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Columnista - 9 junio, 2011

Otra vez, elegidos e invitaciones.

DOS  PUNTOS. Por: Germán Piedrahíta Recurrentes los temas cada año en forma cíclica. De nuevo la ya conocida ocupación del espacio público por parte de los establecimientos que prestan sus servicios de bebidas, comidas y demás. Cada temporada unos quejosos llenan los medios y al alcalde de protestas que solo terminan atentando contra la ciudad […]

DOS  PUNTOS.

Por: Germán Piedrahíta

Recurrentes los temas cada año en forma cíclica. De nuevo la ya conocida ocupación del espacio público por parte de los establecimientos que prestan sus servicios de bebidas, comidas y demás. Cada temporada unos quejosos llenan los medios y al alcalde de protestas que solo terminan atentando contra la ciudad y su economía.
Nuestros personajes se enorgullecen mostrando fotos de sus paseos en Roma, París, Madrid o aquí cerca en Cartagena, y en ellas los vemos muy sonrientes en las calles y plazas de esas civilizadas ciudades bajo parasoles y tomándose un aromático café o una refrescante bebida acompañada por galletas o panecillos. Allí, nos cuentan, todo es bello, apacible, bueno, pero, siempre los peros, cuando llegan a su ciudad, la que dicen llevar en su corazón, este se les retuerce al ver un parasol en la plaza o una mesa en el andén frente a la refresquería y vienen las llamadas y las súplicas por la aplicación de la ley, la falta de autoridad y entonces viene la persecución, la recogida de sillas, mesas y parasoles y se grita a los cuatro vientos que “estamos  haciendo cumplir la ley”. Sí, ¿a quien favorece? No al quejoso pues este es uno de esos ‘lambones’ que nunca pasa por esos sitios, que como es un amargado, nunca se ha sentado en una de esas mesas a disfrutar del lugar y a tomarse un jugo. Para ese elegante ‘cosmopolita’ su ciudad está atrasada porque “es que hay que ver como me atendieron en Munich”.
Queremos a una Valledupar turística, pero no hacemos nada por ella y es desde el Consejo y la Alcaldía que deben mirar si unas normas mal aplicadas nos pueden hacer más daño que provecho y cambiarlas, derogarlas o adecuarlas. Si lo vemos por la seguridad, cuanta más gente esté en las calles y plazas, menor oportunidad para los delincuentes.
Sí, el espacio público es de todos pero no podemos pretender que una “ocupación” favorable de ese espacio y de manera transitoria, para prestar un servicio, sea mala y más cuando en miles de ciudades es bien visto. No seamos más papistas que el Papa y dejemos, con limpieza, disciplina, orden, educación y  belleza que nuestros comerciantes utilicen ciertos espacios en bien de la ciudad, para bien de nuestra economía y en demostración de civismo para los visitantes.

Ollanta Humala

Fue elegido en el Perú, como presidente, Ollanta Humala, y los seguidores del neoliberalismo dan sus gritos pues querían, sin importarles el pasado, continuar con su depredación en contra de su pueblo. El capitalismo europeo decide volver a las tesis de derecha porque ya han acogido las benéficas de la izquierda y ahora ya no es un capitalismo salvaje sino un moderado centro izquierdismo el que recorre el planeta, pues se están dando cuenta que las dos formas, unidas, dan buenos resultados. ¿Por qué temerle a Ollanta? ¿Por ser indígena? ¿Por ser de izquierda? Llama la atención que sean exmilitares, los que gobiernen con ideales izquierdistas, cuando ellos han sido formados en ejércitos derechistas. ¿No será que como militares si han visto la miseria, la corrupción y la riqueza depredada de su pueblo? ¿Por qué un militar termina en la izquierda? Ya Latinoamérica muestra una tendencia, no tanto hacia la izquierda sino en contra de esa derecha inmoral que sólo ha dejado miseria, desolación, dolor y muerte.
La corrupción en esos pueblos los ha llevado a mirar hacia el otro lado. Dejemos que sea el Perú de Ollanta el que mañana nos diga si se equivocaron al elegirlo, o si como en el caso de Lula, estarán mejor que nosotros, y eso que nos salvamos de la reelección.

Libros

Ya viene “Bajo el Sol de los Venaos” y “Otra Voz” dos libros de Carlos Llanos. Uno, el relato novelado de sus vivencias y el otro el seguimiento a sus columnas en Vanguardia Liberal, que no entendemos porqué lo dejó salir de sus páginas. Como oferentes dos grandes figuras: Jaime Abello Banfi, periodista de grandes quilates y director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el expresidente del senado, el guajiro más conocedor de la bonanza carbonífera. Se lanzarán en la biblioteca Rafael Carrillo el próximo 17. Esas voces hay que escucharlas y desde ya están invitados.

