ESTA ESQUINA Por: Hernán Araujo Ariza Muy publicitado ha sido –por distintos medios de comunicación- el estudio que sobre la corrupción, divulgara Transparencia por Colombia la pasada semana. Los resultados de dicho estudio reflejan la percepción que uno normalmente tiene de la administración pública: una corrupción rampante que la mayoría de las veces entra en […]
ESTA ESQUINA
Por: Hernán Araujo Ariza
Muy publicitado ha sido –por distintos medios de comunicación- el estudio que sobre la corrupción, divulgara Transparencia por Colombia la pasada semana. Los resultados de dicho estudio reflejan la percepción que uno normalmente tiene de la administración pública: una corrupción rampante que la mayoría de las veces entra en los ‘terrenos’ de la impunidad.
Los resultados desnudan una realidad verdaderamente preocupante. Es inaudito que de los 148 municipios estudiados, ninguno esté en “Bajo riesgo” de corrupción y sólo 14 clasifiquen en “Riesgo moderado”. De resto, que entre el diablo y escoja.
De las licitaciones realizadas en estos municipios, más del 70% no fueron publicadas en el Portal Único de Contratación (PUC), como la ley lo estipula. Y el 55% de estas alcaldías adjudican las licitaciones con un único proponente.
En las gobernaciones, la cosa no es diferente. Sólo la mitad de las licitaciones adjudicadas por estos entes, fueron publicadas en el PUC. Y el promedio de proponentes en las licitaciones es de apenas 2 participantes. Por otra parte, sólo en 3 departamentos publicaron su plan de compras en las páginas web. Obviamente el Cesar no es uno de ellos.
Lo más interesante del estudio es que encontraron sólo una gobernación -y no es la de aquí- donde se aplicaron criterios de meritocracia para ocupar los cargos de libre nombramiento y remoción; cargos de dirección y decisión, no cualquier cosa. “Que tonto ese gobernador! En vez de rodearse de sus amigos y los amigos de sus ‘socios’, decidió rodearse de los mejores”, reprocharían por aquí.
Aterrizando al departamento, parecen constantes las críticas de los constructores locales sobre las ‘roscas’ que siempre se tejen para repartirse contratos y licitaciones, tanto en la alcaldía como en la gobernación. Dicen los ingenieros, que las secretarías de obras parecen sastrerías; pues por lo general las licitaciones vienen hechas a la medida un ganador preseleccionado. Y por lo general lo traen de otras regiones, argumentando que con ellos si se puede hacer negocios; sus razones tendrán.
En medio de toda esa corrupción con la que convivimos, no parece tan grave que se roben la plata para engordar sus patrimonios o el de sus testaferros. Pues al fin y al cabo son tan descarados y vanidosos, que antes de terminar el periodo ya se les ve comprando casas de 300 y 400 millones; poniendo de golpe, a mover la economía local. Lo verdaderamente grave del asunto es que nos están matando la esperanza de tener dirigentes honestos. O ¿acaso la respuesta a estas críticas, no es decir siempre “el anterior fue igual”? O ¿acaso no hemos escuchado nunca, la lacónica frase “que roben pero que hagan”?
MI ÚLTIMA PALABRA: Con todo el problema sin resolver que tienen en la Secretaría de Hacienda Municipal, en cuanto a los tramitadores, y el descontrol que tienen del software que maneja los impuestos; en Fonvisocial siguen ensañados en sacar adelante el proyecto de Valorización. No me digan que tanto afán es simple amor por la ciudad y por unas obras que se necesitan.
www.pipearaujoariza.com
ESTA ESQUINA Por: Hernán Araujo Ariza Muy publicitado ha sido –por distintos medios de comunicación- el estudio que sobre la corrupción, divulgara Transparencia por Colombia la pasada semana. Los resultados de dicho estudio reflejan la percepción que uno normalmente tiene de la administración pública: una corrupción rampante que la mayoría de las veces entra en […]
ESTA ESQUINA
Por: Hernán Araujo Ariza
Muy publicitado ha sido –por distintos medios de comunicación- el estudio que sobre la corrupción, divulgara Transparencia por Colombia la pasada semana. Los resultados de dicho estudio reflejan la percepción que uno normalmente tiene de la administración pública: una corrupción rampante que la mayoría de las veces entra en los ‘terrenos’ de la impunidad.
Los resultados desnudan una realidad verdaderamente preocupante. Es inaudito que de los 148 municipios estudiados, ninguno esté en “Bajo riesgo” de corrupción y sólo 14 clasifiquen en “Riesgo moderado”. De resto, que entre el diablo y escoja.
De las licitaciones realizadas en estos municipios, más del 70% no fueron publicadas en el Portal Único de Contratación (PUC), como la ley lo estipula. Y el 55% de estas alcaldías adjudican las licitaciones con un único proponente.
En las gobernaciones, la cosa no es diferente. Sólo la mitad de las licitaciones adjudicadas por estos entes, fueron publicadas en el PUC. Y el promedio de proponentes en las licitaciones es de apenas 2 participantes. Por otra parte, sólo en 3 departamentos publicaron su plan de compras en las páginas web. Obviamente el Cesar no es uno de ellos.
Lo más interesante del estudio es que encontraron sólo una gobernación -y no es la de aquí- donde se aplicaron criterios de meritocracia para ocupar los cargos de libre nombramiento y remoción; cargos de dirección y decisión, no cualquier cosa. “Que tonto ese gobernador! En vez de rodearse de sus amigos y los amigos de sus ‘socios’, decidió rodearse de los mejores”, reprocharían por aquí.
Aterrizando al departamento, parecen constantes las críticas de los constructores locales sobre las ‘roscas’ que siempre se tejen para repartirse contratos y licitaciones, tanto en la alcaldía como en la gobernación. Dicen los ingenieros, que las secretarías de obras parecen sastrerías; pues por lo general las licitaciones vienen hechas a la medida un ganador preseleccionado. Y por lo general lo traen de otras regiones, argumentando que con ellos si se puede hacer negocios; sus razones tendrán.
En medio de toda esa corrupción con la que convivimos, no parece tan grave que se roben la plata para engordar sus patrimonios o el de sus testaferros. Pues al fin y al cabo son tan descarados y vanidosos, que antes de terminar el periodo ya se les ve comprando casas de 300 y 400 millones; poniendo de golpe, a mover la economía local. Lo verdaderamente grave del asunto es que nos están matando la esperanza de tener dirigentes honestos. O ¿acaso la respuesta a estas críticas, no es decir siempre “el anterior fue igual”? O ¿acaso no hemos escuchado nunca, la lacónica frase “que roben pero que hagan”?
MI ÚLTIMA PALABRA: Con todo el problema sin resolver que tienen en la Secretaría de Hacienda Municipal, en cuanto a los tramitadores, y el descontrol que tienen del software que maneja los impuestos; en Fonvisocial siguen ensañados en sacar adelante el proyecto de Valorización. No me digan que tanto afán es simple amor por la ciudad y por unas obras que se necesitan.
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