Cuando en años del pasado reciente, autoridades del orden nacional señalaban, que tratándose de la problemática de orden público que cada cierto tiempo agobia a Pailitas, “la mejor protección es combatir bandidos del ELN que quieren sembrar temor en la población”, se estaba en cumplimento de un deber funcional, pero que siendo claros cada referencia […]
Cuando en años del pasado reciente, autoridades del orden nacional señalaban, que tratándose de la problemática de orden público que cada cierto tiempo agobia a Pailitas, “la mejor protección es combatir bandidos del ELN que quieren sembrar temor en la población”, se estaba en cumplimento de un deber funcional, pero que siendo claros cada referencia de esta índole, no pasa de ser una frase que soluciona de fondo poco o nada la realidad de este municipio.
Gústenos o no, en Pailitas algún arraigo debe tener la guerrilla del ELN, alguna cercanía real debe tener con sectores de la población.
Seguramente responde a una realidad histórica de vínculos producto de la posición geográfica del municipio y las pocas políticas públicas que implementan las autoridades públicas, indistintamente si son del orden nacional, departamental o municipal.
En el año 2020 la población de Pailitas era de 19.705 habitantes, lo que representaba el 1.5% de la población total del departamento del Cesar. Para ese momento la cabecera municipal de Pailitas contaba con 14.734 habitantes, ubicándolo en el lugar número 11 dentro de los municipios del Cesar con mayor cantidad de población urbana.
Un municipio en el que no se debe pensar únicamente en términos de ruralidad, menos aún desconocer el peso comercial que tiene por su excelente ubicación dentro del sector dos de la ruta del sol y por la capacidad de generar negocios de sus habitantes. Un municipio que tiene su valía, que no es de poca monta y que no merece llevar la carga pesada durante cualquier tipo de paro en detrimento de su economía.
Es innegable que cada vez que se presenta un paro del orden nacional, Pailitas es una de las zonas más afectadas, frente al resto de municipios del país. Eso sin hacer valoraciones adicionales de miedo, que le toca soportar a sus habitantes.
Al margen de los distintos planteamientos, lo que termina siendo claro, es que un problema de país, lo termina soportando en términos de carga pesada el corredor vial donde se encuentra Pailitas, donde los pailitenses llevan la peor parte.
Es oportuno que quien se desempeña en la actualidad como alcalde municipal de la referida población, Carlos Javier Toro, plantee frente al nuevo Gobierno nacional, que su municipio sea incluido como territorio donde se lleve a cabo escenarios de diálogo y concertación con el ELN.
Alcalde, no se trata de si uno es de derecha, de centro o de izquierda. De si ideológicamente hablando se tiene determinada postura, o si en la última contienda electoral se votó o no por el gobierno actual. Se trata de ser realista frente a su municipio y consecuente con el planteamiento de paz del actual gobierno y sus notorios acercamientos con el ELN.
Pailitas, no resiste muchos paros más, la situación no se va a solucionar con mensajes acalorados desde la lejana Valledupar.
Alcalde, trabaje con el gobierno nacional y demás autoridades, que su municipio sea escenario de paz, que sea escenario de inversión que permita superar necesidades básicas insatisfechas y atrasos tanto en las áreas urbanas como rurales.
Señores Gobierno nacional, la problemática de Pailitas, que se evidencia en cada paro armado nacional, en términos de solución es de ustedes, no me refiero solo a los puentes y tampoco únicamente al cómo se habilitan caminos para permitir la movilidad en el tramo dos de la ruta del sol, cada vez que el grupo insurgente vuela uno.
Me refiero a un tema de seguridad pública, para salvaguardar la integridad y derechos de las personas, que se garantiza a partir del diálogo o de la implementación de acciones por parte de la fuerza pública.
Pailitas, merece ser territorio de paz. Con el concurso principal del gobierno nacional y la participación de su alcalde.
Cuando en años del pasado reciente, autoridades del orden nacional señalaban, que tratándose de la problemática de orden público que cada cierto tiempo agobia a Pailitas, “la mejor protección es combatir bandidos del ELN que quieren sembrar temor en la población”, se estaba en cumplimento de un deber funcional, pero que siendo claros cada referencia […]
Cuando en años del pasado reciente, autoridades del orden nacional señalaban, que tratándose de la problemática de orden público que cada cierto tiempo agobia a Pailitas, “la mejor protección es combatir bandidos del ELN que quieren sembrar temor en la población”, se estaba en cumplimento de un deber funcional, pero que siendo claros cada referencia de esta índole, no pasa de ser una frase que soluciona de fondo poco o nada la realidad de este municipio.
Gústenos o no, en Pailitas algún arraigo debe tener la guerrilla del ELN, alguna cercanía real debe tener con sectores de la población.
Seguramente responde a una realidad histórica de vínculos producto de la posición geográfica del municipio y las pocas políticas públicas que implementan las autoridades públicas, indistintamente si son del orden nacional, departamental o municipal.
En el año 2020 la población de Pailitas era de 19.705 habitantes, lo que representaba el 1.5% de la población total del departamento del Cesar. Para ese momento la cabecera municipal de Pailitas contaba con 14.734 habitantes, ubicándolo en el lugar número 11 dentro de los municipios del Cesar con mayor cantidad de población urbana.
Un municipio en el que no se debe pensar únicamente en términos de ruralidad, menos aún desconocer el peso comercial que tiene por su excelente ubicación dentro del sector dos de la ruta del sol y por la capacidad de generar negocios de sus habitantes. Un municipio que tiene su valía, que no es de poca monta y que no merece llevar la carga pesada durante cualquier tipo de paro en detrimento de su economía.
Es innegable que cada vez que se presenta un paro del orden nacional, Pailitas es una de las zonas más afectadas, frente al resto de municipios del país. Eso sin hacer valoraciones adicionales de miedo, que le toca soportar a sus habitantes.
Al margen de los distintos planteamientos, lo que termina siendo claro, es que un problema de país, lo termina soportando en términos de carga pesada el corredor vial donde se encuentra Pailitas, donde los pailitenses llevan la peor parte.
Es oportuno que quien se desempeña en la actualidad como alcalde municipal de la referida población, Carlos Javier Toro, plantee frente al nuevo Gobierno nacional, que su municipio sea incluido como territorio donde se lleve a cabo escenarios de diálogo y concertación con el ELN.
Alcalde, no se trata de si uno es de derecha, de centro o de izquierda. De si ideológicamente hablando se tiene determinada postura, o si en la última contienda electoral se votó o no por el gobierno actual. Se trata de ser realista frente a su municipio y consecuente con el planteamiento de paz del actual gobierno y sus notorios acercamientos con el ELN.
Pailitas, no resiste muchos paros más, la situación no se va a solucionar con mensajes acalorados desde la lejana Valledupar.
Alcalde, trabaje con el gobierno nacional y demás autoridades, que su municipio sea escenario de paz, que sea escenario de inversión que permita superar necesidades básicas insatisfechas y atrasos tanto en las áreas urbanas como rurales.
Señores Gobierno nacional, la problemática de Pailitas, que se evidencia en cada paro armado nacional, en términos de solución es de ustedes, no me refiero solo a los puentes y tampoco únicamente al cómo se habilitan caminos para permitir la movilidad en el tramo dos de la ruta del sol, cada vez que el grupo insurgente vuela uno.
Me refiero a un tema de seguridad pública, para salvaguardar la integridad y derechos de las personas, que se garantiza a partir del diálogo o de la implementación de acciones por parte de la fuerza pública.
Pailitas, merece ser territorio de paz. Con el concurso principal del gobierno nacional y la participación de su alcalde.