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Columnista - 10 julio, 2011

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Sendas frases de dos excelentes jugadores resumieron lo que fue el partido de fútbol entre Argentina y Colombia, el martes pasado; Radamel Falcao dijo: Nosotros ( los colombianos ) tenemos la virtud de saber incomodar a los argentinos; y a su vez, Carlos Tévez expresó: Argentina tiene muy buenos jugadores, pero […]

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Sendas frases de dos excelentes jugadores resumieron lo que fue el partido de fútbol entre Argentina y Colombia, el martes pasado; Radamel Falcao dijo: Nosotros ( los colombianos ) tenemos la virtud de saber incomodar a los argentinos; y a su vez, Carlos Tévez expresó: Argentina tiene muy buenos jugadores, pero el equipo todavía lo estamos buscando. Y así fue no más.
Argentina, con sus famosas individualidades al comando del mejor del mundo, buscaba abrir brecha en la retaguardia colombiana pero sus ataques morían en las piernas contrarias o los pases eran desperdiciados por los compañeros de la estrella del Barça que después de tanto bregar se sintió aburrido y desilusionado.
Colombia, que al principio presentó unidades muy lentas quizá por la falta de roce internacional y por el miedo que solo desaparece cuando llega un momento en que no se puede sentir más, se defendía tapando, devolviendo todo, desbaratando jugadas capciosas que venían con otro acento, destruyendo conatos incendiarios contra su valla que, sin embargo, terminó invicta y virginal como la contraria, a pesar de todo.
Sabíamos que si al minuto veinte no había gol argentino, los australes se iban a desesperar al punto de no saber a qué estaban jugando, hubo tal descontrol del lado argentino que si Colombia no materializó la apertura del marcador, se debió a esos egoísmos y mezquindades que a veces nos depara la propia vida, o como dijera Porfirio, “ah de la vida parva, que no nos da sus mieles sino con cierto ritmo y en cierta proporción”.
A la salida del segundo tiempo, Argentina trató de emparejar las cosas pero del lado de Colombia el miedo se había disipado y los noveles ya eran veteranos, los campeones mundiales no los intimidaban y los piropos de las multitudes ni los oían concentrados como estaban en su quehacer; cualquiera de los dos podía haber puesto la balanza de su lado, en las que Colombia tuvo más oportunidades, pero el señor Romero, arquero argentino anuló todos los pasaportes colombianos y nadie pudo pasar.
Fue un partido para disfrutar, se vieron jugadas de alta calidad con total ausencia de mala fe, todos estaban ocupados tratando de hacer las cosas bien, como para ponerse  a hacer nada indebido.
Todos alguna vez hemos despotricado contra nuestra Selección, pero esta vez hemos quedado satisfechos, y a propósito, todas las veces que la Selección nos ha dejado satisfechos los responsables de la misma han sido don Pacho Maturana y “Bolillo” Gómez así que vamos a dejarlos que trabajen, ellos quieren también triunfar y además también son hinchas del equipo.  O No?
Tampoco tenemos un equipo, pero espero que lo tendremos para el Mundial de Brasil, a donde iremos con seguridad.
La verdad es que nunca vimos un despliegue tan extraordinario entre la gente del fútbol argentino para éste partido con Colombia; reuniones, foros, todos los sabios de la disciplina que los hay, a hablar, a opinar a decir cual debe ser la alineación, la presencia nuevamente de don Pacho y “ Bolillo” en nuestro equipo mayor, los magos del 5-0 del 93, puso todo en revolución y cuando los minutos corrían y no pasaba nada, el estadio en silencio, los locutores decían lo preciso, una espada de Damocles se cernía sobre el campo y abarcaba toda la Argentina  me da impresión que el 5-0 quedará para recordar cada vez que las dos escuadras crucen sables, se recordará cuando se hable de los jóvenes que superan a los mayores o cuando los discípulos lo hacen con sus maestros o cuando se quiera decir que tanto los maestros como los alumnos hicieron  bien las cosas; porque ha sido todo un aprendizaje cuando desde 1.945 nos cruzamos por primera vez en Chile en el Suramericano de Fútbol, que hoy se llama Copa América  porque América no es solo el Sur, también tiene Norte y Centro; ahí están México y Costa Rica. Ah! Casi se me olvida; en el 45, en Chile, con Argentina quedamos 9  a 1. Algo hemos aprendido.

