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Editorial - 3 julio, 2012

Observaciones sobre el desempleo

El Departamento Nacional de Estadísticas (Dane) acaba de publicar las últimas cifras sobre desempleo en el país, que presenta una tasa promedio nacional de 10,7 por ciento, inferior un 0,5 por ciento a la registrada en mayo de 2011, cuando ese guarismo era de 11,2 por ciento.

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El Departamento Nacional de Estadísticas (Dane) acaba de publicar las últimas cifras sobre desempleo en el país, que presenta una tasa promedio nacional de 10,7 por ciento, inferior un 0,5 por ciento a la registrada en mayo de 2011, cuando ese guarismo era de 11,2 por ciento.

La economía nacional ha estado vigorosa desde hace meses, con tasas de crecimiento económico cerca al 5 por ciento, lo que ratifica el bueno momento de la misma. Sin embargo, hay que advertir que tenemos un modelo de crecimiento con baja generación de empleo, como lo han advertido varios expertos en el tema, precisamente por la falta de una mayor formalización de los mercados laborales.
Por ciudades, el desempleo presenta tasas bien diferentes y Barranquilla tiene la más baja con el 7,6 por ciento; le sigue Bogotá con el 9,5 por ciento y Cartagena con el 9,8 por ciento. Las más altas tasas de desempleo se presentan en Quibdó con el 18,9 por ciento, Popayán 17,6 por ciento; y Cúcuta con el 16,4 por ciento.
En el caso de Valledupar, que presenta una tasa de desempleo abierto promedio del 10,4 por ciento, esta cifra ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos gremios, empresarios y expertos, por cuanto es por todos conocidos que el desempleo debe ser mucho mayor, al igual que el subempleo y la informalidad.
Sin demeritar el trabajo del Dane, sería bueno que la entidad propiciara estudios más específicos en las regiones, para determinar el comportamiento de variables disímiles sobre el comportamiento en cada ciudad y región del país. En el caso de la capital del Cesar, es obvio que con el mototaxismo, la venta de comidas y de minutos, no vamos a resolver el problema de desempleo y subempleo de buena parte de nuestra población. Colombia requiere, insistimos, de políticas y programas activos de promoción al empleo y esto implica grandes esfuerzos del sector público y privada, promoción de la inversión y también cambios en la legislación.

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Más apoyo al empresarismo

Un hecho positivo para la región lo constituye la firma de un convenio entre el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Cámara de Comercio de Valledupar, que trabajarán en el Programa Región Empresaria, presentado recientemente.
Hay que explicar que este programa se inició en Bogotá con relativo éxito y se va a replicar en 12 regiones del país, incluyendo la Costa Atlántica y en esta parte del país al Cesar y a la Guajira, mediante la vinculación de las respectivas Cámaras de Comercio.
El programa va dirigido a las empresas recientemente formadas, que no se han formalizado y busca ayudarlas y acompañarlas en su crecimiento, para robustecerlas y lograr consolidar el empleo que generan.
Es positivo que este tipo de programas se fortalezcan en todas las regiones del país, y ojalá cuentan con los instrumentos financieros necesarios para apoyar a las empresas que se inscriban, ya que solo con políticas serias, sólidas y sistemáticas de empresarismo se podrá fomentar la generación de empleo.

Ojalá a este tipo de iniciativas se vincularan entidades como los gremios de la ciudad y las universidades que tienen sede en Valledupar y el Cesar, como también el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), que tiene una larga experiencia en el tema de la capacitación empresarial y el apoyo a los emprendedores, a quienes se desea formalizar para consolidar su actividad económica.
Felicitamos a las entidades públicas y privadas que han iniciado este programa y – reiteramos- ojalá que el mismo sea una iniciativa de largo alcance, ya que solo con políticas y proyectos de largo plazo se puede apoyar a las empresas nacientes y Colombia requiere más empresas, fuertes y formales para reducir su tasa de desempleo y con ella la pobreza y la marginalidad.

