La misma tragedia se repite y se repite con el ELN, sigue atacando a Colombia sin contemplaciones, únicamente por satisfacer sus anhelos de sangre, muerte y terrorismo.
La misma tragedia se repite y se repite con el ELN, sigue atacando a Colombia sin contemplaciones, únicamente por satisfacer sus anhelos de sangre, muerte y terrorismo. Antes fueron los soldados muertos de la Escuela General Santander, los innumerables ataques a oleoductos que afectan nuestro medio ambiente, las famosas pescas milagrosas en el sur del Cesar, los ataques con carro bomba en Arauca, etc. Ahora, como si no fuera ya suficiente, deciden tocar la fibra del país al secuestrar a un personaje del pueblo, a Mane Díaz, padre de Lucho Díaz, un humilde y abnegado formador de jóvenes en el deporte, cuyo único pecado fue convertir a su hijo en una gran estrella del fútbol a nivel internacional.
Todos sabemos y hemos sido testigos de la lucha, el tesón y el talento que ambos necesitaron para lograrlo, como reconoció orgulloso el mismo Mane en una entrevista en La Radio Nacional: “Fruto de muchos años de entrega y disciplina, está demostrando que está listo para jugar con los mejores del mundo”.
Es inaudito que el ELN secuestre y en su propia tierra, a un padre de ese talante, solo porque estos criminales necesitan “financiación” y pongan en jaque a un muchacho que se forjó en un departamento carente de oportunidades y que lo único que ha hecho es dejar en alto la imagen de Colombia.
Sin lugar a dudas, es un acto indigno y el ELN demuestra una vez más su falta de sintonía con Colombia y ratifica que no tiene voluntad de paz, también deja en evidencia que no hay unidad de mando en su frentes, que pueden hacer lo que sea sin rendirle cuentas a nadie; un panorama que ratifica la farsa que son esos diálogos; todo será más de lo mismo: se desmovilizarán unos pocos, si es que logran llegar a algo, porque el ELN siempre le ha mamado gallo al país; es claro que lo grueso de la tropa seguirá haciendo terrorismo, secuestrando y traficando cocaína bajo el mando de comandantes como ‘Patricia’ quien no tiene nada en la cabeza y tampoco idea de cómo reincorporarse a una sociedad cansada de sus barbaridades.
El ELN es un grupo que no entiende que el país no puede avanzar con estas prácticas y mucho menos que nunca ganarán la guerra, pasarán los años y seguirán metidos en el monte, sin esperanzas de una vida diferente. El gobierno Petro tiene entre manos una prueba de fuego para medir el pulso que le está marcando el ELN. Ya es hora de hablar duro en la mesa porque los colombianos no podemos seguir intimidados por estos terroristas de mierda, que, insisto, no tienen voluntad de paz, solo están utilizando al gobierno para seguir creciendo en miembros.
Espero con fervor que al momento de publicación de esta columna ya Mane Díaz esté en su casa en Barrancas, La Guajira. De lo contrario, evidentemente, los diálogos no pueden seguir bajo esta intimidación, como dijo el presidente Petro desde Washington: “El ELN es responsable de la vida del papá de Lucho Díaz. Ha hecho un acto que va contra el mismo proceso de paz”.
Bajo estas condiciones, la opción que queda, es aplicar la Constitución y enfrentar de forma decidida a este infame cartel de bandidos que quieren arroparse con una ideología que hace mucho tiempo colapsó.
Por: JACOBO SOLANO C.*/ @JACOBOSOLANOC*
La misma tragedia se repite y se repite con el ELN, sigue atacando a Colombia sin contemplaciones, únicamente por satisfacer sus anhelos de sangre, muerte y terrorismo.
La misma tragedia se repite y se repite con el ELN, sigue atacando a Colombia sin contemplaciones, únicamente por satisfacer sus anhelos de sangre, muerte y terrorismo. Antes fueron los soldados muertos de la Escuela General Santander, los innumerables ataques a oleoductos que afectan nuestro medio ambiente, las famosas pescas milagrosas en el sur del Cesar, los ataques con carro bomba en Arauca, etc. Ahora, como si no fuera ya suficiente, deciden tocar la fibra del país al secuestrar a un personaje del pueblo, a Mane Díaz, padre de Lucho Díaz, un humilde y abnegado formador de jóvenes en el deporte, cuyo único pecado fue convertir a su hijo en una gran estrella del fútbol a nivel internacional.
Todos sabemos y hemos sido testigos de la lucha, el tesón y el talento que ambos necesitaron para lograrlo, como reconoció orgulloso el mismo Mane en una entrevista en La Radio Nacional: “Fruto de muchos años de entrega y disciplina, está demostrando que está listo para jugar con los mejores del mundo”.
Es inaudito que el ELN secuestre y en su propia tierra, a un padre de ese talante, solo porque estos criminales necesitan “financiación” y pongan en jaque a un muchacho que se forjó en un departamento carente de oportunidades y que lo único que ha hecho es dejar en alto la imagen de Colombia.
Sin lugar a dudas, es un acto indigno y el ELN demuestra una vez más su falta de sintonía con Colombia y ratifica que no tiene voluntad de paz, también deja en evidencia que no hay unidad de mando en su frentes, que pueden hacer lo que sea sin rendirle cuentas a nadie; un panorama que ratifica la farsa que son esos diálogos; todo será más de lo mismo: se desmovilizarán unos pocos, si es que logran llegar a algo, porque el ELN siempre le ha mamado gallo al país; es claro que lo grueso de la tropa seguirá haciendo terrorismo, secuestrando y traficando cocaína bajo el mando de comandantes como ‘Patricia’ quien no tiene nada en la cabeza y tampoco idea de cómo reincorporarse a una sociedad cansada de sus barbaridades.
El ELN es un grupo que no entiende que el país no puede avanzar con estas prácticas y mucho menos que nunca ganarán la guerra, pasarán los años y seguirán metidos en el monte, sin esperanzas de una vida diferente. El gobierno Petro tiene entre manos una prueba de fuego para medir el pulso que le está marcando el ELN. Ya es hora de hablar duro en la mesa porque los colombianos no podemos seguir intimidados por estos terroristas de mierda, que, insisto, no tienen voluntad de paz, solo están utilizando al gobierno para seguir creciendo en miembros.
Espero con fervor que al momento de publicación de esta columna ya Mane Díaz esté en su casa en Barrancas, La Guajira. De lo contrario, evidentemente, los diálogos no pueden seguir bajo esta intimidación, como dijo el presidente Petro desde Washington: “El ELN es responsable de la vida del papá de Lucho Díaz. Ha hecho un acto que va contra el mismo proceso de paz”.
Bajo estas condiciones, la opción que queda, es aplicar la Constitución y enfrentar de forma decidida a este infame cartel de bandidos que quieren arroparse con una ideología que hace mucho tiempo colapsó.
Por: JACOBO SOLANO C.*/ @JACOBOSOLANOC*