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General - 22 junio, 2013

Oscuro panorama del teatro en Valledupar

La comunidad vallenata no cuenta con una sala apta para apreciar funciones teatrales. Los actores reclaman un espacio para exhibir su arte.

Los actores de la ciudad improvisan con cualquier escenario, que no les permite lucirse a plenitud.
Los actores de la ciudad improvisan con cualquier escenario, que no les permite lucirse a plenitud.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]

Aunque en la región desborda el talento actoral  (prueba de ello son los diversos premios nacionales que, el grupo La Carreta de la UPC, ha traído para el Cesar a lo largo de los últimos 10 años), infortunadamente los artistas locales no cuentan con un espacio ideal para presentar sus obras.

La carencia de un teatro se convierte en una limitante para el crecimiento de muchos actores. Ellos se ven obligados a recurrir a espacios abiertos o a los diversos auditorios de la ciudad, que no reúnen las condiciones técnicas para una excelente puesta en escena, puesto que no poseen las luces, la acústica, el sonido y la amplitud necesarios.

Así lo explica el director del grupo La Carreta de la UPC, Deiler Díaz, quien manifestó que “el salón de teatro de Bellas Artes no es el indicado porque no es de tablas, es muy pequeño y no se le podrían hacer graderías; carece de circuito de luces, de tramoya (conjunto de máquinas e instrumentos con los que se efectúan los cambios de decorado y efectos especiales) y  de bambalinas (tira de lienzo o papel pintado que cuelga de uno a otro lado del escenario y constituye la parte alta o cielo  del decorado de una obra). Además, no está aislado de los demás salones y es descubierto, impidiendo la intimidad necesaria para una obra”.

 Al respecto, el actor y profesor de teatro, Jhonatan Yerena, agregó que “lo que existe en Bellas Artes es un salón para practicar, cuyas luces no son las adecuadas, puesto que éstas deben ser independientes. En el momento sólo hay tres y se direccionan montándose en una escalera, cuestión que, en teatro, debe manejarse a control remoto. No hay silletería y  no tiene la acústica necesaria”. 

Para colmo de males, este sitio presenta huecos de gran tamaño en la cubierta, por lo que se anega cada vez que llueve; las ventanas carecen de hojas o batientes, por lo que la brisa entra y hace estragos. Cuando los actores requieren oscuridad tapan el espacio con láminas de cartón.

En lo referente al teatro de la Casa de la Cultura, según los expertos, es arcaico y no suple las necesidades de la modernidad.  Díaz  lo califica como un esbozo de escenario que sólo serviría para un monólogo o una representación teatral de 3 a cinco personajes. “No tiene la altura (desde el piso hasta el techo donde está la tarima) y la profundidad (desde el proscenio -lugar más cercano al público- hasta el fondo) necesarias. También requeriría cortinas oscuras, una silletería cómoda, así como un sistema de luces y sonido adecuados”, precisó.

EL PILÓN visitó el lugar, constatando que este lugar presenta, además de los reparos ya mencionados, serios problemas de humedad en sus paredes; tiene algunos espacios que les fueron abiertos para adaptar aparatos acondicionadores de aire y, también, presenta goteras. Su techo, así como el resto de la Casa de la Cultura tiene daños causados por las palomas y los murciélagos que, en el pasado, le hicieron mal a esta estructura física.

 

 

 

¿Qué pasó?

El director de la Casa de la Cultura, Alberto Muñoz Peñaloza, dijo que “la Casa de la Cultura cuenta con el único espacio  que se construyó especialmente para el teatro. Sin embargo, a partir de la década de los 80,  cuando el Departamento le entregó al Municipio las instalaciones de la Casa de la Cultura, lo que era teatro fue convertido en un auditorio y se descuidó en dotarlos de las comodidades y de las exigencias mínimas.

Proyecciones

La Administración Municipal proyecta una inversión de 200 a 300 millones de pesos para dotar y adecuar al Teatro de la Casa de la Cultura. Las obras comenzarían en 45 días, según lo expresado por Muñoz Peñaloza, quien agregó que más adelante buscarán recursos por regalías. En este sentido, existe una dificultad: La casa de la Cultura sigue siendo propiedad del Departamento; por lo que se realizan los trámites necesarios para que el gobernador enajene el bien en cumplimiento de una ordenanza departamental.

“Sin embargo, la ciudad necesita de un espacio mayor para el teatro. El alcalde Fredys Socarrás está muy interesado en adquirir las instalaciones del antiguo Teatro Cesar y dos casas aledañas, en procura de aprovechar este espacio y convertirlo en un teatro de grandes proporciones”, enfatizó Muñoz Peñaloza.

