P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ

Como un castillo de naipes que se derrumba o un muñeco de nieve que se derrite, se acabaron las ilusiones de nosotros, los americanos, de convertir la última  fase de la Copa Mundial de Fútbol de Suráfrica 2010 en el epílogo de nuestra Copa América o de la Libertadores. Después de clasificar para los octavos de final, nuestros equipos representativos cayeron superados por propios y extraños.
Argentina cayó ante Alemania, Brasil eliminó a Chile, España a Paraguay, Holanda a Uruguay, en partido vibrante en el cual la Corte de Orange terminó acosada por los charrúas y pidiendo tiempo, pero se clasificó para la final, que disputará con España que venció a Alemania según vaticinó el pulpo Paul, quien se ha convertido a estas alturas en alguien peligroso, ya que ha acertado trece (13) pronósticos al hilo o en línea, según se quiera. Ni Holanda ni España han podido acariciar hasta ahora la Copa Mundo, Holanda ha sido finalista dos veces y perdido el chance con Alemania y Argentina; España no ha disputado ninguna final en éste evento; en 1.950 que venía precedida de mucha fama por su centro-delantero Zarra que era un fenómeno, armó mucha bulla antes del certamen, pero – si mal no recuerdo-, no pasó del cuarto puesto.
Para éste Mundial también ha armado su escándalo por la cantidad de partidos previos que ha ganado llevándose todos los trofeos; ojalá no le pase lo que a Colombia en el Mundial de Estados Unidos que  había ganado antes del Mundial cerca de 30 partidos incluido uno a  argentina en el monumental de River Plate, nada menos que por 5 a 0, pero los muchachos como que llegaron cansados porque allá no dieron chicle, ojalá, repetimos, no le pase a España lo mismo,  pues sería catastrófico que después de tanta expectativa el único latino que queda también quedara eliminado para llevarse el título, necesitamos que la furia española, que convirtió el ciclón germano en suave brisa estival inofensiva, confirme lo que esperamos y estrene campeonato pues ya se lo merece.
Confiamos, además, que Uruguay demuestre, una vez más, que es tierra de campeones, en el ultimo partido jugará de nuevo Luis Suarez, que tiene  por definir un pleito pendiente con los goleadores del mundial.
Y hablando de los jugadores, no creo que en éste mundial el mejor jugador haya sido ni Lionel Messi ni Cristiano Ronaldo, creo que el más valioso, como dicen los gringos en béisbol, es Diego Forlán, porque siempre está donde debe estar bien sea atacando o defendiendo, y siempre da lo que sus compañeros y la afición esperan de él. Arma el equipo, cobra los tiros libres y los tiros de esquina, posee el don de la ubicuidad en la cancha, siempre dispuesto, sin fatigas ni malas caras, aprendan, muchachos colombianos, cómo se desempeña un profesional honesto y patriota del balompié.
Y no sólo los muchachos, los dirigentes de nuestro fútbol también debieran aprender por lo menos a que los partidos comiencen a la hora programada como hemos visto en el mundial, el cumplimiento  del horario es fundamental para el respeto del espectador y por algo hay que comenzar.
Mientras tanto, en nuestro país parece que el señor Santos tiene deseos de acertar, lo digo por los nombramientos de Juan Camilo Restrepo como Ministro de Agricultura y el de Rodado Noriega para Minas y Energía, esto nos dice que se quiere trabajar en serio por la ponderación de los nominados en sus áreas, siempre nos pareció un mal chiste de la presidencia el nombramiento del chisgarabís de “Uribito” en un puesto de tanta importancia en alguien que sólo quería hacer politiquería, es decir, mala política.
El señor Santos tendrá éxito en su gestión en la medida en que se aleje de las prácticas de su antecesor y mentor y fracasará en la medida en que las siga copiando; pues pese a los esfuerzos que se están haciendo para estabilizar las relaciones del país con Ecuador y Venezuela, el presidente sigue metiendo baza en forma negativa para que las relaciones sigan deterioradas, parece que la exigencia de lealtad sigue a ultranza en el sentido que su subalterno siga siendo enemigo de los  enemigos suyos, sin tener en cuenta, por supuesto, el daño que se le sigue haciendo al país. Este señor pone sus íntimos rencores y odios por encima de los grandes intereses de la Patria y tanto como habla de ella; a las claras se ve que no es patriota sino patriotero.
Yo le recordaría al país algo que el señor Santos debe saberse de memoria: cuando el actual presidente se posesionó, era un ilustre desconocido y los que lo conocían, lo conocían por hechos negativos, o no claros, es decir, tenía mucho que ganar y poco que perder, en cambio el señor Santos, con el antecedente de Eduardo Santos como eximio Presidente en nombre del Partido LIBERAL  y la saga de su familia en la defensa del país y de nuestra ideología, lo convierten en alguien con mucho que perder y muy poco por ganar, pues ya los suyos recorrieron mucho camino positivo en su favor. Sería una picardía en contra, echarlo todo a perder.