Hasta ahora tanta belleza no ha sido posible, el presidente Petro libra una lucha fratricida contra los ancestrales vicios del establecimiento y los intereses de insaciables grupos económicos, quienes utilizan como caja de resonancia a los medios de comunicación prepago, dedicados más al adoctrinamiento político que a informar objetivamente sobre la situación del país.
Pusimos nuestros esfuerzos políticos en una causa progresista, pensando que eligiendo a un Presidente de la República con ideología diametralmente contraria a la clase política tradicional, romperíamos con más de doscientos años de exclusión social, de irrespeto a los derechos humanos, de paquidermia en el cumplimiento de las competencias del Estado, de fatiga institucional frente a la inmemorial corrupción, de cooptación económica al libre derecho de elegir y ser elegido, es decir, votamos contra el perverso clientelismo que con su éxito fortalece las malas costumbres políticas.
Hasta ahora tanta belleza no ha sido posible, el presidente Petro libra una lucha fratricida contra los ancestrales vicios del establecimiento y los intereses de insaciables grupos económicos, quienes utilizan como caja de resonancia a los medios de comunicación prepago, dedicados más al adoctrinamiento político que a informar objetivamente sobre la situación del país.
O sea que por ahora la ejecución de esa cautivadora revolución está aplazada, correspondiendose desde los territorios, propiciar las transformaciones que conjuren nuestros problemas locales, porque de Bogotá no van a venir fórmulas mágicas.
Nuestra tarea en el departamento del Cesar, es el indeclinable propósito de recuperar el mandato regional que elección tras elección viene naufragando en la desesperanza, enriqueciendo a muy pocos, a expensas de la pobreza y la ausencia de Estado, propia de los regímenes corruptos.
La situación política del momento es propicia para el cambio, la horrible noche puede terminar, pero demanda del concurso de todos, por eso hoy no hay tiempo para egos ni mezquindades, mucho menos para ilusas terquedades que se nutren del mal habido dinero para insistir en fallidas campañas, disfrazadas de un falso progresismo, cuando lo que realmente pretenden es mantener una irreconciliable polarización política entre uribistas y petristas, buenos y malos, en el intento de facilitar las condiciones para que por simple regla matemática gane la candidata de los verdugos del departamento. Divide y reinarás, vieja estrategia de guerra usada hábilmente en política.
Actualmente solo cabe la unión en torno al democrático intento de liberarnos y es la invitación que desde estas líneas hago. No hay espacio para el canibalismo y disputas entre familiares, amigos, contertulios, copartidarios, etc., basta de los insultos y descalificaciones cuando nos atrevemos a apartarnos del fundamentalismo político que hipoteca los criterios, así este solo sea utilizado como disfraz, es hora del pragmatismo político que pueda fortalecer a las hidalgas fuerzas libertarias, negadas a claudicar en la intención de construir representaciones populares, secuestradas con nuestros mismos dineros y otros elementos que prefiero no mencionar en este momento.
El bien supremo de que a nuestras gentes les llegue el bienestar de la inversión pública está por encima de las ideologías, hoy estamos frente una real transformación económica en que las mal llamadas regalías del carbón solo serán un recuerdo, del que se lucraron pocos, pero estériles a abrir las puertas del desarrollo que nos salvaría de la inexorable pobreza posterior a las bonanzas, es momento de un alto en el camino, el criterio de la administración pública no puede seguir siendo gastarse la plata en cemento sin que haya un impacto positivo para las comunidades, quienes realmente deben ser la inspiración de la gestión pública.
Sé que con publirreportajes disfrazados de noticias algunos incautos siguen dando votos de confianza, así nos metieron el cuentico de que lo hicieron bien y lo harían mejor, ni una cosa ni la otra, ya ustedes conocen los resultados. Llegó el momento de la libertad, es hora de apoyar a la gobernación a Claudia Margarita Zuleta, mujer de sobrados méritos académicos y probado sentido del servicio, porque como lo dijera un buen amigo, “el departamento del Cesar no puede seguir en manos de una caterva de bandidos y una cuadrilla de delincuentes”. ¡Atrévete, vota bien, vota por ti! Fuerte abrazo.
Por: Antonio María Araújo Calderón.
