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Columnista - 15 agosto, 2010

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Ya se sabe que como dice el refrán, escoba nueva barre bien, y el tiempo que dure haciéndolo la nueva escoba que es Juan Manuel Santos estimo que no sólo depende del material con que esté hecho sino también de la cantidad  y de la calidad del sucio que le hayan […]

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Ya se sabe que como dice el refrán, escoba nueva barre bien, y el tiempo que dure haciéndolo la nueva escoba que es Juan Manuel Santos estimo que no sólo depende del material con que esté hecho sino también de la cantidad  y de la calidad del sucio que le hayan dejado. En las últimas semanas la actividad de su antecesor fue pródiga en actos y dichos con alta carga de mala fe para dejar a Colombia malquistada con los hermanos vecinos, sin importarle nada a él con tal de complacer su ego, más grande que Suramérica.
Adelantamos que Santos y Chávez se entenderían rápido, tan pronto como se fuera el culebrero parlanchín y así ha sucedido pues no podía ser de otra manera; para ello escogieron un sitio que nos obliga a todos al buen comportamiento, como es San Pedro Alejandrino y todo se discutió en el Altar de la Patria, quedando todo el mundo satisfecho. A Chávez le salieron las palabras, según las cuales no apoya a las Farc, a las cuales les aconseja que comiencen por entregar a los secuestrados que tengan, para que tomen el camino de la Paz pues no les ve porvenir a través de la guerra; nada de esto se le había escuchado antes al Coronel en ninguna de sus mil intervenciones en todos los foros y las dijo ahí, en tierra sagrada para todos, donde murió el Libertador Bolívar.
Parece que las buenas maneras están de regreso en la Casa de Nariño, esperemos que no sean versallescas si no apenas como lo exige la buena educación entre gente civilizada, sin zalamerías que desembocan en obsecuencia a la que son tan adictos los colombianos cuando se trata de conseguir chamba o de hacerse notar, nada de compadrazgos con el nuevo presidente, parece que la cosa no funciona, o sí?.
Los discursos del Presidente del Congreso y del Presidente de la República el día de la posesión del segundo, complacieron a muchos, a mí entre ellos, ambos fueron claros y trataron casi todos los temas, aún los escabrosos de los últimos ocho años y si bien rindieron culto al presidente saliente como les era de rigor, manifestaron de muchas maneras que varios de los procedimientos empleados en el anterior octenio deben abolirse, pues no son convenientes para el país o son definitivamente ilegales y deben proscribirse. Lealtad sí, pero la Patria por encima de los caprichos de los tiranuelos.
Hablaron entonces de que los funcionarios no digan más mentiras, ser funcionario oficial es una obligatoriedad para decir sólo la verdad, que desde la Casa de Nariño no se ejerzan más presiones ni traten de sobornar a los congresistas para que aprueben todo lo que les presenten, que los dineros del pueblo no se lo sigan regalando a los amigos, que la vida privada de los ciudadanos, periodistas, políticos opositores, magistrados, debe ser respetada y que la vida biológica, es sagrada, sólo Dios es dueño de ella.
Hoy es miércoles 11 de agosto y estoy viendo un noticiero donde aseguran que funcionarios del D.A.S. se aliaron con narcotraficantes para hacer aparecer a magistrados de las altas cortes como comprometidos en actuaciones ilegales. Esto, amigo lector, cree Ud. que sería idea de los funcionarios o de los narcos? qué interés pueden tener ellos en comprometer a los magistrados? De arriba debió llegarles la orden.
Nunca nos logramos explicar por qué Uribe siempre siguió tras la iniciativa que le marcaba Chávez a las relaciones de los dos países, iniciativa que él nunca tuvo, ni se le ocurrió jamás en ocho años nombrar como embajador en Caracas a alguien que pudiera descifrar a Chávez con lo indescifrable que parece ser, para que las cosas marcharan armónicas, él no lo entendió nunca ni se hizo entender con su altura arrogante, quizá si nombra a un costeño, un cucuteño o un araucano, las cosas podrían no haberse descompuesto como se descompusieron. Habría que haberle buscado la comba al palo.
¿Qué pasó? Que ahora, arregladas las cosas con Santos, habiéndose comprometido Chávez con lo que dijo en Santa Marta, Uribe resulta como el malo del paseo por cuya culpa pasó lo que pasó, y Chávez aparece como el muchacho bueno que tuvo que tomar decisiones drásticas contra su voluntad, obligado por las circunstancias de un provocador pendenciero que insultó la dignidad venezolana. Se demostró, además, que era algo personal entre ellos. Las peleas que no se van a ganar, no deben casarse.
Si Santos puede cumplir siquiera el 40% de lo que prometió en su posesión, en orden prioritario de acuerdo a su importancia para todo el país, habremos dado un gran salto; ojalá pueda cumplir la mayor parte.
Varios amigos me han comentado escritos aparecidos en la página internet de éste diario según los cuales Panamericana me pagó por el escrito del domingo pasado. Se me ocurre algo que cantó el troesma Daniel: “Ja, Ja, Ja, no puedo aguantar la risa que me da”. No lo he leído porque no tengo internet.

