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Columnista - 18 abril, 2010

P E R I S C O P I O

Por: Jaime Gnecco Hernandez Según dicen, el país está poseído por el entusiasmo, palabra casi que sagrada, ya que el diccionario la define como exaltación del espíritu ante algún hecho, espectáculo, situación, etc., que causa viva alegría o placer; viene del griego donde significa arrobamiento, éxtasis, inspiración divina, deviene de enteo, inspirado por los dioses, […]

Por: Jaime Gnecco Hernandez

Según dicen, el país está poseído por el entusiasmo, palabra casi que sagrada, ya que el diccionario la define como exaltación del espíritu ante algún hecho, espectáculo, situación, etc., que causa viva alegría o placer; viene del griego donde significa arrobamiento, éxtasis, inspiración divina, deviene de enteo, inspirado por los dioses, coloquialmente, tener a Dios en el interior.
Y con razón; los colombianos sabemos que si se dan las cosas como tienen que darse, tendremos en la Presidencia de la República y en la Vicepresidencia, al mejor Alcalde de Bogotá y Medellín, respectivamente, o sea, a Antanas Mockus y a Sergio Fajardo, con todo lo que ello significa. Y lo que significa es bastante, por lo menos todo lo contrario de lo que hemos estado viendo en los últimos años.
Los colombianos, si esto se da, podremos tener la seguridad  que de los dineros del país no se perderá un solo peso, como no se perdió en las alcaldías de Mockus ni en la de Fajardo, a diferencia de lo que venimos viendo, donde tanto los “unos” como los “otros”, han entrado en las arcas nacionales, regionales y locales, como Alarico y Genserico en Roma, a saco limpio, no dejando nada en ellas. Esto habrá de traducirse en hechos positivos para todos; pues habiendo el dinero, se podrán hacer las cosas que no se hacen por falta del mismo, y con gente capacitada y de buena voluntad para con los demás, su inversión será beneficiosa para todos.
Otra cosa será la transparencia de las actuaciones gubernamentales, no será necesario que periodistas acuciosos se dediquen a seguir pistas para averiguar qué pasa en determinada oficina donde se piensa que actúan en forma rara; el desarrollo normal de las funciones y su información oportuna a la comunidad  por parte del gobierno hace inoficiosa la pesquisa y nadie será perseguido, ni declarado enemigo del régimen ni será necesario asilarse en parte alguna mientras pasa el chubasco. Cuentas claras y chocolate espeso.
Todos estos problemas desaparecerán en el país porque el gobierno no verá a los que quieren saber la verdad como enemigos, y por consiguiente no los intratará. Sino que entenderá que ese ciudadano tiene derecho a saber qué hacen los funcionarios del gobierno que el pueblo eligió y el gobierno la obligación de informar pues la propia Constitución advierte que no habrá misterio en ese sentido ya que todo se puede informar.

Los funcionarios públicos deben saber que sólo les está permitido hacer lo que la constitución y las leyes les autorizan, mientras que los ciudadanos comunes pueden hacer todo lo que la constitución y las leyes no les  prohíban.  Así es la cosa y no de otra manera.

De salir electo algún adicto al actual presidente, las cosas seguirán igual o peor, antes de un año estaremos en guerra con Venezuela, y seguirá el crimen gubernamental que ya se está descubriendo en las chuzadas telefónicas a opositores al gobierno como magistrados de las altas cortes, políticos y periodistas; donde se violó de manera criminal y monstruosa la intimidad de ciudadanos libres, la planeación de tales delitos, sólo son comparables a lo que hacía la Gestapo, la NKVD o la KGB rusas, algo igual pasó en Estados unidos y lo mismo le costó al presidente Nixon la dimisión del cargo.
Y es que acaso aquí tenemos que creer que esto se lo inventaron los mandos medios del DAS? Mamola, como dirían Gaitán y Serpa, eso vino de lo más arriba, no del cielo, claro, sino de lo más alto de la administración.
LO QUE PASA ES QUE AQUÍ TODOS LE TIENEN MIEDO Y NADIE SE ATREVE A PEDIRLE LA RENUNCIA, PERO DEBIERA HACERLO, PORQUE TANTO ÉL COMO SU GOBIERNO SON  UN GLOBO QUE YA ENTRÓ EN “DEGONFLEMENT”, UNA CANOA QUE HACE AGUA.

En un régimen casi que imperial como el de Uribe, los mandos medios no toman determinaciones porque no son autónomos, la Fiscalía debe dejarse de seguir perdiendo tiempo y averiguar de una vez por todas quien fue el superior que ordenó la ejecución de éstos crímenes, pues sabiendo quien los ejecutó, debe ser fácil saber quien dio la orden. En Watergate se supo.
Apoyemos a Mockus y Fajardo para evitar que la ignominia se siga enseñoreando en nuestra patria, para que algún día podamos cantar  de nuevo nuestro himno y que sea  verdad lo que cantamos: Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal, en surcos de dolores, el bien germina ya. Cesó la horrible noche…………….Viva Colombia y su gente buena, que es la mayoría.