Por su parte, la coordinadora cultural del Cesar, María Amparo Ochoa, aseguró que “somos conscientes de la necesidad de un espacio para presentar obras teatrales; es por ello que pretendemos que en el Centro Cultural de la Música Vallenata  -que se crearía en la antigua zona de carreteras,  para lo cual el Ministerio de Cultura aporta mil 800 millones de pesos y la Administración Departamental mil 50 millones-, exista un teatro para llevar funciones a toda la comunidad “. 

El sueño de un Teatro Municipal

Entre el 2006 al 2008, en la ciudad se habló de la creación de un Teatro Municipal, que sería construido al lado de la DPA, para lo cual el Ministerio de Cultura aprobó más de dos mil 640 millones de pesos; pero al final la Administración de Rubén Carvajal dio por terminado de manera unilateral el contrato de diseño y construcción, argumentando falta de recursos para la obra que fue contratada durante la administración de Ciro Pupo Castro.

Posteriormente, liberados estos rubros, el Gobierno  Municipal lo destinó para la continuación de la construcción de la nueva galería ‘La granja’, que hasta el momento no ha prestado ninguna utilidad a la comunidad.

Otras necesidades

Para los que trabajan en teatro, son muchas las necesidades en su gremio, entre las que prevalece la falta de apoyo de los gobiernos. Uno de ellos, Boris Serrano, quien fue coordinador de Cultura en el 2012, manifestó que “en el Cesar no existe una política clara para los grupos de teatro, lo que dificulta nuestra labor, porque nadie puede sobrevivir presentando obras por las calles y recogiendo monedas con el sombrero; al menos no es lo más indicado para vivir dignamente”.

Entretanto, Deiler Díaz, dijo que “faltan proyectos enfocados a la formación de público en teatro; no existen convocatorias o concursos que nos estimulen como artistas y tampoco se destinan recursos para ejecutar proyectos. Se debería financiar al sector artístico para entregarle a la comunidad espectáculos a bajos costos o gratuitos”.

Finalmente, Jhonatan Yerena, aseveró “estamos muy mal, partiendo de que no tenemos un espacio para ensayar, presentar y mostrar las obras.  Es triste y precario el teatro en Valledupar, cuando existe mucho talento que se está desperdiciando en alcohol, droga o en cosas no apropiadas”.
 

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22 junio, 2013

Oscuro panorama del teatro en Valledupar

La comunidad vallenata no cuenta con una sala apta para apreciar funciones teatrales. Los actores reclaman un espacio para exhibir su arte.


Los actores de la ciudad improvisan con cualquier escenario, que no les permite lucirse a plenitud.
Los actores de la ciudad improvisan con cualquier escenario, que no les permite lucirse a plenitud.

ANNELISE BARRIGA RAMIREZ
[email protected]

Aunque en la región desborda el talento actoral  (prueba de ello son los diversos premios nacionales que, el grupo La Carreta de la UPC, ha traído para el Cesar a lo largo de los últimos 10 años), infortunadamente los artistas locales no cuentan con un espacio ideal para presentar sus obras.

La carencia de un teatro se convierte en una limitante para el crecimiento de muchos actores. Ellos se ven obligados a recurrir a espacios abiertos o a los diversos auditorios de la ciudad, que no reúnen las condiciones técnicas para una excelente puesta en escena, puesto que no poseen las luces, la acústica, el sonido y la amplitud necesarios.

Así lo explica el director del grupo La Carreta de la UPC, Deiler Díaz, quien manifestó que “el salón de teatro de Bellas Artes no es el indicado porque no es de tablas, es muy pequeño y no se le podrían hacer graderías; carece de circuito de luces, de tramoya (conjunto de máquinas e instrumentos con los que se efectúan los cambios de decorado y efectos especiales) y  de bambalinas (tira de lienzo o papel pintado que cuelga de uno a otro lado del escenario y constituye la parte alta o cielo  del decorado de una obra). Además, no está aislado de los demás salones y es descubierto, impidiendo la intimidad necesaria para una obra”.

 Al respecto, el actor y profesor de teatro, Jhonatan Yerena, agregó que “lo que existe en Bellas Artes es un salón para practicar, cuyas luces no son las adecuadas, puesto que éstas deben ser independientes. En el momento sólo hay tres y se direccionan montándose en una escalera, cuestión que, en teatro, debe manejarse a control remoto. No hay silletería y  no tiene la acústica necesaria”. 

Para colmo de males, este sitio presenta huecos de gran tamaño en la cubierta, por lo que se anega cada vez que llueve; las ventanas carecen de hojas o batientes, por lo que la brisa entra y hace estragos. Cuando los actores requieren oscuridad tapan el espacio con láminas de cartón.

