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Columnista - 6 julio, 2013

Palabras desesperadas

Últimamente me he sentido como una cucaracha de alcantarilla, a pesar de tener estertores interiores que me impulsan a seguir sin detenerme en detalles desesperanzados me gana la tristeza, el cansancio de la espera, la desazón de lo cotidiano que no logro cabalgar sino que me atropella, y por supuesto la frustración por todo lo que siento debo hacer y no puedo. Sé que posiblemente tambien tú pasas por momentos no muy gratos y no es mi intención mal influenciarte con estas palabras desesperadas, pero en este momento no tengo otras así que espero por lo pronto te conformes.

Por Jarol Ferreira Acosta

Últimamente me he sentido como una cucaracha de alcantarilla, a pesar de tener estertores interiores que me impulsan a seguir sin detenerme en detalles desesperanzados me gana la tristeza, el cansancio de la espera, la desazón de lo cotidiano que no logro cabalgar sino que me atropella, y por supuesto la frustración por todo lo que siento debo hacer y no puedo. Sé que posiblemente tambien tú pasas por momentos no muy gratos y no es mi intención mal influenciarte con estas palabras desesperadas, pero en este momento no tengo otras así que espero por lo pronto te conformes.

Quiero suponer, como dicen cuando me intentan dar ánimo, que luego de la oscuridad viene la luz, que tiempos mejores se avecinan, pero definitivamente por ahora no está a mí alcance  la felicidad ¿quién se habrá inventado eso de la felicidad, para qué entusiasmarlo a uno? ¿Cuánta tristeza, cuánta angustia podrá soportar un alma  antes de explotar, hasta cuándo esta sensación de asfixia que en lugar de cesar gradualmente aumenta a medida que pasan los días, infiltrando y estropeando incluso los espacios que consideraba vulnerables a su influjo maligno? Que horrible no poder levantarse siempre con el pie derecho, no tener la esperanza puesta en un lugar seguro, tener que vivir el instante bajo la presión de un porvenir perdido.

Hoy más que nunca me siento sin lugar a dónde ir, sin saber a dónde recurrir a poner mi queja de desamparo, porque hasta lo que se supone diseñado para eso se vuelve en contra ¡Qué vaina tantos problemas por todas partes! ¿En qué momento se complica todo? ¿O será uno el complicado? A veces pienso que necesito evadirme pero no sé hacia dónde, ni cómo empezar, y todo se reduce a una pensadera fatalista que me deja otra vez en el punto inicial ¿Será mi personalidad, mi mala educación o mi falta de fe, la que no me deja vivir en paz? "Vivir en paz" Me oigo y me doy risa ¿Paz? A lo sumo un poquito de tranquilidad para vagar, para poder hacer o no hacer…

Pero espero tus cosas se den de mejor manera que las mías, a pesar de que los comentarios sobre la región y el país no son los mejores; después de todo, estar bien no solo tiene que ver con el lugar donde uno vive sino     que debe ser uno el que se proponga estar bien, a la fuerza, como todo lo que se abre espacio en el mundo; ese debe ser el trabajo: esforzarse por estar bien para ayudar a otros a estar bien, si acaso.

Columnista
6 julio, 2013

Palabras desesperadas

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jarol Ferreira

Últimamente me he sentido como una cucaracha de alcantarilla, a pesar de tener estertores interiores que me impulsan a seguir sin detenerme en detalles desesperanzados me gana la tristeza, el cansancio de la espera, la desazón de lo cotidiano que no logro cabalgar sino que me atropella, y por supuesto la frustración por todo lo que siento debo hacer y no puedo. Sé que posiblemente tambien tú pasas por momentos no muy gratos y no es mi intención mal influenciarte con estas palabras desesperadas, pero en este momento no tengo otras así que espero por lo pronto te conformes.


Por Jarol Ferreira Acosta

Últimamente me he sentido como una cucaracha de alcantarilla, a pesar de tener estertores interiores que me impulsan a seguir sin detenerme en detalles desesperanzados me gana la tristeza, el cansancio de la espera, la desazón de lo cotidiano que no logro cabalgar sino que me atropella, y por supuesto la frustración por todo lo que siento debo hacer y no puedo. Sé que posiblemente tambien tú pasas por momentos no muy gratos y no es mi intención mal influenciarte con estas palabras desesperadas, pero en este momento no tengo otras así que espero por lo pronto te conformes.

Quiero suponer, como dicen cuando me intentan dar ánimo, que luego de la oscuridad viene la luz, que tiempos mejores se avecinan, pero definitivamente por ahora no está a mí alcance  la felicidad ¿quién se habrá inventado eso de la felicidad, para qué entusiasmarlo a uno? ¿Cuánta tristeza, cuánta angustia podrá soportar un alma  antes de explotar, hasta cuándo esta sensación de asfixia que en lugar de cesar gradualmente aumenta a medida que pasan los días, infiltrando y estropeando incluso los espacios que consideraba vulnerables a su influjo maligno? Que horrible no poder levantarse siempre con el pie derecho, no tener la esperanza puesta en un lugar seguro, tener que vivir el instante bajo la presión de un porvenir perdido.

Hoy más que nunca me siento sin lugar a dónde ir, sin saber a dónde recurrir a poner mi queja de desamparo, porque hasta lo que se supone diseñado para eso se vuelve en contra ¡Qué vaina tantos problemas por todas partes! ¿En qué momento se complica todo? ¿O será uno el complicado? A veces pienso que necesito evadirme pero no sé hacia dónde, ni cómo empezar, y todo se reduce a una pensadera fatalista que me deja otra vez en el punto inicial ¿Será mi personalidad, mi mala educación o mi falta de fe, la que no me deja vivir en paz? "Vivir en paz" Me oigo y me doy risa ¿Paz? A lo sumo un poquito de tranquilidad para vagar, para poder hacer o no hacer…

Pero espero tus cosas se den de mejor manera que las mías, a pesar de que los comentarios sobre la región y el país no son los mejores; después de todo, estar bien no solo tiene que ver con el lugar donde uno vive sino     que debe ser uno el que se proponga estar bien, a la fuerza, como todo lo que se abre espacio en el mundo; ese debe ser el trabajo: esforzarse por estar bien para ayudar a otros a estar bien, si acaso.