Columnista
18 abril, 2010

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: Jaime Gnecco Hernandez Según dicen, el país está poseído por el entusiasmo, palabra casi que sagrada, ya que el diccionario la define como exaltación del espíritu ante algún hecho, espectáculo, situación, etc., que causa viva alegría o placer; viene del griego donde significa arrobamiento, éxtasis, inspiración divina, deviene de enteo, inspirado por los dioses, […]


Por: Jaime Gnecco Hernandez

Según dicen, el país está poseído por el entusiasmo, palabra casi que sagrada, ya que el diccionario la define como exaltación del espíritu ante algún hecho, espectáculo, situación, etc., que causa viva alegría o placer; viene del griego donde significa arrobamiento, éxtasis, inspiración divina, deviene de enteo, inspirado por los dioses, coloquialmente, tener a Dios en el interior.
Y con razón; los colombianos sabemos que si se dan las cosas como tienen que darse, tendremos en la Presidencia de la República y en la Vicepresidencia, al mejor Alcalde de Bogotá y Medellín, respectivamente, o sea, a Antanas Mockus y a Sergio Fajardo, con todo lo que ello significa. Y lo que significa es bastante, por lo menos todo lo contrario de lo que hemos estado viendo en los últimos años.
Los colombianos, si esto se da, podremos tener la seguridad  que de los dineros del país no se perderá un solo peso, como no se perdió en las alcaldías de Mockus ni en la de Fajardo, a diferencia de lo que venimos viendo, donde tanto los “unos” como los “otros”, han entrado en las arcas nacionales, regionales y locales, como Alarico y Genserico en Roma, a saco limpio, no dejando nada en ellas. Esto habrá de traducirse en hechos positivos para todos; pues habiendo el dinero, se podrán hacer las cosas que no se hacen por falta del mismo, y con gente capacitada y de buena voluntad para con los demás, su inversión será beneficiosa para todos.
Otra cosa será la transparencia de las actuaciones gubernamentales, no será necesario que periodistas acuciosos se dediquen a seguir pistas para averiguar qué pasa en determinada oficina donde se piensa que actúan en forma rara; el desarrollo normal de las funciones y su información oportuna a la comunidad  por parte del gobierno hace inoficiosa la pesquisa y nadie será perseguido, ni declarado enemigo del régimen ni será necesario asilarse en parte alguna mientras pasa el chubasco. Cuentas claras y chocolate espeso.
Todos estos problemas desaparecerán en el país porque el gobierno no verá a los que quieren saber la verdad como enemigos, y por consiguiente no los intratará. Sino que entenderá que ese ciudadano tiene derecho a saber qué hacen los funcionarios del gobierno que el pueblo eligió y el gobierno la obligación de informar pues la propia Constitución advierte que no habrá misterio en ese sentido ya que todo se puede informar.

Los funcionarios públicos deben saber que sólo les está permitido hacer lo que la constitución y las leyes les autorizan, mientras que los ciudadanos comunes pueden hacer todo lo que la constitución y las leyes no les  prohíban.  Así es la cosa y no de otra manera.

De salir electo algún adicto al actual presidente, las cosas seguirán igual o peor, antes de un año estaremos en guerra con Venezuela, y seguirá el crimen gubernamental que ya se está descubriendo en las chuzadas telefónicas a opositores al gobierno como magistrados de las altas cortes, políticos y periodistas; donde se violó de manera criminal y monstruosa la intimidad de ciudadanos libres, la planeación de tales delitos, sólo son comparables a lo que hacía la Gestapo, la NKVD o la KGB rusas, algo igual pasó en Estados unidos y lo mismo le costó al presidente Nixon la dimisión del cargo.
Y es que acaso aquí tenemos que creer que esto se lo inventaron los mandos medios del DAS? Mamola, como dirían Gaitán y Serpa, eso vino de lo más arriba, no del cielo, claro, sino de lo más alto de la administración.
LO QUE PASA ES QUE AQUÍ TODOS LE TIENEN MIEDO Y NADIE SE ATREVE A PEDIRLE LA RENUNCIA, PERO DEBIERA HACERLO, PORQUE TANTO ÉL COMO SU GOBIERNO SON  UN GLOBO QUE YA ENTRÓ EN “DEGONFLEMENT”, UNA CANOA QUE HACE AGUA.

En un régimen casi que imperial como el de Uribe, los mandos medios no toman determinaciones porque no son autónomos, la Fiscalía debe dejarse de seguir perdiendo tiempo y averiguar de una vez por todas quien fue el superior que ordenó la ejecución de éstos crímenes, pues sabiendo quien los ejecutó, debe ser fácil saber quien dio la orden. En Watergate se supo.
Apoyemos a Mockus y Fajardo para evitar que la ignominia se siga enseñoreando en nuestra patria, para que algún día podamos cantar  de nuevo nuestro himno y que sea  verdad lo que cantamos: Oh gloria inmarcesible, oh júbilo inmortal, en surcos de dolores, el bien germina ya. Cesó la horrible noche…………….Viva Colombia y su gente buena, que es la mayoría.