Hasta ahora tanta belleza no ha sido posible, el presidente Petro libra una lucha fratricida contra los ancestrales vicios del establecimiento y los intereses de insaciables grupos económicos, quienes utilizan como caja de resonancia a los medios de comunicación prepago, dedicados más al adoctrinamiento político que a informar objetivamente sobre la situación del país.
Pusimos nuestros esfuerzos políticos en una causa progresista, pensando que eligiendo a un Presidente de la República con ideología diametralmente contraria a la clase política tradicional, romperíamos con más de doscientos años de exclusión social, de irrespeto a los derechos humanos, de paquidermia en el cumplimiento de las competencias del Estado, de fatiga institucional frente a la inmemorial corrupción, de cooptación económica al libre derecho de elegir y ser elegido, es decir, votamos contra el perverso clientelismo que con su éxito fortalece las malas costumbres políticas.
Hasta ahora tanta belleza no ha sido posible, el presidente Petro libra una lucha fratricida contra los ancestrales vicios del establecimiento y los intereses de insaciables grupos económicos, quienes utilizan como caja de resonancia a los medios de comunicación prepago, dedicados más al adoctrinamiento político que a informar objetivamente sobre la situación del país.
O sea que por ahora la ejecución de esa cautivadora revolución está aplazada, correspondiendose desde los territorios, propiciar las transformaciones que conjuren nuestros problemas locales, porque de Bogotá no van a venir fórmulas mágicas.
Nuestra tarea en el departamento del Cesar, es el indeclinable propósito de recuperar el mandato regional que elección tras elección viene naufragando en la desesperanza, enriqueciendo a muy pocos, a expensas de la pobreza y la ausencia de Estado, propia de los regímenes corruptos.
La situación política del momento es propicia para el cambio, la horrible noche puede terminar, pero demanda del concurso de todos, por eso hoy no hay tiempo para egos ni mezquindades, mucho menos para ilusas terquedades que se nutren del mal habido dinero para insistir en fallidas campañas, disfrazadas de un falso progresismo, cuando lo que realmente pretenden es mantener una irreconciliable polarización política entre uribistas y petristas, buenos y malos, en el intento de facilitar las condiciones para que por simple regla matemática gane la candidata de los verdugos del departamento. Divide y reinarás, vieja estrategia de guerra usada hábilmente en política.
Actualmente solo cabe la unión en torno al democrático intento de liberarnos y es la invitación que desde estas líneas hago. No hay espacio para el canibalismo y disputas entre familiares, amigos, contertulios, copartidarios, etc., basta de los insultos y descalificaciones cuando nos atrevemos a apartarnos del fundamentalismo político que hipoteca los criterios, así este solo sea utilizado como disfraz, es hora del pragmatismo político que pueda fortalecer a las hidalgas fuerzas libertarias, negadas a claudicar en la intención de construir representaciones populares, secuestradas con nuestros mismos dineros y otros elementos que prefiero no mencionar en este momento.
El bien supremo de que a nuestras gentes les llegue el bienestar de la inversión pública está por encima de las ideologías, hoy estamos frente una real transformación económica en que las mal llamadas regalías del carbón solo serán un recuerdo, del que se lucraron pocos, pero estériles a abrir las puertas del desarrollo que nos salvaría de la inexorable pobreza posterior a las bonanzas, es momento de un alto en el camino, el criterio de la administración pública no puede seguir siendo gastarse la plata en cemento sin que haya un impacto positivo para las comunidades, quienes realmente deben ser la inspiración de la gestión pública.
Sé que con publirreportajes disfrazados de noticias algunos incautos siguen dando votos de confianza, así nos metieron el cuentico de que lo hicieron bien y lo harían mejor, ni una cosa ni la otra, ya ustedes conocen los resultados. Llegó el momento de la libertad, es hora de apoyar a la gobernación a Claudia Margarita Zuleta, mujer de sobrados méritos académicos y probado sentido del servicio, porque como lo dijera un buen amigo, “el departamento del Cesar no puede seguir en manos de una caterva de bandidos y una cuadrilla de delincuentes”. ¡Atrévete, vota bien, vota por ti! Fuerte abrazo.
Por: Antonio María Araújo Calderón.