[email protected]

Columnista
9 junio, 2011

Otra vez, elegidos e invitaciones.

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Germán Piedrahíta R.

DOS  PUNTOS. Por: Germán Piedrahíta Recurrentes los temas cada año en forma cíclica. De nuevo la ya conocida ocupación del espacio público por parte de los establecimientos que prestan sus servicios de bebidas, comidas y demás. Cada temporada unos quejosos llenan los medios y al alcalde de protestas que solo terminan atentando contra la ciudad […]


DOS  PUNTOS.

Por: Germán Piedrahíta

Recurrentes los temas cada año en forma cíclica. De nuevo la ya conocida ocupación del espacio público por parte de los establecimientos que prestan sus servicios de bebidas, comidas y demás. Cada temporada unos quejosos llenan los medios y al alcalde de protestas que solo terminan atentando contra la ciudad y su economía.
Nuestros personajes se enorgullecen mostrando fotos de sus paseos en Roma, París, Madrid o aquí cerca en Cartagena, y en ellas los vemos muy sonrientes en las calles y plazas de esas civilizadas ciudades bajo parasoles y tomándose un aromático café o una refrescante bebida acompañada por galletas o panecillos. Allí, nos cuentan, todo es bello, apacible, bueno, pero, siempre los peros, cuando llegan a su ciudad, la que dicen llevar en su corazón, este se les retuerce al ver un parasol en la plaza o una mesa en el andén frente a la refresquería y vienen las llamadas y las súplicas por la aplicación de la ley, la falta de autoridad y entonces viene la persecución, la recogida de sillas, mesas y parasoles y se grita a los cuatro vientos que “estamos  haciendo cumplir la ley”. Sí, ¿a quien favorece? No al quejoso pues este es uno de esos ‘lambones’ que nunca pasa por esos sitios, que como es un amargado, nunca se ha sentado en una de esas mesas a disfrutar del lugar y a tomarse un jugo. Para ese elegante ‘cosmopolita’ su ciudad está atrasada porque “es que hay que ver como me atendieron en Munich”.
Queremos a una Valledupar turística, pero no hacemos nada por ella y es desde el Consejo y la Alcaldía que deben mirar si unas normas mal aplicadas nos pueden hacer más daño que provecho y cambiarlas, derogarlas o adecuarlas. Si lo vemos por la seguridad, cuanta más gente esté en las calles y plazas, menor oportunidad para los delincuentes.
Sí, el espacio público es de todos pero no podemos pretender que una “ocupación” favorable de ese espacio y de manera transitoria, para prestar un servicio, sea mala y más cuando en miles de ciudades es bien visto. No seamos más papistas que el Papa y dejemos, con limpieza, disciplina, orden, educación y  belleza que nuestros comerciantes utilicen ciertos espacios en bien de la ciudad, para bien de nuestra economía y en demostración de civismo para los visitantes.

Ollanta Humala

Fue elegido en el Perú, como presidente, Ollanta Humala, y los seguidores del neoliberalismo dan sus gritos pues querían, sin importarles el pasado, continuar con su depredación en contra de su pueblo. El capitalismo europeo decide volver a las tesis de derecha porque ya han acogido las benéficas de la izquierda y ahora ya no es un capitalismo salvaje sino un moderado centro izquierdismo el que recorre el planeta, pues se están dando cuenta que las dos formas, unidas, dan buenos resultados. ¿Por qué temerle a Ollanta? ¿Por ser indígena? ¿Por ser de izquierda? Llama la atención que sean exmilitares, los que gobiernen con ideales izquierdistas, cuando ellos han sido formados en ejércitos derechistas. ¿No será que como militares si han visto la miseria, la corrupción y la riqueza depredada de su pueblo? ¿Por qué un militar termina en la izquierda? Ya Latinoamérica muestra una tendencia, no tanto hacia la izquierda sino en contra de esa derecha inmoral que sólo ha dejado miseria, desolación, dolor y muerte.
La corrupción en esos pueblos los ha llevado a mirar hacia el otro lado. Dejemos que sea el Perú de Ollanta el que mañana nos diga si se equivocaron al elegirlo, o si como en el caso de Lula, estarán mejor que nosotros, y eso que nos salvamos de la reelección.

Libros

Ya viene “Bajo el Sol de los Venaos” y “Otra Voz” dos libros de Carlos Llanos. Uno, el relato novelado de sus vivencias y el otro el seguimiento a sus columnas en Vanguardia Liberal, que no entendemos porqué lo dejó salir de sus páginas. Como oferentes dos grandes figuras: Jaime Abello Banfi, periodista de grandes quilates y director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el expresidente del senado, el guajiro más conocedor de la bonanza carbonífera. Se lanzarán en la biblioteca Rafael Carrillo el próximo 17. Esas voces hay que escucharlas y desde ya están invitados.

[email protected]