Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA Abogada – Especialista en Derecho Urbano Después de dos meses, aproximadamente, alejada de esta columna de opinión, por asuntos laborales que demandaban mi total dedicación, retomo a este espacio que amablemente esta casa editorial me abrió para comentar un tema que a todos nos debe interesar como habitantes de esta […]
Por: CLAUDIA PATRICIA NUÑEZ PADILLA
Abogada – Especialista en Derecho Urbano
Después de dos meses, aproximadamente, alejada de esta columna de opinión, por asuntos laborales que demandaban mi total dedicación, retomo a este espacio que amablemente esta casa editorial me abrió para comentar un tema que a todos nos debe interesar como habitantes de esta ciudad y son las obras que se llevarán a cabo con la captación de los recursos por concepto de Valorización, que la semana pasada fueron anunciadas en este medio periodístico por el actual Gerente de FONVISOCIAL, doctor Miguel Antonio Daza Mendoza.
Pero antes de referirme específicamente a este tema, es necesario, como preámbulo para abordarlo, el que se informe y oriente al ciudadano del común, que son la mayoría, a cerca de la Valorización y porque es el instrumento con el cual se ejecutarán estas obras.
La valorización no es un impuesto como erróneamente se ha creído y tal vez ésta ha sido quizás la causa por la cual inmediatamente en la mente del colectivo social produce rechazo su sola mención. La valorización es una contribución, las cuales junto con las tasas y los impuestos completan la clasificación de los que son los tributos.
La valorización es ante todo un instrumento de financiación del desarrollo urbanístico, creado por la Ley 25 de 1921, desarrollado por la Ley 9ª de 1989 y la Ley 388 de 1997 de desarrollo territorial en sus artículos 56, 61, 62, 67, 75, 76, 80, 82, 84 y 87 y en nuestra Constitución Nacional, en su artículo 37º se hace referencia a que sólo los Municipios podrán gravar la propiedad privada.
Por lo anterior, definiremos la Valorización como un gravamen real sobre las propiedades inmuebles destinados a financiar un proyecto, plan o conjunto de obras que se le impone a los propietarios o poseedores de los inmuebles que se beneficien de ella. Es decir, si las obras o el conjunto de obras que se llevarán a cabo en la Ciudad, entre las que también entrarían, las que se requieren para poner en marcha el Sistema Estratégico de Transporte Público (SEPT) y como las anunciadas que constituyen la primera fase, como lo son la pavimentación de la avenidas Batallón la Popa- barrio La Nevada, la denominada “Calle ancha de la Nevada y la vía a la Ciudadela 450 Años, con un inversión inicial de 33 mil 524 Millones de Pesos, como lo mencionó el citado funcionario, benefician a toda la ciudad, sépanlo, que todos tendremos que contribuir y más aquellos que reciban un mayor beneficio como consecuencia del incremento en el valor de su predio por efecto de la ejecución de estas obras.
Es por ello que quiero hacer énfasis en que nadie se llame a engaños, porque no faltarán candidatos y menos en la época política que se avecina, quienes con el ánimo de ganar adeptos propongan el desmonte de esta contribución, la cual ya fue aprobada por Acuerdo por el Concejo Municipal, porque saben que todo lo que afecta nuestros bolsillos nos duele, pero si queremos realmente que Valledupar progrese es necesario que todos nos metamos la mano al drill como popularmente decimos, porque señores, el Desarrollo Urbanístico cuesta, sino que lo digan las administraciones de Bogotá o Barranquilla, quienes han realizado cuantiosas inversiones en obras para beneficio de sus ciudades.
Pero no es menos importante y creo que así se evitarían muchos dolores de cabeza, que la administración municipal comience desde ya una campaña a gran escala en toda la ciudad para socializar estas obras, que la ciudadanía conozca de primera mano en que, cómo y cuando se invertirán los recursos que ha de aportar para el desarrollo de Valledupar, que sepa, que para la implementación de la valorización se requiere de una metodología que debe tener en cuenta aspectos tan importantes como el área de influencia del beneficio de la obra, la caracterización socio-económicas de las familias, capacidad de pago de los beneficiarios, entre otros.
También que tal contribución puede cancelarse a plazos acordados entre la administración y los sujetos activos de la misma, y lo más relevante, que en caso de no realizarse las obras, se deberá devolver la contribución.
Celebro todas las acciones y esfuerzos encaminadas en hacer de Valledupar una ciudad de desarrollo, pero quiero finalizar esta apreciación haciendo una exhortación a la sociedad civil, a los veedores, a los organismos de control, para que seamos vigilantes de la ejecución de estas obras, de cómo se invierten estos recursos, porque sería muy lamentable que en nuestro terruño se repitiera la muy triste y célebre historia de los Nule y la Obras de Transmilenio de la Carrera 26 en Bogotá.