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Columnista - 14 septiembre, 2010

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ “En ningún país del mundo en  democracia se ha dado el antecedente que por iniciativa de una institución oficial, se haya infiltrado su Corte Suprema de Justicia.” Esta frase la expresó el Dr. Jaime Arrubla, Presidente de la Corte Suprema de Justicia del país para significar el insólito e inaudito caso […]

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

“En ningún país del mundo en  democracia se ha dado el antecedente que por iniciativa de una institución oficial, se haya infiltrado su Corte Suprema de Justicia.” Esta frase la expresó el Dr. Jaime Arrubla, Presidente de la Corte Suprema de Justicia del país para significar el insólito e inaudito caso en que el D.A.S.,  infiltró la Corte con  detectives que reclutaron para cumplir con su misión hasta a las señoras de los tintos de la propia Corte.
El solo enunciado de la frase podría ser motivo para un libro de suspenso sobre espionaje, o una crónica acerca de cómo se aprovecha el poder en mala forma para averiguar, de manera criminal, lo que piensan presuntos enemigos de un régimen o para un prontuario para la Corte Penal Internacional para que investigue el caso. Pero de lo que sí no debe haber duda es que la iniciativa de todo éste caso doloso no pertenece a sus ejecutores sino a dignidades más altas, mucho más altas. ¿Qué le interesa a una servidora de tintos lo que piense un Magistrado de la Corte acerca de cualquier tópico?
Aún con la buena voluntad que ha querido demostrar el señor Santos para hacer las cosas bien, nos parece que su cuatrienio no será tan efectivo como todos lo quisiéramos porque percibimos que una buena parte del tiempo tendrá que dedicarlo a la triste misión de enmendar entuertos producidos por su antecesor, que en ocho años no tuvo tiempo para hacerlo y cuando aspiraba a otros cuatro años más de mandato, la Corte, en forma inmisericorde, el 26 de febrero del año en curso, le cortó las alas y con ello la inspiración ejecutiva. Lástima.
Además, el señor Santos da palos de ciego; ha propuesto un proyecto de ley según la cual lo que apruebe la Corte Suprema debe ser avalado por la Corte Constitucional para que sea válido y eso nos parece improcedente porque pensamos que éste no es el momento para disensiones y resquemores entre pares, sino más bien se debe buscar la armonía entre todos. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.  Por otro lado supremo quiere decir “que está en la posición más alta” por lo que habría que cambiarle el nombre a la Corte, pues mientras así se llame, nadie está por encima de ella. ¿A quién se quiere embromar y a quien se quiere halagar?
Y a propósito de halagar, nos ha sorprendido y no muy gratamente, el nombramiento del badulaque de uribito, alias arias, nada menos que como embajador ante Italia cuando tengo entendido que éste señor está sub-júdice  en averiguación por parte de la Fiscalía por las pilatunas que hizo cuando fungía como Minagricultura. Por qué será que los tres últimos embajadores en Italia han sido personajes con líos en la Fiscalía? Será que todos los uribistas tienen líos con la Fiscalía o será que todos los que los tienen han cometido pecados tan graves que sólo el Papa los puede perdonar y por eso los envían a Roma para que cuando regresen y se presenten a la Fiscalía estén ya reconciliados por lo menos con Dios y olvidados del diablo. Un amigo dice que no van a eso, sino a hacer cursos especializados de mafia. Averígüelo Ordóñez.
Nos parece que mientras el señor Santos siga la costumbre de su antecesor de premiar a los corruptos, estará tirando al tacho de la basura el prestigio que el país le ha prodigado y con ello su credibilidad y claro que el prestigio es para usarlo y desgastarlo, pero el Presidente no puede premiar a los que se han portado mal, porque entonces, qué va a hacer con los que se han portado bien?
En qué queda entonces el Estatuto Anticorrupción que fue recibido con aplausos en todo el país? O su aplicación será sólo para los de ruana?.
Unos corruptos en sus casas, disfrutando del poder de su dinero, creando resentimiento social con su sola presencia y otros estarán gozando de “las delicias de Capua” con sueldo en euros e inmunidad diplomática, mientras el colombiano de a pie, pilando por el afrecho, sin empleo, temiendo que alguien lo mate para quitarle lo que no tiene y que ambos necesitan.
Ya se está desenvolviendo el ovillo de las “chuzadas” y se da uno cuenta que ese fue un operativo que se montó con todas las de la ley, donde no faltó nada y donde se consiguieron todos los operarios necesarios porque de seguro el aliciente económico, la grasa que afloja todos los tornillos del soborno, estaba oyendo el cuento y presta a prestar servicio porque era platica dulce, que se debe pagar fácil, porque es de “papá gobierno” y no le duele a nadie. ¿Cuánta plata de impuestos se habrá invertido en esos espionajes? Eso lo puede hacer alguien que juró defender  y no violar la Constitución y las leyes?
Con gran acierto, el periodismo ha calificado a la detective que se infiltró como “Mata Hari” que fue una bailarina exótica holandesa, Margarita Gertrudis Zelle,  quien durante la Primera guerra mundial ( 1.914-18) espió a los aliados a favor de Alemania. Fue detenida y – comprobada su culpabilidad- fusilada.

