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Columnista - 23 marzo, 2018

Obras inconclusas y obras que se caen

No se puede negar que el gobierno de Luis Alberto Monsalvo fue un periodo en el que se puso en marcha una campaña de obras ambiciosas en el departamento del Cesar, se esperaba un verdadero renacer de escenarios deportivos a la vanguardia, una nueva infraestructura hospitalaria, sitios para la recreación familiar y convertir en realidad […]

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No se puede negar que el gobierno de Luis Alberto Monsalvo fue un periodo en el que se puso en marcha una campaña de obras ambiciosas en el departamento del Cesar, se esperaba un verdadero renacer de escenarios deportivos a la vanguardia, una nueva infraestructura hospitalaria, sitios para la recreación familiar y convertir en realidad el sueño de tener a la Universidad Nacional como centro de educación superior en estas cálidas tierras.

Aunque cada una de esas obras impresionaban por su imponencia y ante nuestros ojos se levantaban colosales, a medida que el tiempo transcurría revelaban otras dos características; por un lado muchas de ellas serían reconocidas como obras inconclusas, porque el día para que concluyeran los trabajos no llegaba y por el contrario al papeleo contractual se le sumaban prorrogas y adiciones que incrementaban considerablemente y de manera sospechosa los costos iniciales con los que fueron proyectados cada una de ellas.

El nuevo estadio ubicado cerca al mercado municipal cada día parece más un pantano que un escenario deportivo, en Aguachica aún esperan el día en que puedan contar con el hospital prometido, cada vez que se acerca la fecha para celebrar la finalización en la construcción de la Universidad Nacional sede Caribe una nueva prórroga arruina la fiesta, a pesar de los esfuerzos de la veeduría ciudadana y el seguimiento de la Contraloría General de la República.

Pero al lado de las obras inconclusas se encuentran las obras que si terminaron; sin embargo, acá el problema es otro, estas se caen, al parecer no soportan fuertes vientos ni temporadas de lluvias, situación abiertamente perturbadora si consideramos que estos escenarios se levantan para soportar cierto impacto de la naturaleza y en el Cesar no se forman ciclones ni huracanes que las coloquen en riesgo.

Esto no es un secreto y el desconcierto es cada vez mayor, solo basta recordar cada obra que ha mostrado su falla; en el municipio de La Paz se cayó una pared del remodelado balneario ‘El Chorro’, en el estadio el techo de una de las tribunas se desplomó, lo mismo ocurrió con el parque Las Flores que aún espera solución, la avenida Ciro Pupo de La Paz tuvo que ser intervenida por tener serias fallas, sin contar que en este caso la Procuraduría ya sancionó al exsecretario de infraestructura, Omar Maestre, el mismo que inició todas estas obras, hace pocos días el complejo de tenis colapsó estrepitosamente. Por fortuna el alcalde Augusto Daniel Ramírez ‘Tuto’ Uhía tiene una pintura milagrosa que borra murales y evita que las paredes se caigan, gobernador Franco Ovalle pídale la pintura al alcalde para que las obras “a salvo” no se desmoronen.

Columnista
23 marzo, 2018

Obras inconclusas y obras que se caen

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Carlos Andrés Añez Maestre

No se puede negar que el gobierno de Luis Alberto Monsalvo fue un periodo en el que se puso en marcha una campaña de obras ambiciosas en el departamento del Cesar, se esperaba un verdadero renacer de escenarios deportivos a la vanguardia, una nueva infraestructura hospitalaria, sitios para la recreación familiar y convertir en realidad […]


No se puede negar que el gobierno de Luis Alberto Monsalvo fue un periodo en el que se puso en marcha una campaña de obras ambiciosas en el departamento del Cesar, se esperaba un verdadero renacer de escenarios deportivos a la vanguardia, una nueva infraestructura hospitalaria, sitios para la recreación familiar y convertir en realidad el sueño de tener a la Universidad Nacional como centro de educación superior en estas cálidas tierras.

Aunque cada una de esas obras impresionaban por su imponencia y ante nuestros ojos se levantaban colosales, a medida que el tiempo transcurría revelaban otras dos características; por un lado muchas de ellas serían reconocidas como obras inconclusas, porque el día para que concluyeran los trabajos no llegaba y por el contrario al papeleo contractual se le sumaban prorrogas y adiciones que incrementaban considerablemente y de manera sospechosa los costos iniciales con los que fueron proyectados cada una de ellas.

El nuevo estadio ubicado cerca al mercado municipal cada día parece más un pantano que un escenario deportivo, en Aguachica aún esperan el día en que puedan contar con el hospital prometido, cada vez que se acerca la fecha para celebrar la finalización en la construcción de la Universidad Nacional sede Caribe una nueva prórroga arruina la fiesta, a pesar de los esfuerzos de la veeduría ciudadana y el seguimiento de la Contraloría General de la República.

Pero al lado de las obras inconclusas se encuentran las obras que si terminaron; sin embargo, acá el problema es otro, estas se caen, al parecer no soportan fuertes vientos ni temporadas de lluvias, situación abiertamente perturbadora si consideramos que estos escenarios se levantan para soportar cierto impacto de la naturaleza y en el Cesar no se forman ciclones ni huracanes que las coloquen en riesgo.

Esto no es un secreto y el desconcierto es cada vez mayor, solo basta recordar cada obra que ha mostrado su falla; en el municipio de La Paz se cayó una pared del remodelado balneario ‘El Chorro’, en el estadio el techo de una de las tribunas se desplomó, lo mismo ocurrió con el parque Las Flores que aún espera solución, la avenida Ciro Pupo de La Paz tuvo que ser intervenida por tener serias fallas, sin contar que en este caso la Procuraduría ya sancionó al exsecretario de infraestructura, Omar Maestre, el mismo que inició todas estas obras, hace pocos días el complejo de tenis colapsó estrepitosamente. Por fortuna el alcalde Augusto Daniel Ramírez ‘Tuto’ Uhía tiene una pintura milagrosa que borra murales y evita que las paredes se caigan, gobernador Franco Ovalle pídale la pintura al alcalde para que las obras “a salvo” no se desmoronen.