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Columnista - 22 agosto, 2010

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Mi padre decía que el hombre flojo tenía que trabajar dos veces; se refería con esto al que por simple pereza, descuido o falta de concentración, hacía las cosas mal hechas o las dejaba a medio hacer, ocasionando con ello la necesidad de retomar el trabajo para hacerlo como era debido; […]

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Mi padre decía que el hombre flojo tenía que trabajar dos veces; se refería con esto al que por simple pereza, descuido o falta de concentración, hacía las cosas mal hechas o las dejaba a medio hacer, ocasionando con ello la necesidad de retomar el trabajo para hacerlo como era debido; ocasionalmente sucedía que a quien le tocaba remendar el entuerto era otra persona, lo que a veces complicaba la situación.
A veces no es la pereza la causante del contratiempo sino la falta de atención, la indiferencia o el irrespeto hacia las normas que regulan la ortodoxia de cualquier labor y cuando se trata de la administración pública, a veces el irrespeto hasta de la misma Constitución Política, que cualquiera sabe que es la primera de todas las normas, con mayor razón deben saberlo los abogados.
Cuántos abogados tendrá la Presidencia de la República a su servicio para asesorar y aconsejar al señor Presidente en algo que él desconozca o quiera profundizar? Deben ser muchos. Acaso ninguno de ellos sabía que para darle validez al contrato con Estados Unidos sobre el uso de las siete bases estratégicas colombianas y la permanencia de más de cuatrocientos estadounidenses en nuestro país se necesitaba la aprobación previa del Congreso para su envío posterior a la Corte Constitucional para que diera su fallo?
Tenían que saberlo y el mismo presidente también, porque para eso son abogados; pero tomaron el atajo que toman los pillos, que consiste en que sabiendo que no pueden optar por un cargo, como quiera que disponen del dinero para comprar los votos y el respaldo de los malos, se lanzan convencidos que cuando la Justicia llegue después de cojear, ya habrá terminado el período para el cual aspiraron. Leguleyadas, gente que estudia no para favorecer al pueblo al que deben servir, sino para engañarlo y encima sacar provecho o simplemente darse gusto.
La Corte Constitucional ya habló, y habló bien. Invalida de plano el contrato entre los dos países y ordena el retiro de los extranjeros que están en el país en virtud de dicho contrato y abre la puerta para que puedan seguir aquí los que están en virtud de otros convenios anteriores y concede, magnánimamente a mi modo de ver profano, un año de tiempo para que el nuevo gobierno, retome el caso y haga las cosas como debieron hacerse desde un principio, es decir, de acuerdo a lo que dicen la Constitución y las leyes que están para ser cumplidas, máxime para los más altos funcionarios que juran cumplirlas cuando se posesionan.
Los que hemos ejercido una profesión de responsabilidad durante mucho tiempo, tenemos la sensación de tranquilidad y regocijo cuando sabemos que estamos haciendo las cosas bien; siendo útiles para nuestra comunidad y cuando ese trabajo es benéfico para los demás, no hay nada que pueda comparársele, sentimos que Dios está satisfecho con nosotros y que estamos cumpliendo con El y con todos.
¿Cuál es el estímulo o acicate para obrar mal en un puesto de responsabilidad? Dinero, fama, prestigio, venganza, ganar un pulso, desprestigiar a alguien, burlarse de alguien, no sé, me parece que obrar mal obedece a un mal consejo o de tu conciencia o de un mal amigo o un mal asesor; aún así, puedes hacerlo a título personal, pero no cuando representas la majestad de una nación que confió en ti y que ve cómo se resquebraja tu imagen por hacerle caso al diablo que llevamos dentro. ¿A quién le es útil el trabajo que se hace mal o se deja inconcluso, o a medio hacer?
La escoba del nuevo gobierno sigue barriendo bien, el ideal sería que siguiera así durante los 4 años. Siempre me pregunté cómo gobernaría el señor Santos si fuera elegido; si al estilo de Uribe o al estilo de Eduardo Santos que fue uno de los grandes presidentes, el mejor para muchos, que tuvo Colombia y que gobernó con los postulados del Partido Liberal. El día de su posesión dijo una frase de Eduardo Santos que me llevó a pensar que había esperanzas que quisiera emular y aún superar al tío abuelo; hoy compruebo que está siendo ecléctico; escogiendo lo mejor de cada uno; de Uribe, la prontitud para afrontar las cosas que le interesan y para los desplazamientos a los sitios emproblemados y del tío, el buen sentido, el ánimo pacifista, el no acaloramiento, la buena voluntad. Que todo le dure los 4 años, porque Uribe también empezó bien, pero al año y medio que se habló de reelección perdió la chaveta y de ahí en adelante no se ocupó de más nada, se pudrió todo.
Hay una prueba que creo que no falla: esperemos en un año, el aumento de la cobertura en Educación de primaria hasta postgrado, el mejoramiento del sistema de Salud, el aumento de los municipios con agua potable, abundante y permanente,  el porcentaje del aumento del salario mínimo y la generación de empleos. Estas 5 cifras nos dirán si el nuevo gobierno está pensando seriamente en gobernar para los pobres.