En lo referente al teatro de la Casa de la Cultura, según los expertos, es arcaico y no suple las necesidades de la modernidad.  Díaz  lo califica como un esbozo de escenario que sólo serviría para un monólogo o una representación teatral de 3 a cinco personajes. “No tiene la altura (desde el piso hasta el techo donde está la tarima) y la profundidad (desde el proscenio -lugar más cercano al público- hasta el fondo) necesarias. También requeriría cortinas oscuras, una silletería cómoda, así como un sistema de luces y sonido adecuados”, precisó.

EL PILÓN visitó el lugar, constatando que este lugar presenta, además de los reparos ya mencionados, serios problemas de humedad en sus paredes; tiene algunos espacios que les fueron abiertos para adaptar aparatos acondicionadores de aire y, también, presenta goteras. Su techo, así como el resto de la Casa de la Cultura tiene daños causados por las palomas y los murciélagos que, en el pasado, le hicieron mal a esta estructura física.

 

 

 

¿Qué pasó?

El director de la Casa de la Cultura, Alberto Muñoz Peñaloza, dijo que “la Casa de la Cultura cuenta con el único espacio  que se construyó especialmente para el teatro. Sin embargo, a partir de la década de los 80,  cuando el Departamento le entregó al Municipio las instalaciones de la Casa de la Cultura, lo que era teatro fue convertido en un auditorio y se descuidó en dotarlos de las comodidades y de las exigencias mínimas.

Proyecciones

La Administración Municipal proyecta una inversión de 200 a 300 millones de pesos para dotar y adecuar al Teatro de la Casa de la Cultura. Las obras comenzarían en 45 días, según lo expresado por Muñoz Peñaloza, quien agregó que más adelante buscarán recursos por regalías. En este sentido, existe una dificultad: La casa de la Cultura sigue siendo propiedad del Departamento; por lo que se realizan los trámites necesarios para que el gobernador enajene el bien en cumplimiento de una ordenanza departamental.

“Sin embargo, la ciudad necesita de un espacio mayor para el teatro. El alcalde Fredys Socarrás está muy interesado en adquirir las instalaciones del antiguo Teatro Cesar y dos casas aledañas, en procura de aprovechar este espacio y convertirlo en un teatro de grandes proporciones”, enfatizó Muñoz Peñaloza.

Por su parte, la coordinadora cultural del Cesar, María Amparo Ochoa, aseguró que “somos conscientes de la necesidad de un espacio para presentar obras teatrales; es por ello que pretendemos que en el Centro Cultural de la Música Vallenata  -que se crearía en la antigua zona de carreteras,  para lo cual el Ministerio de Cultura aporta mil 800 millones de pesos y la Administración Departamental mil 50 millones-, exista un teatro para llevar funciones a toda la comunidad “. 

El sueño de un Teatro Municipal

Entre el 2006 al 2008, en la ciudad se habló de la creación de un Teatro Municipal, que sería construido al lado de la DPA, para lo cual el Ministerio de Cultura aprobó más de dos mil 640 millones de pesos; pero al final la Administración de Rubén Carvajal dio por terminado de manera unilateral el contrato de diseño y construcción, argumentando falta de recursos para la obra que fue contratada durante la administración de Ciro Pupo Castro.

Posteriormente, liberados estos rubros, el Gobierno  Municipal lo destinó para la continuación de la construcción de la nueva galería ‘La granja’, que hasta el momento no ha prestado ninguna utilidad a la comunidad.

Otras necesidades

Para los que trabajan en teatro, son muchas las necesidades en su gremio, entre las que prevalece la falta de apoyo de los gobiernos. Uno de ellos, Boris Serrano, quien fue coordinador de Cultura en el 2012, manifestó que “en el Cesar no existe una política clara para los grupos de teatro, lo que dificulta nuestra labor, porque nadie puede sobrevivir presentando obras por las calles y recogiendo monedas con el sombrero; al menos no es lo más indicado para vivir dignamente”.

Entretanto, Deiler Díaz, dijo que “faltan proyectos enfocados a la formación de público en teatro; no existen convocatorias o concursos que nos estimulen como artistas y tampoco se destinan recursos para ejecutar proyectos. Se debería financiar al sector artístico para entregarle a la comunidad espectáculos a bajos costos o gratuitos”.

Finalmente, Jhonatan Yerena, aseveró “estamos muy mal, partiendo de que no tenemos un espacio para ensayar, presentar y mostrar las obras.  Es triste y precario el teatro en Valledupar, cuando existe mucho talento que se está desperdiciando en alcohol, droga o en cosas no apropiadas”.