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Columnista - 18 julio, 2010

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ El fútbol es algo metido en la piel y el medio interno de los españoles desde antes de la existencia del mítico Zamora y la afición de los “forofos” es algo comparable a los países más fanáticos; Argentina, Brasil, Inglaterra, etc. Por ello creo saber cómo se sienten de felices y […]

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

El fútbol es algo metido en la piel y el medio interno de los españoles desde antes de la existencia del mítico Zamora y la afición de los “forofos” es algo comparable a los países más fanáticos; Argentina, Brasil, Inglaterra, etc. Por ello creo saber cómo se sienten de felices y orgullosos con el título que consiguieron guapeando en Sudáfrica. Y a mí me hace muy feliz verlos felices y orgullosos; que lo disfruten porque, repito, se lo merecen.
El partido de la final  por el título de Campeón a verificarse en tierras de África, debía tener de antemano un veredicto de la historia de acuerdo al trato dado a sus excolonias por los antecesores de los disputantes donde los de la casa de Orange siempre se distinguieron por racistas y esclavistas, defectos no imputables a los hispanos, pero esa es otra historia; la verdad es que España siempre fue más en el campo de juego, pero fallaba a la hora de concretar, el cántaro fue tantas veces a la fuente que al final se rompió en la culminación de un gol de impecable factura y de inspiración de constancia en su concepción.
El fútbol es como la vida: te da sorpresas, desilusiones y satisfacciones, y como en la vida, todo tiene su lógica, su sinrazón o su anankhé, algo se te presenta como un misterio insondable y al cabo del tiempo todo se aclara como por arte de magia, por eso hay que estar siempre en la brecha, esperando la solución a problemas que alguna vez creímos insolubles. Paciencia, piojo.
Nos ha producido gran desilusión la pérdida de Argentina ante Alemania por un marcador abultado; pero creo que ya desentrañaremos el por qué, y he tenido dos inmensas satisfacciones, y es la de decir, antes de suceder, el merecimiento de España al título y su triunfo, que no era sólo la expresión del cariño, sino también algo de conocimiento aunque esto no cuente en fútbol y porque además fuimos millones los que acertamos y la segunda es haber estado de acuerdo con la mayoría de los periodistas deportivos que consagraron a Diego Forlán, uruguayo, como el mejor jugador del Mundial, yo dije que era el más valioso, y lo dijimos antes del veredicto de la encuesta de los periodistas.
Cuando a veces escribimos de fútbol, y perdónenme la falta de modestia, no lo hacemos como empírico sino como alguien cuya retina se ha complacido durante largos años viendo fútbol bueno y malo en sitios donde se han concentrado los mejores de una región del mundo o de todo el mundo y claro, lo vamos a seguir viendo por tv porque la mejor venganza es seguir viviendo. Al menos, así lo decía mi padre.
El triunfo español tenemos que atribuirlo al hecho que el entrenador Del Bosque presentó un verdadero equipo de fútbol asociación, donde cada uno de los once desempeñaba un papel previamente determinado y aprendido; la diferencia entre un equipo bien entrenado y la existencia de once personas reunidas unos meses antes, es como el comportamiento de un par de novios cada uno con sus peculiaridades y el de una pareja de muchos años donde la mutua y sabia compresión se expresa sólo con una mirada.
A nuestro parecer, éste triunfo español era el colofón que le faltaba a los ibéricos para igualarse en todo a los países más desarrollados de Europa; pues en la mayoría de las disciplinas, si no en todas, España ha igualado a sus vecinos y sólo éste galardón estaba rezagado para ellos, pero ya lo consiguieron. Ya está entre los grandes, y no se va a bajar de ahí fácilmente.
Yo no creo que el pulpo Paul sepa de fútbol y que esté en capacidad de vaticinar el resultado de un partido. Para mí que el asunto va por el lado de la gastronomía; al pulpo le ponen su comida en dos sitios para que escoja uno; Paul, que en su habitat se pasea como Pedro por su casa por lo que tiene oportunidad de saber dónde está la mejor comida porque de eso sí sabe; y obviamente, escoge el sitio donde está la comida española pues él es un gran gourmet. Con la mejor comida del mundo, cualquiera acierta.
Mientras tanto, aquí en Colombia el presidente que está por irse dio la orden que se recuperen los doce mil millones que alguien, de manera irregular entregó a unos avivatos en el programa de Agro Ingreso Seguro, es lo que ha declarado el Minagricultura. No dijo nada acerca de si quien entregó ese dinero en forma irregular, debe declarar algo ante alguna autoridad, Fiscalía, Corte Suprema, alguien, alguien, alguien que lo pueda meter preso. ¿Hasta cuándo seguirá la impunidad?

