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Columnista - 9 marzo, 2011

Para conocimiento de todos

Por: Basilio Padilla No es de extrañar que las viejas costumbres políticas hagan su reaparición, demostrando una vez más que la ciudadanía cesarense tiene que escoger con ojos de lupa a quienes quieren dirigir el futuro de nuestra región. En este campo indeterminado por control de los futuros votos están apareciendo toda clase de intereses […]

Por: Basilio Padilla

No es de extrañar que las viejas costumbres políticas hagan su reaparición, demostrando una vez más que la ciudadanía cesarense tiene que escoger con ojos de lupa a quienes quieren dirigir el futuro de nuestra región.
En este campo indeterminado por control de los futuros votos están apareciendo toda clase de intereses personales, trucos políticos, derroche de dinero, compra de conciencias y la guerra psicológica de encuestas falsas y amañadas. A los que a diario hablamos honesta y directamente con las gentes, nos cuentan todas estas historias.
El gasto excesivo de dinero solo puede significar que la corrupción seguirá en las futuras administraciones con el objetivo de recuperar todo lo gastado y más. Y lo más preocupante es que algunos de los candidatos que están haciendo todo esto, cuando van a la radio, hablan de honestidad y transparencia. El otro aspecto de la política local es que debido a la cantidad de candidatos por cada partido, la discusión en todos los pasillos, es si las consultas se van a hacer o no.
Las decisiones son criticadas debido a los muchos intereses personales, favoritismos e influencias  que entran en juego por parte de las directivas políticas. En nuestro sistema democrático de derechos individuales las decisiones deben ser las que más estén acorde con el bienestar ciudadanoy el respeto que cada persona merece en el uso racional de sus derechos.
El rechazo de estas simples reglas, desafía el uso correcto y respetuoso a que los candidatos tienen derecho y solo contribuye a la discordia y posible fracaso de los demás candidatos,  teniendo en cuenta que cuando esto sucede el resto de ellos no contribuyen al éxito de los que fueron favorecidos en forma caprichosa. El tema del derroche de dineros ocurre debido a las múltiples necesidades que nuestra población atraviesa, especialmente en los barrios de extracción humilde, donde las tasas de desempleo han alcanzado niveles muy elevados  y donde los candidatos se aprovechan de las muchas necesidades existentes.
Por ejemplo, los candidatos están pagando por la publicidad que dejan en las distintas residencias, sin que estas personas necesariamente los apoyen. Un candidato ofrece 25.000 pesos a todas las personas que distribuyan su publicidad en los distintos barrios y 20.000 pesos más por cada taxi o carro que lleve su parasol publicitario. A ciertos líderes se les ofrece una suma para que ellos la distribuyan entre el resto de estas personas humildes, con el propósito de mantenerlas bajo control y vigilancia, porque atrás de este llega otro candidato que ofrece un poco más. A los que tratamos de cambiar estas costumbres, que deben desaparecer, nos queda muy difícil, frente a la propuesta monetaria de otros. Sin embargo, la ciudadanía y personas honestas deben denunciar estos hechos, llamando a los medios locales.
Las campañas no se deben hacer con el tradicional manejo  de dinero, sino que deben ser propuestas para resolver los problemas de nuestras gentes de una manera contundente y positiva. Todos sabemos que cuando un candidato gasta millones en la campaña, asume que ya le ha pagado a todo el mundo y el resto de su término en la administración es para recuperar y pagarle a todos aquellos que también le apostaron a su campaña, con sus grandes contribuciones económicas.
Ojalá que la ciudadanía rechace estos hechos que solo conducen a la corrupción que a diario se ve en las administraciones, donde algunos reciben toda clase de contratos y posiciones burocráticas. Debemos tener en cuenta que las elecciones se ganan, no por  el manejo de publicidad y grandes recursos económicos, sino por las sanas propuestas que se puedan llevar a cabo. El hecho de que el candidato tenga un afiche en cada poste del departamento del cesar, no le debe garantizar el triunfo en las urnas.