Columnista
10 julio, 2011

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Sendas frases de dos excelentes jugadores resumieron lo que fue el partido de fútbol entre Argentina y Colombia, el martes pasado; Radamel Falcao dijo: Nosotros ( los colombianos ) tenemos la virtud de saber incomodar a los argentinos; y a su vez, Carlos Tévez expresó: Argentina tiene muy buenos jugadores, pero […]


Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Sendas frases de dos excelentes jugadores resumieron lo que fue el partido de fútbol entre Argentina y Colombia, el martes pasado; Radamel Falcao dijo: Nosotros ( los colombianos ) tenemos la virtud de saber incomodar a los argentinos; y a su vez, Carlos Tévez expresó: Argentina tiene muy buenos jugadores, pero el equipo todavía lo estamos buscando. Y así fue no más.
Argentina, con sus famosas individualidades al comando del mejor del mundo, buscaba abrir brecha en la retaguardia colombiana pero sus ataques morían en las piernas contrarias o los pases eran desperdiciados por los compañeros de la estrella del Barça que después de tanto bregar se sintió aburrido y desilusionado.
Colombia, que al principio presentó unidades muy lentas quizá por la falta de roce internacional y por el miedo que solo desaparece cuando llega un momento en que no se puede sentir más, se defendía tapando, devolviendo todo, desbaratando jugadas capciosas que venían con otro acento, destruyendo conatos incendiarios contra su valla que, sin embargo, terminó invicta y virginal como la contraria, a pesar de todo.
Sabíamos que si al minuto veinte no había gol argentino, los australes se iban a desesperar al punto de no saber a qué estaban jugando, hubo tal descontrol del lado argentino que si Colombia no materializó la apertura del marcador, se debió a esos egoísmos y mezquindades que a veces nos depara la propia vida, o como dijera Porfirio, “ah de la vida parva, que no nos da sus mieles sino con cierto ritmo y en cierta proporción”.
A la salida del segundo tiempo, Argentina trató de emparejar las cosas pero del lado de Colombia el miedo se había disipado y los noveles ya eran veteranos, los campeones mundiales no los intimidaban y los piropos de las multitudes ni los oían concentrados como estaban en su quehacer; cualquiera de los dos podía haber puesto la balanza de su lado, en las que Colombia tuvo más oportunidades, pero el señor Romero, arquero argentino anuló todos los pasaportes colombianos y nadie pudo pasar.
Fue un partido para disfrutar, se vieron jugadas de alta calidad con total ausencia de mala fe, todos estaban ocupados tratando de hacer las cosas bien, como para ponerse  a hacer nada indebido.
Todos alguna vez hemos despotricado contra nuestra Selección, pero esta vez hemos quedado satisfechos, y a propósito, todas las veces que la Selección nos ha dejado satisfechos los responsables de la misma han sido don Pacho Maturana y “Bolillo” Gómez así que vamos a dejarlos que trabajen, ellos quieren también triunfar y además también son hinchas del equipo.  O No?
Tampoco tenemos un equipo, pero espero que lo tendremos para el Mundial de Brasil, a donde iremos con seguridad.
La verdad es que nunca vimos un despliegue tan extraordinario entre la gente del fútbol argentino para éste partido con Colombia; reuniones, foros, todos los sabios de la disciplina que los hay, a hablar, a opinar a decir cual debe ser la alineación, la presencia nuevamente de don Pacho y “ Bolillo” en nuestro equipo mayor, los magos del 5-0 del 93, puso todo en revolución y cuando los minutos corrían y no pasaba nada, el estadio en silencio, los locutores decían lo preciso, una espada de Damocles se cernía sobre el campo y abarcaba toda la Argentina  me da impresión que el 5-0 quedará para recordar cada vez que las dos escuadras crucen sables, se recordará cuando se hable de los jóvenes que superan a los mayores o cuando los discípulos lo hacen con sus maestros o cuando se quiera decir que tanto los maestros como los alumnos hicieron  bien las cosas; porque ha sido todo un aprendizaje cuando desde 1.945 nos cruzamos por primera vez en Chile en el Suramericano de Fútbol, que hoy se llama Copa América  porque América no es solo el Sur, también tiene Norte y Centro; ahí están México y Costa Rica. Ah! Casi se me olvida; en el 45, en Chile, con Argentina quedamos 9  a 1. Algo hemos aprendido.