Editorial
3 julio, 2012

Observaciones sobre el desempleo

El Departamento Nacional de Estadísticas (Dane) acaba de publicar las últimas cifras sobre desempleo en el país, que presenta una tasa promedio nacional de 10,7 por ciento, inferior un 0,5 por ciento a la registrada en mayo de 2011, cuando ese guarismo era de 11,2 por ciento.


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El Departamento Nacional de Estadísticas (Dane) acaba de publicar las últimas cifras sobre desempleo en el país, que presenta una tasa promedio nacional de 10,7 por ciento, inferior un 0,5 por ciento a la registrada en mayo de 2011, cuando ese guarismo era de 11,2 por ciento.

La economía nacional ha estado vigorosa desde hace meses, con tasas de crecimiento económico cerca al 5 por ciento, lo que ratifica el bueno momento de la misma. Sin embargo, hay que advertir que tenemos un modelo de crecimiento con baja generación de empleo, como lo han advertido varios expertos en el tema, precisamente por la falta de una mayor formalización de los mercados laborales.
Por ciudades, el desempleo presenta tasas bien diferentes y Barranquilla tiene la más baja con el 7,6 por ciento; le sigue Bogotá con el 9,5 por ciento y Cartagena con el 9,8 por ciento. Las más altas tasas de desempleo se presentan en Quibdó con el 18,9 por ciento, Popayán 17,6 por ciento; y Cúcuta con el 16,4 por ciento.
En el caso de Valledupar, que presenta una tasa de desempleo abierto promedio del 10,4 por ciento, esta cifra ha sido recibida con escepticismo por parte de algunos gremios, empresarios y expertos, por cuanto es por todos conocidos que el desempleo debe ser mucho mayor, al igual que el subempleo y la informalidad.
Sin demeritar el trabajo del Dane, sería bueno que la entidad propiciara estudios más específicos en las regiones, para determinar el comportamiento de variables disímiles sobre el comportamiento en cada ciudad y región del país. En el caso de la capital del Cesar, es obvio que con el mototaxismo, la venta de comidas y de minutos, no vamos a resolver el problema de desempleo y subempleo de buena parte de nuestra población. Colombia requiere, insistimos, de políticas y programas activos de promoción al empleo y esto implica grandes esfuerzos del sector público y privada, promoción de la inversión y también cambios en la legislación.

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Más apoyo al empresarismo

Un hecho positivo para la región lo constituye la firma de un convenio entre el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, la Cámara de Comercio de Bogotá y la Cámara de Comercio de Valledupar, que trabajarán en el Programa Región Empresaria, presentado recientemente.
Hay que explicar que este programa se inició en Bogotá con relativo éxito y se va a replicar en 12 regiones del país, incluyendo la Costa Atlántica y en esta parte del país al Cesar y a la Guajira, mediante la vinculación de las respectivas Cámaras de Comercio.
El programa va dirigido a las empresas recientemente formadas, que no se han formalizado y busca ayudarlas y acompañarlas en su crecimiento, para robustecerlas y lograr consolidar el empleo que generan.
Es positivo que este tipo de programas se fortalezcan en todas las regiones del país, y ojalá cuentan con los instrumentos financieros necesarios para apoyar a las empresas que se inscriban, ya que solo con políticas serias, sólidas y sistemáticas de empresarismo se podrá fomentar la generación de empleo.

Ojalá a este tipo de iniciativas se vincularan entidades como los gremios de la ciudad y las universidades que tienen sede en Valledupar y el Cesar, como también el Servicio Nacional de Aprendizaje (Sena), que tiene una larga experiencia en el tema de la capacitación empresarial y el apoyo a los emprendedores, a quienes se desea formalizar para consolidar su actividad económica.
Felicitamos a las entidades públicas y privadas que han iniciado este programa y – reiteramos- ojalá que el mismo sea una iniciativa de largo alcance, ya que solo con políticas y proyectos de largo plazo se puede apoyar a las empresas nacientes y Colombia requiere más empresas, fuertes y formales para reducir su tasa de desempleo y con ella la pobreza y la marginalidad.