Columnista
14 septiembre, 2010

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ “En ningún país del mundo en  democracia se ha dado el antecedente que por iniciativa de una institución oficial, se haya infiltrado su Corte Suprema de Justicia.” Esta frase la expresó el Dr. Jaime Arrubla, Presidente de la Corte Suprema de Justicia del país para significar el insólito e inaudito caso […]


Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

“En ningún país del mundo en  democracia se ha dado el antecedente que por iniciativa de una institución oficial, se haya infiltrado su Corte Suprema de Justicia.” Esta frase la expresó el Dr. Jaime Arrubla, Presidente de la Corte Suprema de Justicia del país para significar el insólito e inaudito caso en que el D.A.S.,  infiltró la Corte con  detectives que reclutaron para cumplir con su misión hasta a las señoras de los tintos de la propia Corte.
El solo enunciado de la frase podría ser motivo para un libro de suspenso sobre espionaje, o una crónica acerca de cómo se aprovecha el poder en mala forma para averiguar, de manera criminal, lo que piensan presuntos enemigos de un régimen o para un prontuario para la Corte Penal Internacional para que investigue el caso. Pero de lo que sí no debe haber duda es que la iniciativa de todo éste caso doloso no pertenece a sus ejecutores sino a dignidades más altas, mucho más altas. ¿Qué le interesa a una servidora de tintos lo que piense un Magistrado de la Corte acerca de cualquier tópico?
Aún con la buena voluntad que ha querido demostrar el señor Santos para hacer las cosas bien, nos parece que su cuatrienio no será tan efectivo como todos lo quisiéramos porque percibimos que una buena parte del tiempo tendrá que dedicarlo a la triste misión de enmendar entuertos producidos por su antecesor, que en ocho años no tuvo tiempo para hacerlo y cuando aspiraba a otros cuatro años más de mandato, la Corte, en forma inmisericorde, el 26 de febrero del año en curso, le cortó las alas y con ello la inspiración ejecutiva. Lástima.
Además, el señor Santos da palos de ciego; ha propuesto un proyecto de ley según la cual lo que apruebe la Corte Suprema debe ser avalado por la Corte Constitucional para que sea válido y eso nos parece improcedente porque pensamos que éste no es el momento para disensiones y resquemores entre pares, sino más bien se debe buscar la armonía entre todos. Cada uno en su casa y Dios en la de todos.  Por otro lado supremo quiere decir “que está en la posición más alta” por lo que habría que cambiarle el nombre a la Corte, pues mientras así se llame, nadie está por encima de ella. ¿A quién se quiere embromar y a quien se quiere halagar?
Y a propósito de halagar, nos ha sorprendido y no muy gratamente, el nombramiento del badulaque de uribito, alias arias, nada menos que como embajador ante Italia cuando tengo entendido que éste señor está sub-júdice  en averiguación por parte de la Fiscalía por las pilatunas que hizo cuando fungía como Minagricultura. Por qué será que los tres últimos embajadores en Italia han sido personajes con líos en la Fiscalía? Será que todos los uribistas tienen líos con la Fiscalía o será que todos los que los tienen han cometido pecados tan graves que sólo el Papa los puede perdonar y por eso los envían a Roma para que cuando regresen y se presenten a la Fiscalía estén ya reconciliados por lo menos con Dios y olvidados del diablo. Un amigo dice que no van a eso, sino a hacer cursos especializados de mafia. Averígüelo Ordóñez.
Nos parece que mientras el señor Santos siga la costumbre de su antecesor de premiar a los corruptos, estará tirando al tacho de la basura el prestigio que el país le ha prodigado y con ello su credibilidad y claro que el prestigio es para usarlo y desgastarlo, pero el Presidente no puede premiar a los que se han portado mal, porque entonces, qué va a hacer con los que se han portado bien?
En qué queda entonces el Estatuto Anticorrupción que fue recibido con aplausos en todo el país? O su aplicación será sólo para los de ruana?.
Unos corruptos en sus casas, disfrutando del poder de su dinero, creando resentimiento social con su sola presencia y otros estarán gozando de “las delicias de Capua” con sueldo en euros e inmunidad diplomática, mientras el colombiano de a pie, pilando por el afrecho, sin empleo, temiendo que alguien lo mate para quitarle lo que no tiene y que ambos necesitan.
Ya se está desenvolviendo el ovillo de las “chuzadas” y se da uno cuenta que ese fue un operativo que se montó con todas las de la ley, donde no faltó nada y donde se consiguieron todos los operarios necesarios porque de seguro el aliciente económico, la grasa que afloja todos los tornillos del soborno, estaba oyendo el cuento y presta a prestar servicio porque era platica dulce, que se debe pagar fácil, porque es de “papá gobierno” y no le duele a nadie. ¿Cuánta plata de impuestos se habrá invertido en esos espionajes? Eso lo puede hacer alguien que juró defender  y no violar la Constitución y las leyes?
Con gran acierto, el periodismo ha calificado a la detective que se infiltró como “Mata Hari” que fue una bailarina exótica holandesa, Margarita Gertrudis Zelle,  quien durante la Primera guerra mundial ( 1.914-18) espió a los aliados a favor de Alemania. Fue detenida y – comprobada su culpabilidad- fusilada.