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Columnista - 25 septiembre, 2020

Ordenación y manejo del río Guatapurí

De acuerdo con el Decreto 1640 de 2012 artículo 18 (compilado en el Decreto 1076 de 2015), que trata sobre el Plan de Ordenación y Manejo de una cuenca hidrográfica y que se ha denominado POMCA, es el “Instrumento expedito a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las […]

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De acuerdo con el Decreto 1640 de 2012 artículo 18 (compilado en el Decreto 1076 de 2015), que trata sobre el Plan de Ordenación y Manejo de una cuenca hidrográfica y que se ha denominado POMCA, es el “Instrumento expedito a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las aguas, de la flora y la fauna y el manejo de la cuenca, entendido como la ejecución de obras y tratamientos en la perspectiva de mantener el equilibrio entre el aprovechamiento social y económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente del recurso hídrico”.

En tal sentido, nada más apropiado para aplicar a la grave incidencia que tuvo en la región el de marihuana y amapola y que no escapó a las áreas de influencia de casi todos los ríos del municipio de Valledupar entre ellos el Badillo y el Cesar.

Pero para el caso que nos ocupa hoy como es el río Guatapurí, en donde en las décadas de los 70 y 80 con el cultivo intenso de la marihuana, se violó la reserva indígena existente y se rebasó la frontera agrícola dedicada a cultivos de pancoger ya que el campesino buscó hacer rápida fortuna sin consideración de contemplación con su medio natural. Ya esto se ha dicho y nosotros lo sabemos que la marihuana y los cultivos ilícitos trajeron problemas de orden social cuyas funestas secuelas aún sobreviven, se arrasó con buena parte de la cobertura vegetal aledañas a las fuentes hídricas y la respuesta a esta actividad ilícita fue la fumigación con el famoso paraquat y glifosato, práctica que ha contribuido con el deterioro o alteración del ambiente que aún es latente.

Tenemos el caso que la mitad de la población radicada en las cuencas en mención es analfabeta y son pequeños y medianos propietarios, colonos, mestizos e indígenas de bajo nivel tecnológico en una zona con escasas infraestructuras, con mercados y precios inestables, créditos deficientes y muy limitados, que han sufrido un gran deterioro en su unidad familiar por la improductividad de la actividad agropecuaria en la cuenca precisamente por la destrucción de los suelos.

Actualmente el río Guatapurí presenta un caudal desordenado y muy reducido en épocas de sequías. En estas condiciones de fuerte topografía, clima agresivo, la deforestación de las zonas productoras de agua ha logrado que las precipitaciones se concentren en cortos periodos produciendo escurrimientos acelerados que arrancan y transforman el suelo que al llegar a la parte plana se sedimentan produciendo inundaciones. Este rio en épocas de sequía pone en seria crisis el suministro de agua para uso doméstico al municipio de Valledupar y hace imposible el riego de cultivos, se ha venido diciendo que el futuro de la cuenca del río es incierto sino se atajan inveteradas prácticas de uso de suelo y se procede a un vasto proceso de recuperación sobre todo en su cuenca medía.

De la grave situación planteada está más que consciente Corpocesar, pero también sabe de la obligación que la asiste por norma que la obliga a revisar el POMCA y claro, no solamente obliga a la Institución a ejecutar todos los programas y proyectos con sus propios  recurso sino que deben intervenir también la Nación, el Departamento, municipios y organizaciones, de acuerdo con su competencia. El POMCA del Guatapurí está proyectado para corto mediano y largo plazo y se compone de cuatro programas y muchos proyectos con una proyección de diez años y se ha calculado inicialmente una inversión de $102 mil millones aproximadamente. El área de cobertura de la cuenca es de 85 mil quinientas hectáreas y ha tenido un proceso de diseño entre 2015-2020. Hay que decir aquí que apenas comienza su ejecución con reforestación y con dinero de la compensación ambiental.

