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Columnista - 19 diciembre, 2010

Otra de gasolina

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Desde que yo era un niño, y de esto hace muchos años, siempre ha existido el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia nuestro país por todos los sitios fronterizos posibles. Y eso es apenas natural, siendo que allá es tan barata […]

P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Desde que yo era un niño, y de esto hace muchos años, siempre ha existido el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia nuestro país por todos los sitios fronterizos posibles. Y eso es apenas natural, siendo que allá es tan barata y aquí tan cara; lo lógico sería que existiera algún convenio, acuerdo o tratado con la factibilidad de traer el combustible por las vías legales, delante de las autoridades, pero eso no ha sido posible por lo menos para acá, para el Cesar, por la inveterada costumbre de nuestras gentes de hacer las cosas por la vía ilegal, en vez de hacerlo por las legales y además porque ninguna autoridad, municipal, departamental o nacional, ha sido capaz de llegar a un acuerdo en ese sentido, en forma imparcial y desinteresada, ya que siempre han querido aprovechar las propias autoridades para hacerlo en su propio beneficio o en el de sus validos.

Ahí está el meollo de la cuestión: quién o quienes van a recibir los beneficios del negocio; a nadie le interesa pensar que al estar nuestra región cubierta con combustibles venezolanos, no es necesario que Ecopetrol los envíe para acá por lo que Colombia podría exportarlos.
Así las cosas, cada cual se las rebusca como puede; y tenemos entonces el nacimiento de las caravanas de decenas de automóviles llenos hasta los topes de pimpinas de gasolina, que se lanzan por las carreteras y trochas desde la Guajira para acá, y más de las veces se convierten en portadoras de muerte pues se lanzan dispuestos a no pararle a ninguna autoridad ya que prefieren morir antes que permitir que les quiten la mercancía. Son cosas para estudio psiquiátrico profundo, que aquí no ha estimulado a nadie hacerlo.
Cuando logran llegar ilesos a su meta, lo triste es que el dinero producido se convierte en mujeres fáciles, trago y drogas. Y pensar que esto es lo que envidian ciertos chicos que, muy jóvenes, entran en ésta aventura con todas las esperanzas e ilusiones puestas en ella.
Pero hay más en esto de la gasolina, y es el hecho que muchos propietarios de estaciones de servicio, venden su cupo para otros departamentos que es un negocio jugoso, rápido y sin problemas y reemplazan su cupo con gasolina venezolana, vendiendo ésta a precios de la colombiana,  que mientras haya el flujo desde Venezuela no hay problema, pero al haber tanto barro en las trochas por el invierno, no llega la gasolina de allá.
Este sería el momento en que las bombas legales aprovecharían para vender la gasolina colombiana, pero resulta que no pueden porque igual que los pimpineros, venden la venezolana y no la tienen por los motivos expuestos.Esto no es un teorema que necesita demostración, sino un axioma que no la necesita; lo sabe todo el mundo, pero las autoridades a todo nivel son sordas, ciegas y mudas.No saben nada y por eso no hacen nada. Que no vengan ahora a exigir que yo demuestre lo que todo el mundo sabe; en el control de El Copey para los carros tanques hace unos días había 22 carrotanques detenidos, porque los papeles hablaban de una cantidad de combustible y los tanques tenían una cantidad mucho menor. El que no conoce el tema…
Una vez dijeron que había una reacción química para comprobar si la gasolina del tanque de un carro era colombiana o venezolana; háganle la prueba a los tanques de las estaciones de servicio, a ver qué pasa. Igual hay que hacerles  la medición, porque en la mayoría la medida no es completa.
Estamos todavía estrenando gobierno, hasta ahora el presidente Santos ha demostrado la mejor buena voluntad para resolver los problemnas con criterio patriótico y de la forma más racional posible, esperemos que éste sea uno de los problemas que quiera y pueda resolver en nuestro ámbito.
Claro que habría que darle un tiempo para que antes pueda arreglar la hecatombe que ha ocasionado con sus furias la madre Naturaleza, pero todo habrá de arreglarse, Dios mediante; cualquier iniciativa que hubiera tenido el nuevo gobierno para desarrollar, se ha visto, si no relegada, por lo menos congelada con éste diluvio que le ha caído al país. Nos preocupa que el problema después de tanto tiempo, todavía va “in crescendo”.
El martes 14 apareció la noticia del paro de las estaciones de servicio “legales” de Valledupar, es decir, las que sólo deben vender gasolina colombiana, con unas propuestas que si no son indecentes, por lo menos son incongruentes. Estos señores disponen de una licencia para comprarle al Estado combustible subsidiado para región fronteriza y para vender al público dicho combustible, es decir, para que presten un servicio público; lo que hace improcedente su paralización y por lo que éste paro puede considerarse subversivo, ya que genera terrorismo en la población al subvertir el orden público. Tan es así que muchos taxistas estuvieron a punto de quemar la bomba de Ava Carvajal, la única obra de su mandato espurio.
En el acuerdo que hicieron con las autoridades pende sobre la ciudadanía la amenaza de un nuevo paro. Por favor, no jueguen con la candela, porque ésta quema; y si lleva gasolina….imagínense.