Columnista
15 agosto, 2010

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Ya se sabe que como dice el refrán, escoba nueva barre bien, y el tiempo que dure haciéndolo la nueva escoba que es Juan Manuel Santos estimo que no sólo depende del material con que esté hecho sino también de la cantidad  y de la calidad del sucio que le hayan […]


Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Ya se sabe que como dice el refrán, escoba nueva barre bien, y el tiempo que dure haciéndolo la nueva escoba que es Juan Manuel Santos estimo que no sólo depende del material con que esté hecho sino también de la cantidad  y de la calidad del sucio que le hayan dejado. En las últimas semanas la actividad de su antecesor fue pródiga en actos y dichos con alta carga de mala fe para dejar a Colombia malquistada con los hermanos vecinos, sin importarle nada a él con tal de complacer su ego, más grande que Suramérica.
Adelantamos que Santos y Chávez se entenderían rápido, tan pronto como se fuera el culebrero parlanchín y así ha sucedido pues no podía ser de otra manera; para ello escogieron un sitio que nos obliga a todos al buen comportamiento, como es San Pedro Alejandrino y todo se discutió en el Altar de la Patria, quedando todo el mundo satisfecho. A Chávez le salieron las palabras, según las cuales no apoya a las Farc, a las cuales les aconseja que comiencen por entregar a los secuestrados que tengan, para que tomen el camino de la Paz pues no les ve porvenir a través de la guerra; nada de esto se le había escuchado antes al Coronel en ninguna de sus mil intervenciones en todos los foros y las dijo ahí, en tierra sagrada para todos, donde murió el Libertador Bolívar.
Parece que las buenas maneras están de regreso en la Casa de Nariño, esperemos que no sean versallescas si no apenas como lo exige la buena educación entre gente civilizada, sin zalamerías que desembocan en obsecuencia a la que son tan adictos los colombianos cuando se trata de conseguir chamba o de hacerse notar, nada de compadrazgos con el nuevo presidente, parece que la cosa no funciona, o sí?.
Los discursos del Presidente del Congreso y del Presidente de la República el día de la posesión del segundo, complacieron a muchos, a mí entre ellos, ambos fueron claros y trataron casi todos los temas, aún los escabrosos de los últimos ocho años y si bien rindieron culto al presidente saliente como les era de rigor, manifestaron de muchas maneras que varios de los procedimientos empleados en el anterior octenio deben abolirse, pues no son convenientes para el país o son definitivamente ilegales y deben proscribirse. Lealtad sí, pero la Patria por encima de los caprichos de los tiranuelos.
Hablaron entonces de que los funcionarios no digan más mentiras, ser funcionario oficial es una obligatoriedad para decir sólo la verdad, que desde la Casa de Nariño no se ejerzan más presiones ni traten de sobornar a los congresistas para que aprueben todo lo que les presenten, que los dineros del pueblo no se lo sigan regalando a los amigos, que la vida privada de los ciudadanos, periodistas, políticos opositores, magistrados, debe ser respetada y que la vida biológica, es sagrada, sólo Dios es dueño de ella.
Hoy es miércoles 11 de agosto y estoy viendo un noticiero donde aseguran que funcionarios del D.A.S. se aliaron con narcotraficantes para hacer aparecer a magistrados de las altas cortes como comprometidos en actuaciones ilegales. Esto, amigo lector, cree Ud. que sería idea de los funcionarios o de los narcos? qué interés pueden tener ellos en comprometer a los magistrados? De arriba debió llegarles la orden.
Nunca nos logramos explicar por qué Uribe siempre siguió tras la iniciativa que le marcaba Chávez a las relaciones de los dos países, iniciativa que él nunca tuvo, ni se le ocurrió jamás en ocho años nombrar como embajador en Caracas a alguien que pudiera descifrar a Chávez con lo indescifrable que parece ser, para que las cosas marcharan armónicas, él no lo entendió nunca ni se hizo entender con su altura arrogante, quizá si nombra a un costeño, un cucuteño o un araucano, las cosas podrían no haberse descompuesto como se descompusieron. Habría que haberle buscado la comba al palo.
¿Qué pasó? Que ahora, arregladas las cosas con Santos, habiéndose comprometido Chávez con lo que dijo en Santa Marta, Uribe resulta como el malo del paseo por cuya culpa pasó lo que pasó, y Chávez aparece como el muchacho bueno que tuvo que tomar decisiones drásticas contra su voluntad, obligado por las circunstancias de un provocador pendenciero que insultó la dignidad venezolana. Se demostró, además, que era algo personal entre ellos. Las peleas que no se van a ganar, no deben casarse.
Si Santos puede cumplir siquiera el 40% de lo que prometió en su posesión, en orden prioritario de acuerdo a su importancia para todo el país, habremos dado un gran salto; ojalá pueda cumplir la mayor parte.
Varios amigos me han comentado escritos aparecidos en la página internet de éste diario según los cuales Panamericana me pagó por el escrito del domingo pasado. Se me ocurre algo que cantó el troesma Daniel: “Ja, Ja, Ja, no puedo aguantar la risa que me da”. No lo he leído porque no tengo internet.