Columnista
25 septiembre, 2020

Ordenación y manejo del río Guatapurí

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Hernán Maestre Martínez

De acuerdo con el Decreto 1640 de 2012 artículo 18 (compilado en el Decreto 1076 de 2015), que trata sobre el Plan de Ordenación y Manejo de una cuenca hidrográfica y que se ha denominado POMCA, es el “Instrumento expedito a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las […]


De acuerdo con el Decreto 1640 de 2012 artículo 18 (compilado en el Decreto 1076 de 2015), que trata sobre el Plan de Ordenación y Manejo de una cuenca hidrográfica y que se ha denominado POMCA, es el “Instrumento expedito a través del cual se realiza la planeación del uso coordinado del suelo, de las aguas, de la flora y la fauna y el manejo de la cuenca, entendido como la ejecución de obras y tratamientos en la perspectiva de mantener el equilibrio entre el aprovechamiento social y económico de tales recursos y la conservación de la estructura físico-biótica de la cuenca y particularmente del recurso hídrico”.

En tal sentido, nada más apropiado para aplicar a la grave incidencia que tuvo en la región el de marihuana y amapola y que no escapó a las áreas de influencia de casi todos los ríos del municipio de Valledupar entre ellos el Badillo y el Cesar.

Pero para el caso que nos ocupa hoy como es el río Guatapurí, en donde en las décadas de los 70 y 80 con el cultivo intenso de la marihuana, se violó la reserva indígena existente y se rebasó la frontera agrícola dedicada a cultivos de pancoger ya que el campesino buscó hacer rápida fortuna sin consideración de contemplación con su medio natural. Ya esto se ha dicho y nosotros lo sabemos que la marihuana y los cultivos ilícitos trajeron problemas de orden social cuyas funestas secuelas aún sobreviven, se arrasó con buena parte de la cobertura vegetal aledañas a las fuentes hídricas y la respuesta a esta actividad ilícita fue la fumigación con el famoso paraquat y glifosato, práctica que ha contribuido con el deterioro o alteración del ambiente que aún es latente.

Tenemos el caso que la mitad de la población radicada en las cuencas en mención es analfabeta y son pequeños y medianos propietarios, colonos, mestizos e indígenas de bajo nivel tecnológico en una zona con escasas infraestructuras, con mercados y precios inestables, créditos deficientes y muy limitados, que han sufrido un gran deterioro en su unidad familiar por la improductividad de la actividad agropecuaria en la cuenca precisamente por la destrucción de los suelos.

Actualmente el río Guatapurí presenta un caudal desordenado y muy reducido en épocas de sequías. En estas condiciones de fuerte topografía, clima agresivo, la deforestación de las zonas productoras de agua ha logrado que las precipitaciones se concentren en cortos periodos produciendo escurrimientos acelerados que arrancan y transforman el suelo que al llegar a la parte plana se sedimentan produciendo inundaciones. Este rio en épocas de sequía pone en seria crisis el suministro de agua para uso doméstico al municipio de Valledupar y hace imposible el riego de cultivos, se ha venido diciendo que el futuro de la cuenca del río es incierto sino se atajan inveteradas prácticas de uso de suelo y se procede a un vasto proceso de recuperación sobre todo en su cuenca medía.

De la grave situación planteada está más que consciente Corpocesar, pero también sabe de la obligación que la asiste por norma que la obliga a revisar el POMCA y claro, no solamente obliga a la Institución a ejecutar todos los programas y proyectos con sus propios  recurso sino que deben intervenir también la Nación, el Departamento, municipios y organizaciones, de acuerdo con su competencia. El POMCA del Guatapurí está proyectado para corto mediano y largo plazo y se compone de cuatro programas y muchos proyectos con una proyección de diez años y se ha calculado inicialmente una inversión de $102 mil millones aproximadamente. El área de cobertura de la cuenca es de 85 mil quinientas hectáreas y ha tenido un proceso de diseño entre 2015-2020. Hay que decir aquí que apenas comienza su ejecución con reforestación y con dinero de la compensación ambiental.