Columnista
19 diciembre, 2010

Otra de gasolina

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Gnecco Hernandez

P E R I S C O P I O Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ Desde que yo era un niño, y de esto hace muchos años, siempre ha existido el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia nuestro país por todos los sitios fronterizos posibles. Y eso es apenas natural, siendo que allá es tan barata […]


P E R I S C O P I O

Por: JAIME GNECCO HERNANDEZ
Desde que yo era un niño, y de esto hace muchos años, siempre ha existido el contrabando de gasolina desde Venezuela hacia nuestro país por todos los sitios fronterizos posibles. Y eso es apenas natural, siendo que allá es tan barata y aquí tan cara; lo lógico sería que existiera algún convenio, acuerdo o tratado con la factibilidad de traer el combustible por las vías legales, delante de las autoridades, pero eso no ha sido posible por lo menos para acá, para el Cesar, por la inveterada costumbre de nuestras gentes de hacer las cosas por la vía ilegal, en vez de hacerlo por las legales y además porque ninguna autoridad, municipal, departamental o nacional, ha sido capaz de llegar a un acuerdo en ese sentido, en forma imparcial y desinteresada, ya que siempre han querido aprovechar las propias autoridades para hacerlo en su propio beneficio o en el de sus validos.

Ahí está el meollo de la cuestión: quién o quienes van a recibir los beneficios del negocio; a nadie le interesa pensar que al estar nuestra región cubierta con combustibles venezolanos, no es necesario que Ecopetrol los envíe para acá por lo que Colombia podría exportarlos.
Así las cosas, cada cual se las rebusca como puede; y tenemos entonces el nacimiento de las caravanas de decenas de automóviles llenos hasta los topes de pimpinas de gasolina, que se lanzan por las carreteras y trochas desde la Guajira para acá, y más de las veces se convierten en portadoras de muerte pues se lanzan dispuestos a no pararle a ninguna autoridad ya que prefieren morir antes que permitir que les quiten la mercancía. Son cosas para estudio psiquiátrico profundo, que aquí no ha estimulado a nadie hacerlo.
Cuando logran llegar ilesos a su meta, lo triste es que el dinero producido se convierte en mujeres fáciles, trago y drogas. Y pensar que esto es lo que envidian ciertos chicos que, muy jóvenes, entran en ésta aventura con todas las esperanzas e ilusiones puestas en ella.
Pero hay más en esto de la gasolina, y es el hecho que muchos propietarios de estaciones de servicio, venden su cupo para otros departamentos que es un negocio jugoso, rápido y sin problemas y reemplazan su cupo con gasolina venezolana, vendiendo ésta a precios de la colombiana,  que mientras haya el flujo desde Venezuela no hay problema, pero al haber tanto barro en las trochas por el invierno, no llega la gasolina de allá.
Este sería el momento en que las bombas legales aprovecharían para vender la gasolina colombiana, pero resulta que no pueden porque igual que los pimpineros, venden la venezolana y no la tienen por los motivos expuestos.Esto no es un teorema que necesita demostración, sino un axioma que no la necesita; lo sabe todo el mundo, pero las autoridades a todo nivel son sordas, ciegas y mudas.No saben nada y por eso no hacen nada. Que no vengan ahora a exigir que yo demuestre lo que todo el mundo sabe; en el control de El Copey para los carros tanques hace unos días había 22 carrotanques detenidos, porque los papeles hablaban de una cantidad de combustible y los tanques tenían una cantidad mucho menor. El que no conoce el tema…
Una vez dijeron que había una reacción química para comprobar si la gasolina del tanque de un carro era colombiana o venezolana; háganle la prueba a los tanques de las estaciones de servicio, a ver qué pasa. Igual hay que hacerles  la medición, porque en la mayoría la medida no es completa.
Estamos todavía estrenando gobierno, hasta ahora el presidente Santos ha demostrado la mejor buena voluntad para resolver los problemnas con criterio patriótico y de la forma más racional posible, esperemos que éste sea uno de los problemas que quiera y pueda resolver en nuestro ámbito.
Claro que habría que darle un tiempo para que antes pueda arreglar la hecatombe que ha ocasionado con sus furias la madre Naturaleza, pero todo habrá de arreglarse, Dios mediante; cualquier iniciativa que hubiera tenido el nuevo gobierno para desarrollar, se ha visto, si no relegada, por lo menos congelada con éste diluvio que le ha caído al país. Nos preocupa que el problema después de tanto tiempo, todavía va “in crescendo”.
El martes 14 apareció la noticia del paro de las estaciones de servicio “legales” de Valledupar, es decir, las que sólo deben vender gasolina colombiana, con unas propuestas que si no son indecentes, por lo menos son incongruentes. Estos señores disponen de una licencia para comprarle al Estado combustible subsidiado para región fronteriza y para vender al público dicho combustible, es decir, para que presten un servicio público; lo que hace improcedente su paralización y por lo que éste paro puede considerarse subversivo, ya que genera terrorismo en la población al subvertir el orden público. Tan es así que muchos taxistas estuvieron a punto de quemar la bomba de Ava Carvajal, la única obra de su mandato espurio.
En el acuerdo que hicieron con las autoridades pende sobre la ciudadanía la amenaza de un nuevo paro. Por favor, no jueguen con la candela, porque ésta quema; y si lleva gasolina….imagínense.