nunca las administraciones municipales contemplaron fue el fenómeno de migraciones, el cual disparó el crecimiento de Valledupar muy por encima de las proyecciones. Todas estas cosas son las que han incidido en su crecimiento caótico y desordenado pero analicemos algunas de ellas: uno de los primeros factores es el atraso que ha habido en la Malla Vial Principal debido, entre otras cosas, a que no fue prioritario para muchas administraciones (solo se ha tenido en cuenta por los exalcaldes Rodolfo Campo Soto, Aníbal Martínez Zuleta, Luis Fabián Fernández y el alcalde actual Fredys Socarrás). Con el sistema estratégico de transporte público que se establecerá en la ciudad será en parte la solución. El espacio público, como lo he venido diciendo está en cero, no hemos podido recuperar para los peatones y el comercio, corredores adecuados y seguros para su libre y segura movilización, por eso, el empeño de la actual administración debe ser el de despejar de casetas, vendedores ambulantes, estacionarios y automotores, los andenes de la ciudad y ofrecer espacio público peatonal de alta calidad para la mayoría de los vallenatos que no tienen carro y caminan diariamente por la ciudad. Planeación Municipal está de capas caídas y aquí la gente construye donde le da la gana. La inseguridad sigue de mal en peor, no se ha podido reducir el número de homicidios, de atracos en las calles, robos en residencias, sin embargo, nuestra policía en cabeza de nuestro buen coronel Juan Pablo Guerrero y con el sistema de cuadrantes, sigue trabajando intensamente para garantizar la seguridad de todos los vallenatos. El POT, las buenas intenciones de aplicarlo han quedado en el papel, todavía está en revisión y ha creado desconcierto entre sectores específicos como el de la construcción, que al no tener claro sobre los usos del suelo, ni siquiera sabe dónde puede desarrollar sus proyectos y dónde no. La corrupción traspasó los límites. El tránsito ni para qué hablar de él, es mejor no tocar este tema. El mototaxismo, es urgente que las autoridades piensen en los efectos negativos que está generando su crecimiento descontrolado en movilidad, contaminación y salud, si la ciudad no frena los incentivos de las motos y su rápido crecimiento, pronto se volverá más crítica la situación, y por lo menos se deben aumentar las campañas educativas y de control. La cultura ciudadana, nos falta mucho, el mayor sentido de pertenencia en la ciudad de Bogotá fue canalizado por el que fuera uno de sus mejores alcaldes, Antanas Mockus, a través de su programa de Cultura Ciudadana, sigamos su ejemplo para crear verdaderos ciudadanos comprometidos con Valledupar. Los parques están en total abandono y los vándalos hacen de las suyas y agréguele a esto la cantidad de locos que han llegado a la ciudad y que merodean estos sectores.
Pienso finalmente que el secreto de Valledupar radica que la actual administración debe generar alternativas de soluciones a estos múltiples problemas en muy corto tiempo y con efectos muy rápidos. Y eso es lo que esperamos y buscan los ciudadanos y además lo que genera credibilidad en los gobernantes.
A raíz del escándalo de la tala de árboles en el aeropuerto Alfonso López de Valledupar, aprovechemos llamar a ‘puyengue’ la concesión que tiene a su cargo el aeropuerto. Da la impresión que todo se está haciendo a espaldas de los vallenatos, es lógico que nosotros tengamos velas en este entierro. No conocemos los planos, todos soñamos con la expectativa de la ampliación y la remodelación del mismo. Me pregunto, ¿cuál es el costo del proyecto y cuál es su cronograma de trabajo? Ventilar las cosas positivas, negativas o críticas si las hay, públicamente es sano para un negocio que necesita de la mayor transparencia, por los montos y lo que está en juego. Y finalmente, no sería malo que la Procuraduría adelantara una investigación en el manejo de los desechos orgánicos en las clínicas y hospitales de la ciudad. Hay que investigar si verdaderamente se están cumpliendo las normas o son manejados inadecuadamente. Por algo lo solicito.
Por Alberto Herazo Palmera Esa es la pregunta que siempre me hago. Todos los días, de un tiempo para acá, oímos y leemos todo tipo de diagnóstico y críticas a la situación actual de Valledupar, así como de recomendaciones para solucionar los diferentes problemas. Sin embargo, creo sinceramente que ya es hora de actuar. […]
Por Alberto Herazo Palmera
Esa es la pregunta que siempre me hago. Todos los días, de un tiempo para acá, oímos y leemos todo tipo de diagnóstico y críticas a la situación actual de Valledupar, así como de recomendaciones para solucionar los diferentes problemas. Sin embargo, creo sinceramente que ya es hora de actuar.