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Columnista
22 agosto, 2010

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Mi padre decía que el hombre flojo tenía que trabajar dos veces; se refería con esto al que por simple pereza, descuido o falta de concentración, hacía las cosas mal hechas o las dejaba a medio hacer, ocasionando con ello la necesidad de retomar el trabajo para hacerlo como era debido; […]


Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Mi padre decía que el hombre flojo tenía que trabajar dos veces; se refería con esto al que por simple pereza, descuido o falta de concentración, hacía las cosas mal hechas o las dejaba a medio hacer, ocasionando con ello la necesidad de retomar el trabajo para hacerlo como era debido; ocasionalmente sucedía que a quien le tocaba remendar el entuerto era otra persona, lo que a veces complicaba la situación.
A veces no es la pereza la causante del contratiempo sino la falta de atención, la indiferencia o el irrespeto hacia las normas que regulan la ortodoxia de cualquier labor y cuando se trata de la administración pública, a veces el irrespeto hasta de la misma Constitución Política, que cualquiera sabe que es la primera de todas las normas, con mayor razón deben saberlo los abogados.
Cuántos abogados tendrá la Presidencia de la República a su servicio para asesorar y aconsejar al señor Presidente en algo que él desconozca o quiera profundizar? Deben ser muchos. Acaso ninguno de ellos sabía que para darle validez al contrato con Estados Unidos sobre el uso de las siete bases estratégicas colombianas y la permanencia de más de cuatrocientos estadounidenses en nuestro país se necesitaba la aprobación previa del Congreso para su envío posterior a la Corte Constitucional para que diera su fallo?
Tenían que saberlo y el mismo presidente también, porque para eso son abogados; pero tomaron el atajo que toman los pillos, que consiste en que sabiendo que no pueden optar por un cargo, como quiera que disponen del dinero para comprar los votos y el respaldo de los malos, se lanzan convencidos que cuando la Justicia llegue después de cojear, ya habrá terminado el período para el cual aspiraron. Leguleyadas, gente que estudia no para favorecer al pueblo al que deben servir, sino para engañarlo y encima sacar provecho o simplemente darse gusto.
La Corte Constitucional ya habló, y habló bien. Invalida de plano el contrato entre los dos países y ordena el retiro de los extranjeros que están en el país en virtud de dicho contrato y abre la puerta para que puedan seguir aquí los que están en virtud de otros convenios anteriores y concede, magnánimamente a mi modo de ver profano, un año de tiempo para que el nuevo gobierno, retome el caso y haga las cosas como debieron hacerse desde un principio, es decir, de acuerdo a lo que dicen la Constitución y las leyes que están para ser cumplidas, máxime para los más altos funcionarios que juran cumplirlas cuando se posesionan.
Los que hemos ejercido una profesión de responsabilidad durante mucho tiempo, tenemos la sensación de tranquilidad y regocijo cuando sabemos que estamos haciendo las cosas bien; siendo útiles para nuestra comunidad y cuando ese trabajo es benéfico para los demás, no hay nada que pueda comparársele, sentimos que Dios está satisfecho con nosotros y que estamos cumpliendo con El y con todos.
¿Cuál es el estímulo o acicate para obrar mal en un puesto de responsabilidad? Dinero, fama, prestigio, venganza, ganar un pulso, desprestigiar a alguien, burlarse de alguien, no sé, me parece que obrar mal obedece a un mal consejo o de tu conciencia o de un mal amigo o un mal asesor; aún así, puedes hacerlo a título personal, pero no cuando representas la majestad de una nación que confió en ti y que ve cómo se resquebraja tu imagen por hacerle caso al diablo que llevamos dentro. ¿A quién le es útil el trabajo que se hace mal o se deja inconcluso, o a medio hacer?
La escoba del nuevo gobierno sigue barriendo bien, el ideal sería que siguiera así durante los 4 años. Siempre me pregunté cómo gobernaría el señor Santos si fuera elegido; si al estilo de Uribe o al estilo de Eduardo Santos que fue uno de los grandes presidentes, el mejor para muchos, que tuvo Colombia y que gobernó con los postulados del Partido Liberal. El día de su posesión dijo una frase de Eduardo Santos que me llevó a pensar que había esperanzas que quisiera emular y aún superar al tío abuelo; hoy compruebo que está siendo ecléctico; escogiendo lo mejor de cada uno; de Uribe, la prontitud para afrontar las cosas que le interesan y para los desplazamientos a los sitios emproblemados y del tío, el buen sentido, el ánimo pacifista, el no acaloramiento, la buena voluntad. Que todo le dure los 4 años, porque Uribe también empezó bien, pero al año y medio que se habló de reelección perdió la chaveta y de ahí en adelante no se ocupó de más nada, se pudrió todo.
Hay una prueba que creo que no falla: esperemos en un año, el aumento de la cobertura en Educación de primaria hasta postgrado, el mejoramiento del sistema de Salud, el aumento de los municipios con agua potable, abundante y permanente,  el porcentaje del aumento del salario mínimo y la generación de empleos. Estas 5 cifras nos dirán si el nuevo gobierno está pensando seriamente en gobernar para los pobres.

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