Columnista
9 marzo, 2011

Para conocimiento de todos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Basilio Padilla

Por: Basilio Padilla No es de extrañar que las viejas costumbres políticas hagan su reaparición, demostrando una vez más que la ciudadanía cesarense tiene que escoger con ojos de lupa a quienes quieren dirigir el futuro de nuestra región. En este campo indeterminado por control de los futuros votos están apareciendo toda clase de intereses […]


Por: Basilio Padilla

No es de extrañar que las viejas costumbres políticas hagan su reaparición, demostrando una vez más que la ciudadanía cesarense tiene que escoger con ojos de lupa a quienes quieren dirigir el futuro de nuestra región.
En este campo indeterminado por control de los futuros votos están apareciendo toda clase de intereses personales, trucos políticos, derroche de dinero, compra de conciencias y la guerra psicológica de encuestas falsas y amañadas. A los que a diario hablamos honesta y directamente con las gentes, nos cuentan todas estas historias.
El gasto excesivo de dinero solo puede significar que la corrupción seguirá en las futuras administraciones con el objetivo de recuperar todo lo gastado y más. Y lo más preocupante es que algunos de los candidatos que están haciendo todo esto, cuando van a la radio, hablan de honestidad y transparencia. El otro aspecto de la política local es que debido a la cantidad de candidatos por cada partido, la discusión en todos los pasillos, es si las consultas se van a hacer o no.
Las decisiones son criticadas debido a los muchos intereses personales, favoritismos e influencias  que entran en juego por parte de las directivas políticas. En nuestro sistema democrático de derechos individuales las decisiones deben ser las que más estén acorde con el bienestar ciudadanoy el respeto que cada persona merece en el uso racional de sus derechos.
El rechazo de estas simples reglas, desafía el uso correcto y respetuoso a que los candidatos tienen derecho y solo contribuye a la discordia y posible fracaso de los demás candidatos,  teniendo en cuenta que cuando esto sucede el resto de ellos no contribuyen al éxito de los que fueron favorecidos en forma caprichosa. El tema del derroche de dineros ocurre debido a las múltiples necesidades que nuestra población atraviesa, especialmente en los barrios de extracción humilde, donde las tasas de desempleo han alcanzado niveles muy elevados  y donde los candidatos se aprovechan de las muchas necesidades existentes.
Por ejemplo, los candidatos están pagando por la publicidad que dejan en las distintas residencias, sin que estas personas necesariamente los apoyen. Un candidato ofrece 25.000 pesos a todas las personas que distribuyan su publicidad en los distintos barrios y 20.000 pesos más por cada taxi o carro que lleve su parasol publicitario. A ciertos líderes se les ofrece una suma para que ellos la distribuyan entre el resto de estas personas humildes, con el propósito de mantenerlas bajo control y vigilancia, porque atrás de este llega otro candidato que ofrece un poco más. A los que tratamos de cambiar estas costumbres, que deben desaparecer, nos queda muy difícil, frente a la propuesta monetaria de otros. Sin embargo, la ciudadanía y personas honestas deben denunciar estos hechos, llamando a los medios locales.
Las campañas no se deben hacer con el tradicional manejo  de dinero, sino que deben ser propuestas para resolver los problemas de nuestras gentes de una manera contundente y positiva. Todos sabemos que cuando un candidato gasta millones en la campaña, asume que ya le ha pagado a todo el mundo y el resto de su término en la administración es para recuperar y pagarle a todos aquellos que también le apostaron a su campaña, con sus grandes contribuciones económicas.
Ojalá que la ciudadanía rechace estos hechos que solo conducen a la corrupción que a diario se ve en las administraciones, donde algunos reciben toda clase de contratos y posiciones burocráticas. Debemos tener en cuenta que las elecciones se ganan, no por  el manejo de publicidad y grandes recursos económicos, sino por las sanas propuestas que se puedan llevar a cabo. El hecho de que el candidato tenga un afiche en cada poste del departamento del cesar, no le debe garantizar el triunfo en las urnas.