La falta de control, el atraso en las redes viales, el desempleo, espacio público, inseguridad, la aplicación del POT a medias, la falta de cultura, la corrupción, los recursos públicos, el tránsito, la salud, el mototaxismo, la falta de planeación, el abandono de los parques, la ausencia de colaboración ciudadana y finalmente la cantidad de locos que hay en la ciudad, entre otros, es lo que tiene a Valledupar al borde del colapso.
Pero otros de los fenómenos que tiene a esta ciudad en este estado y poco se ha analizado y que nunca las administraciones municipales contemplaron fue el fenómeno de migraciones, el cual disparó el crecimiento de Valledupar muy por encima de las proyecciones. Todas estas cosas son las que han incidido en su crecimiento caótico y desordenado pero analicemos algunas de ellas: uno de los primeros factores es el atraso que ha habido en la Malla Vial Principal debido, entre otras cosas, a que no fue prioritario para muchas administraciones (solo se ha tenido en cuenta por los exalcaldes Rodolfo Campo Soto, Aníbal Martínez Zuleta, Luis Fabián Fernández y el alcalde actual Fredys Socarrás). Con el sistema estratégico de transporte público que se establecerá en la ciudad será en parte la solución. El espacio público, como lo he venido diciendo está en cero, no hemos podido recuperar para los peatones y el comercio, corredores adecuados y seguros para su libre y segura movilización, por eso, el empeño de la actual administración debe ser el de despejar de casetas, vendedores ambulantes, estacionarios y automotores, los andenes de la ciudad y ofrecer espacio público peatonal de alta calidad para la mayoría de los vallenatos que no tienen carro y caminan diariamente por la ciudad. Planeación Municipal está de capas caídas y aquí la gente construye donde le da la gana. La inseguridad sigue de mal en peor, no se ha podido reducir el número de homicidios, de atracos en las calles, robos en residencias, sin embargo, nuestra policía en cabeza de nuestro buen coronel Juan Pablo Guerrero y con el sistema de cuadrantes, sigue trabajando intensamente para garantizar la seguridad de todos los vallenatos. El POT, las buenas intenciones de aplicarlo han quedado en el papel, todavía está en revisión y ha creado desconcierto entre sectores específicos como el de la construcción, que al no tener claro sobre los usos del suelo, ni siquiera sabe dónde puede desarrollar sus proyectos y dónde no. La corrupción traspasó los límites. El tránsito ni para qué hablar de él, es mejor no tocar este tema. El mototaxismo, es urgente que las autoridades piensen en los efectos negativos que está generando su crecimiento descontrolado en movilidad, contaminación y salud, si la ciudad no frena los incentivos de las motos y su rápido crecimiento, pronto se volverá más crítica la situación, y por lo menos se deben aumentar las campañas educativas y de control. La cultura ciudadana, nos falta mucho, el mayor sentido de pertenencia en la ciudad de Bogotá fue canalizado por el que fuera uno de sus mejores alcaldes, Antanas Mockus, a través de su programa de Cultura Ciudadana, sigamos su ejemplo para crear verdaderos ciudadanos comprometidos con Valledupar. Los parques están en total abandono y los vándalos hacen de las suyas y agréguele a esto la cantidad de locos que han llegado a la ciudad y que merodean estos sectores.
Pienso finalmente que el secreto de Valledupar radica que la actual administración debe generar alternativas de soluciones a estos múltiples problemas en muy corto tiempo y con efectos muy rápidos. Y eso es lo que esperamos y buscan los ciudadanos y además lo que genera credibilidad en los gobernantes.
A raíz del escándalo de la tala de árboles en el aeropuerto Alfonso López de Valledupar, aprovechemos llamar a ‘puyengue’ la concesión que tiene a su cargo el aeropuerto. Da la impresión que todo se está haciendo a espaldas de los vallenatos, es lógico que nosotros tengamos velas en este entierro. No conocemos los planos, todos soñamos con la expectativa de la ampliación y la remodelación del mismo. Me pregunto, ¿cuál es el costo del proyecto y cuál es su cronograma de trabajo? Ventilar las cosas positivas, negativas o críticas si las hay, públicamente es sano para un negocio que necesita de la mayor transparencia, por los montos y lo que está en juego. Y finalmente, no sería malo que la Procuraduría adelantara una investigación en el manejo de los desechos orgánicos en las clínicas y hospitales de la ciudad. Hay que investigar si verdaderamente se están cumpliendo las normas o son manejados inadecuadamente. Por algo lo solicito.