Teniendo en cuenta que el desarrollo de la sociedad se basa en la convicción de la capacidad y potencialidad del talento humano, el Gobierno nacional debe promover un enfoque de cambio y transformación, mediante el fortalecimiento de la educación, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que vivimos. Es necesario el mejoramiento de las condiciones de […]
Teniendo en cuenta que el desarrollo de la sociedad se basa en la convicción de la capacidad y potencialidad del talento humano, el Gobierno nacional debe promover un enfoque de cambio y transformación, mediante el fortalecimiento de la educación, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que vivimos. Es necesario el mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos de una colectividad y en las relaciones que estos mantienen entre sí y con otros grupos o instituciones que conforman el tejido social de ésta nación.
Las políticas públicas, la participación ciudadana, el crecimiento económico y otros factores bien encaminados, indudablemente impulsan el desarrollo social de una comunidad. Es indudable que un país que pretende el desarrollo, debe promover e impulsar la ejecución de planes de acción e iniciativas articuladas en primera instancia a despertar la conciencia, autoestima y el sentido de pertenencia del talento humano para que pueda actuar, decidir, participar y actuar en la identificación de los problemas en aras de generar alternativas de solución y posibilitar cambios cualitativos del contexto social.
No puede la comunidad seguir inactiva, cruzada de brazos y viviendo de ilusiones. Por ello, bien lo decía el presidente norteamericano Jhon F. Kennedy en la cita: “Que puedo yo dar al desarrollo de mi país y no que puede el país darme a mí”.
Se requiere con urgencia instituir en el contexto nacional una configuración conceptual y operativa; es decir, una posición vivencial que oriente la práctica social-comunitaria que fomente la toma de conciencia hacia un proceso de cambio; esto en virtud a la necesidad de transformar la realidad en soluciones a los problemas. La estrategia es articular la promoción de procesos educativos que se conviertan en fórmulas y esquemas de hechos reales y concretos con visión significativa de las condiciones de vida.
No hay que olvidar que el desarrollo de las sociedades equivale a un proceso social que se obtiene mediante la capacidad expresiva y de acciones. La comunidad es actora y protagonista del desarrollo social; por ello, representa el estatus del constituyente primario con la facultad soberana de elegir y ser elegida, decidir y participar en la toma de decisiones entorno al andamiaje político administrativo. Pero desafortunadamente, el pueblo permanece de espaldas ante el vital e importante ejercicio de carácter democrático, permitiendo de esta forma que los mandatarios de turno actúen sin contar con los requerimientos y necesidades de sus gobernados y en tal sentido son responsables de su propio destino, permitiendo que la corrupción germine día por día.
Es necesario y por demás urgente fomentar las veedurías, el control, la supervisión y el análisis crítico sobre la ejecución y cumplimiento de los programas de gobierno en todos y cada uno de los entes territoriales del país.
El derecho al desarrollo es un derecho humano e inalienable, en virtud del cual, todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse.
Teniendo en cuenta que el desarrollo de la sociedad se basa en la convicción de la capacidad y potencialidad del talento humano, el Gobierno nacional debe promover un enfoque de cambio y transformación, mediante el fortalecimiento de la educación, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que vivimos. Es necesario el mejoramiento de las condiciones de […]
Teniendo en cuenta que el desarrollo de la sociedad se basa en la convicción de la capacidad y potencialidad del talento humano, el Gobierno nacional debe promover un enfoque de cambio y transformación, mediante el fortalecimiento de la educación, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que vivimos. Es necesario el mejoramiento de las condiciones de vida de los individuos de una colectividad y en las relaciones que estos mantienen entre sí y con otros grupos o instituciones que conforman el tejido social de ésta nación.
Las políticas públicas, la participación ciudadana, el crecimiento económico y otros factores bien encaminados, indudablemente impulsan el desarrollo social de una comunidad. Es indudable que un país que pretende el desarrollo, debe promover e impulsar la ejecución de planes de acción e iniciativas articuladas en primera instancia a despertar la conciencia, autoestima y el sentido de pertenencia del talento humano para que pueda actuar, decidir, participar y actuar en la identificación de los problemas en aras de generar alternativas de solución y posibilitar cambios cualitativos del contexto social.
No puede la comunidad seguir inactiva, cruzada de brazos y viviendo de ilusiones. Por ello, bien lo decía el presidente norteamericano Jhon F. Kennedy en la cita: “Que puedo yo dar al desarrollo de mi país y no que puede el país darme a mí”.
Se requiere con urgencia instituir en el contexto nacional una configuración conceptual y operativa; es decir, una posición vivencial que oriente la práctica social-comunitaria que fomente la toma de conciencia hacia un proceso de cambio; esto en virtud a la necesidad de transformar la realidad en soluciones a los problemas. La estrategia es articular la promoción de procesos educativos que se conviertan en fórmulas y esquemas de hechos reales y concretos con visión significativa de las condiciones de vida.
No hay que olvidar que el desarrollo de las sociedades equivale a un proceso social que se obtiene mediante la capacidad expresiva y de acciones. La comunidad es actora y protagonista del desarrollo social; por ello, representa el estatus del constituyente primario con la facultad soberana de elegir y ser elegida, decidir y participar en la toma de decisiones entorno al andamiaje político administrativo. Pero desafortunadamente, el pueblo permanece de espaldas ante el vital e importante ejercicio de carácter democrático, permitiendo de esta forma que los mandatarios de turno actúen sin contar con los requerimientos y necesidades de sus gobernados y en tal sentido son responsables de su propio destino, permitiendo que la corrupción germine día por día.
Es necesario y por demás urgente fomentar las veedurías, el control, la supervisión y el análisis crítico sobre la ejecución y cumplimiento de los programas de gobierno en todos y cada uno de los entes territoriales del país.
El derecho al desarrollo es un derecho humano e inalienable, en virtud del cual, todo ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan realizarse.