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Columnista - 27 octubre, 2013

Oscar Iván no es el hombre

Me da pena desinflar la ilusión de los uribistas, pero el resultado de la convención del Uribe Centro Democrático, no fue el más conveniente y presagia una debacle.

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Por JACOBO SOLANO CERCHIARO

Me da pena desinflar la ilusión de los uribistas, pero el resultado de la convención del Uribe Centro Democrático, no fue el más conveniente y presagia una debacle. A pesar de que Uribe cuenta con una alta favorabilidad y su lista a Senado va a ser la más votada bordeando los 25 senadores, no parece ocurrir lo mismo con Óscar Iván Zuluaga, un tipo decente, estadista, conocedor de la problemática del país, pero con cero carisma, poco sintonizado con la gente y muy dependiente de la imagen de Uribe, una especie de Nicolás Maduro con Chávez, pero inteligente; además, respaldado por la figura politiquera de Fabio Valencia Cossio que en vez de sumar resta. Aunque tiene más de año y medio recorriendo el país, no despega en las encuestas, mantiene un promedio de 6% y eso es grave en una elección tan complicada. Está visto que Uribe no endosa votos, se ha evidenciado en repetidas ocasiones con candidatos que ha apoyado en el pasado. Al fin y al cabo en Colombia, las elecciones no las gana quien esté mejor capacitado.

Francisco Santos, con sus cambiantes posiciones, menos preparación, de la misma oligarquía bogotana de su primo Juan Manuel, y con el controvertido José Obdulio de asesor, se posicionó tan rápido que logró en la última encuesta de Cifras y Conceptos, ganarle por 2 puntos al actual mandatario; presentándose como un candidato sintonizado con las necesidades de la gente, agradable y sobre todo que su carácter explosivo personifica a un grueso del electorado, que no analiza hojas de vida y se basa más en propuestas populistas; en un país donde la política se hace sin ideología, ganar es lo que cuenta. Pero ya esto es clavo pasado, ahora tienen la exigencia de dar a conocer a un candidato inédito para el 70% del país y que de acuerdo a las encuestas está lejos de alcanzar al actual presidente, que dicho sea de paso, al disminuirse el Uribismo, su reelección recibe un nuevo aire, justo cuando un 63% de los colombianos no la quiere. Sin descartar que pueda aparecer una tercería oxigenante como opción real de poder.

No creo que a Uribe le preocupara que la presidencia se la disputaran dos primos, ni tampoco el carácter relajado de Pachito, pienso que decidió no cometer el mismo error con otro Santos, y prefirió jugarse una ruleta rusa e influyó en la convención por su exministro de hacienda, que en caso de que no despegue, saca un as de la manga y llega, con un Óscar Iván disminuido, a las huestes de Peñaloza para enfrentar a Juan Manuel Santos en segunda vuelta, ajustando un movimiento plural con sectores de derecha, centro e izquierda progresista. Petro y Uribe unidos por Peñaloza. Habrá que ver, en política todo puede suceder. 

Estocada: Muy bueno el servicio en el Restaurante Mangú, Local 25 en Villa Ligia 3, unos patacones mexicanos rellenos, de lujo.

Columnista
27 octubre, 2013

Oscar Iván no es el hombre

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Me da pena desinflar la ilusión de los uribistas, pero el resultado de la convención del Uribe Centro Democrático, no fue el más conveniente y presagia una debacle.


Por JACOBO SOLANO CERCHIARO

Me da pena desinflar la ilusión de los uribistas, pero el resultado de la convención del Uribe Centro Democrático, no fue el más conveniente y presagia una debacle. A pesar de que Uribe cuenta con una alta favorabilidad y su lista a Senado va a ser la más votada bordeando los 25 senadores, no parece ocurrir lo mismo con Óscar Iván Zuluaga, un tipo decente, estadista, conocedor de la problemática del país, pero con cero carisma, poco sintonizado con la gente y muy dependiente de la imagen de Uribe, una especie de Nicolás Maduro con Chávez, pero inteligente; además, respaldado por la figura politiquera de Fabio Valencia Cossio que en vez de sumar resta. Aunque tiene más de año y medio recorriendo el país, no despega en las encuestas, mantiene un promedio de 6% y eso es grave en una elección tan complicada. Está visto que Uribe no endosa votos, se ha evidenciado en repetidas ocasiones con candidatos que ha apoyado en el pasado. Al fin y al cabo en Colombia, las elecciones no las gana quien esté mejor capacitado.

Francisco Santos, con sus cambiantes posiciones, menos preparación, de la misma oligarquía bogotana de su primo Juan Manuel, y con el controvertido José Obdulio de asesor, se posicionó tan rápido que logró en la última encuesta de Cifras y Conceptos, ganarle por 2 puntos al actual mandatario; presentándose como un candidato sintonizado con las necesidades de la gente, agradable y sobre todo que su carácter explosivo personifica a un grueso del electorado, que no analiza hojas de vida y se basa más en propuestas populistas; en un país donde la política se hace sin ideología, ganar es lo que cuenta. Pero ya esto es clavo pasado, ahora tienen la exigencia de dar a conocer a un candidato inédito para el 70% del país y que de acuerdo a las encuestas está lejos de alcanzar al actual presidente, que dicho sea de paso, al disminuirse el Uribismo, su reelección recibe un nuevo aire, justo cuando un 63% de los colombianos no la quiere. Sin descartar que pueda aparecer una tercería oxigenante como opción real de poder.

No creo que a Uribe le preocupara que la presidencia se la disputaran dos primos, ni tampoco el carácter relajado de Pachito, pienso que decidió no cometer el mismo error con otro Santos, y prefirió jugarse una ruleta rusa e influyó en la convención por su exministro de hacienda, que en caso de que no despegue, saca un as de la manga y llega, con un Óscar Iván disminuido, a las huestes de Peñaloza para enfrentar a Juan Manuel Santos en segunda vuelta, ajustando un movimiento plural con sectores de derecha, centro e izquierda progresista. Petro y Uribe unidos por Peñaloza. Habrá que ver, en política todo puede suceder. 

Estocada: Muy bueno el servicio en el Restaurante Mangú, Local 25 en Villa Ligia 3, unos patacones mexicanos rellenos, de lujo.