Parece el más estudioso del salón. Oscar, con su sencillez, cara de niño bueno, 66 kilogramos de peso y desgarbada figura de 1,80 de estatura, no aparenta ser el monstruo futbolístico que habita en él cuando pisa la cancha. El volante, que nació en Americana, municipio del estado de Sao Paulo, el 9 de septiembre […]
Parece el más estudioso del salón. Oscar, con su sencillez, cara de niño bueno, 66 kilogramos de peso y desgarbada figura de 1,80 de estatura, no aparenta ser el monstruo futbolístico que habita en él cuando pisa la cancha.
El volante, que nació en Americana, municipio del estado de Sao Paulo, el 9 de septiembre de 1991, fue el artífice de la tripleta que significó la victoria 3-2 de Brasil sobre Portugal, en la gran final del Mundial Juvenil.
Del cerebro y los pies del talentoso mediocampista, marcado con la camiseta 11, surgieron las anotaciones (¡qué joya el tercero!) que condujeron a la ‘Verdeamarelha’ hacia el pentacampeonato en la categoría sub 20.
Oscar, que de paso se convirtió en el primer futbolista que logra un hat-trick en una final juvenil, brilló durante todo el torneo, aunque ahora alcanzó mayor notoriedad por hacer amistad con las redes en la fecha decisiva.
“Estaba jugando bien, pero no estaba metiendo goles y gracias a Dios conseguí tres. No se suelen hacer tres goles en un Mundial. El tercero ha sido uno de los mejores goles de mi vida, no fue un centro, pensé en cruzar la bola y superar al portero, acerté”.
“Me gustaría jugar en el Barcelona o el Real Madrid, son los mejores equipos del mundo, y siempre es un sueño llegar a integrar esos equipos, si uno de los dos quiere contar conmigo y contratarme, estaré feliz”, manifestó Oscar.
Parece el más estudioso del salón. Oscar, con su sencillez, cara de niño bueno, 66 kilogramos de peso y desgarbada figura de 1,80 de estatura, no aparenta ser el monstruo futbolístico que habita en él cuando pisa la cancha. El volante, que nació en Americana, municipio del estado de Sao Paulo, el 9 de septiembre […]
Parece el más estudioso del salón. Oscar, con su sencillez, cara de niño bueno, 66 kilogramos de peso y desgarbada figura de 1,80 de estatura, no aparenta ser el monstruo futbolístico que habita en él cuando pisa la cancha.
El volante, que nació en Americana, municipio del estado de Sao Paulo, el 9 de septiembre de 1991, fue el artífice de la tripleta que significó la victoria 3-2 de Brasil sobre Portugal, en la gran final del Mundial Juvenil.
Del cerebro y los pies del talentoso mediocampista, marcado con la camiseta 11, surgieron las anotaciones (¡qué joya el tercero!) que condujeron a la ‘Verdeamarelha’ hacia el pentacampeonato en la categoría sub 20.
Oscar, que de paso se convirtió en el primer futbolista que logra un hat-trick en una final juvenil, brilló durante todo el torneo, aunque ahora alcanzó mayor notoriedad por hacer amistad con las redes en la fecha decisiva.
“Estaba jugando bien, pero no estaba metiendo goles y gracias a Dios conseguí tres. No se suelen hacer tres goles en un Mundial. El tercero ha sido uno de los mejores goles de mi vida, no fue un centro, pensé en cruzar la bola y superar al portero, acerté”.
“Me gustaría jugar en el Barcelona o el Real Madrid, son los mejores equipos del mundo, y siempre es un sueño llegar a integrar esos equipos, si uno de los dos quiere contar conmigo y contratarme, estaré feliz”, manifestó Oscar.