Columnista
18 julio, 2010

P E R I S C O P I O

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ El fútbol es algo metido en la piel y el medio interno de los españoles desde antes de la existencia del mítico Zamora y la afición de los “forofos” es algo comparable a los países más fanáticos; Argentina, Brasil, Inglaterra, etc. Por ello creo saber cómo se sienten de felices y […]


Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

El fútbol es algo metido en la piel y el medio interno de los españoles desde antes de la existencia del mítico Zamora y la afición de los “forofos” es algo comparable a los países más fanáticos; Argentina, Brasil, Inglaterra, etc. Por ello creo saber cómo se sienten de felices y orgullosos con el título que consiguieron guapeando en Sudáfrica. Y a mí me hace muy feliz verlos felices y orgullosos; que lo disfruten porque, repito, se lo merecen.
El partido de la final  por el título de Campeón a verificarse en tierras de África, debía tener de antemano un veredicto de la historia de acuerdo al trato dado a sus excolonias por los antecesores de los disputantes donde los de la casa de Orange siempre se distinguieron por racistas y esclavistas, defectos no imputables a los hispanos, pero esa es otra historia; la verdad es que España siempre fue más en el campo de juego, pero fallaba a la hora de concretar, el cántaro fue tantas veces a la fuente que al final se rompió en la culminación de un gol de impecable factura y de inspiración de constancia en su concepción.
El fútbol es como la vida: te da sorpresas, desilusiones y satisfacciones, y como en la vida, todo tiene su lógica, su sinrazón o su anankhé, algo se te presenta como un misterio insondable y al cabo del tiempo todo se aclara como por arte de magia, por eso hay que estar siempre en la brecha, esperando la solución a problemas que alguna vez creímos insolubles. Paciencia, piojo.
Nos ha producido gran desilusión la pérdida de Argentina ante Alemania por un marcador abultado; pero creo que ya desentrañaremos el por qué, y he tenido dos inmensas satisfacciones, y es la de decir, antes de suceder, el merecimiento de España al título y su triunfo, que no era sólo la expresión del cariño, sino también algo de conocimiento aunque esto no cuente en fútbol y porque además fuimos millones los que acertamos y la segunda es haber estado de acuerdo con la mayoría de los periodistas deportivos que consagraron a Diego Forlán, uruguayo, como el mejor jugador del Mundial, yo dije que era el más valioso, y lo dijimos antes del veredicto de la encuesta de los periodistas.
Cuando a veces escribimos de fútbol, y perdónenme la falta de modestia, no lo hacemos como empírico sino como alguien cuya retina se ha complacido durante largos años viendo fútbol bueno y malo en sitios donde se han concentrado los mejores de una región del mundo o de todo el mundo y claro, lo vamos a seguir viendo por tv porque la mejor venganza es seguir viviendo. Al menos, así lo decía mi padre.
El triunfo español tenemos que atribuirlo al hecho que el entrenador Del Bosque presentó un verdadero equipo de fútbol asociación, donde cada uno de los once desempeñaba un papel previamente determinado y aprendido; la diferencia entre un equipo bien entrenado y la existencia de once personas reunidas unos meses antes, es como el comportamiento de un par de novios cada uno con sus peculiaridades y el de una pareja de muchos años donde la mutua y sabia compresión se expresa sólo con una mirada.
A nuestro parecer, éste triunfo español era el colofón que le faltaba a los ibéricos para igualarse en todo a los países más desarrollados de Europa; pues en la mayoría de las disciplinas, si no en todas, España ha igualado a sus vecinos y sólo éste galardón estaba rezagado para ellos, pero ya lo consiguieron. Ya está entre los grandes, y no se va a bajar de ahí fácilmente.
Yo no creo que el pulpo Paul sepa de fútbol y que esté en capacidad de vaticinar el resultado de un partido. Para mí que el asunto va por el lado de la gastronomía; al pulpo le ponen su comida en dos sitios para que escoja uno; Paul, que en su habitat se pasea como Pedro por su casa por lo que tiene oportunidad de saber dónde está la mejor comida porque de eso sí sabe; y obviamente, escoge el sitio donde está la comida española pues él es un gran gourmet. Con la mejor comida del mundo, cualquiera acierta.
Mientras tanto, aquí en Colombia el presidente que está por irse dio la orden que se recuperen los doce mil millones que alguien, de manera irregular entregó a unos avivatos en el programa de Agro Ingreso Seguro, es lo que ha declarado el Minagricultura. No dijo nada acerca de si quien entregó ese dinero en forma irregular, debe declarar algo ante alguna autoridad, Fiscalía, Corte Suprema, alguien, alguien, alguien que lo pueda meter preso. ¿Hasta cuándo seguirá la impunidad?