El tapabocas, la mascarilla se han convertido en el marco de la pandemia, constituyéndose hoy por hoy en un elemento más de uso personal y un producto que incrementa la canasta familiar. A más de uno, mujeres y hombres, patrulleros de la Policía Nacional, que cuentan con la facultad de ejercer control en cualquier ciudad, […]
El tapabocas, la mascarilla se han convertido en el marco de la pandemia, constituyéndose hoy por hoy en un elemento más de uso personal y un producto que incrementa la canasta familiar. A más de uno, mujeres y hombres, patrulleros de la Policía Nacional, que cuentan con la facultad de ejercer control en cualquier ciudad, han sorprendido a ciudadanos que no llevan el tapabocas adecuadamente puesto; es decir, violando el cumplimiento normativo del protocolo de carácter universal, desconociendo su utilidad, salvar vidas.
Lo más importante en éste proceso es que los seres humanos en ésta etapa de la pandemia han adoptado un nuevo estilo de vida que requiere la incorporación de muchos cambios dentro de su habitual y tradicional forma de ser, entre ellas el incorporar como un mecanismo obligatorio la utilización del elemento que aísla la probabilidad de un posible contagio (el tapabocas); a más de uno se le ha olvidado; es algo totalmente novedoso y rigurosamente al protocolo nos vamos acoplando a esta norma; violarla implica el hecho de ser sancionado pecuniariamente, con comparendo que representa dañarse la hoja de vida, son 936 mil pesos; sin embargo, en la provincia esta multa es revestida de actividades comunitarias: limpieza de parques, ornatos.
Como puede interpretarse, la disciplina ha sido modificada gracias a la pandemia y hablando de disciplina, la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene presencia en gran parte del mundo, a diario y en forma habitual y a través de los distintos medios de comunicación social, radio, prensa, tv y redes sociales, emite orientaciones y prevenciones sobre cómo prevenir ser contagiados. No está de más recordar que el hecho que un ser humano se encuentre firme y vigoroso, puede ser contagiado, cuidado. El virus no respeta clase social, ni distingue razas; no debemos bajar la guardia.
Bajo éste orden de recomendaciones para hacer frente no sólo al contagio del virus, sino su propagación, es importante añadir al uso del tapabocas, el lavado de las manos, evitar aglomeraciones, mantenernos confinados. Este proceso muy sencillo pero significativo conlleva a salvar vidas.
Desde esta columna y de forma didáctica pedagógica queremos servir de valiosa herramienta para llevar a la práctica consejos útiles que son de mucho valor en estos momentos. Acatar sin restricción algunas recomendaciones muy sutiles nos permiten sobrevivir y mantenernos firmes en éstos momentos de la pandemia; enojarnos, desconocer las normas de bioseguridad no conlleva a nada, porque es negar la veracidad de esta monstruosa realidad: muerte.
Seguimos convencidos que la innovación tecnológica dentro del proceso virtual de la modernidad ha sido un valioso aliado para ejercitar el cumplimiento de los estándares normativos (actividad laboral), proceso de enseñanza y aprendizaje, la comunicación y otros.
Estas sugerencias a manera de recomendación con seguridad contribuirán a dar vida a quienes las asimilan y sus seres más cercanos y las manifestamos para que se tengan en cuenta.
El tapabocas, la mascarilla se han convertido en el marco de la pandemia, constituyéndose hoy por hoy en un elemento más de uso personal y un producto que incrementa la canasta familiar. A más de uno, mujeres y hombres, patrulleros de la Policía Nacional, que cuentan con la facultad de ejercer control en cualquier ciudad, […]
El tapabocas, la mascarilla se han convertido en el marco de la pandemia, constituyéndose hoy por hoy en un elemento más de uso personal y un producto que incrementa la canasta familiar. A más de uno, mujeres y hombres, patrulleros de la Policía Nacional, que cuentan con la facultad de ejercer control en cualquier ciudad, han sorprendido a ciudadanos que no llevan el tapabocas adecuadamente puesto; es decir, violando el cumplimiento normativo del protocolo de carácter universal, desconociendo su utilidad, salvar vidas.
Lo más importante en éste proceso es que los seres humanos en ésta etapa de la pandemia han adoptado un nuevo estilo de vida que requiere la incorporación de muchos cambios dentro de su habitual y tradicional forma de ser, entre ellas el incorporar como un mecanismo obligatorio la utilización del elemento que aísla la probabilidad de un posible contagio (el tapabocas); a más de uno se le ha olvidado; es algo totalmente novedoso y rigurosamente al protocolo nos vamos acoplando a esta norma; violarla implica el hecho de ser sancionado pecuniariamente, con comparendo que representa dañarse la hoja de vida, son 936 mil pesos; sin embargo, en la provincia esta multa es revestida de actividades comunitarias: limpieza de parques, ornatos.
Como puede interpretarse, la disciplina ha sido modificada gracias a la pandemia y hablando de disciplina, la Organización Mundial de la Salud (OMS) que tiene presencia en gran parte del mundo, a diario y en forma habitual y a través de los distintos medios de comunicación social, radio, prensa, tv y redes sociales, emite orientaciones y prevenciones sobre cómo prevenir ser contagiados. No está de más recordar que el hecho que un ser humano se encuentre firme y vigoroso, puede ser contagiado, cuidado. El virus no respeta clase social, ni distingue razas; no debemos bajar la guardia.
Bajo éste orden de recomendaciones para hacer frente no sólo al contagio del virus, sino su propagación, es importante añadir al uso del tapabocas, el lavado de las manos, evitar aglomeraciones, mantenernos confinados. Este proceso muy sencillo pero significativo conlleva a salvar vidas.
Desde esta columna y de forma didáctica pedagógica queremos servir de valiosa herramienta para llevar a la práctica consejos útiles que son de mucho valor en estos momentos. Acatar sin restricción algunas recomendaciones muy sutiles nos permiten sobrevivir y mantenernos firmes en éstos momentos de la pandemia; enojarnos, desconocer las normas de bioseguridad no conlleva a nada, porque es negar la veracidad de esta monstruosa realidad: muerte.
Seguimos convencidos que la innovación tecnológica dentro del proceso virtual de la modernidad ha sido un valioso aliado para ejercitar el cumplimiento de los estándares normativos (actividad laboral), proceso de enseñanza y aprendizaje, la comunicación y otros.
Estas sugerencias a manera de recomendación con seguridad contribuirán a dar vida a quienes las asimilan y sus seres más cercanos y las manifestamos para que se tengan en cuenta.