ROMA (AP) — Al declarar en el juicio, a un sacerdote acusado de abusar sexualmente de niños, un obispo italiano dijo el jueves que escuchó rumores al respecto dos años antes del arresto del prelado, pero no los consideró lo suficientemente creíbles como para retirarlo de su puesto o informar al Vaticano.
El testimonio de monseñor Gino Reali representa la primera vez que un obispo italiano es convocado a declarar en un juicio a un sacerdote del país, acusado de abusar de jovencitos, dijo el abogado Nino Marazzita, que representa a dos de las siete presuntas víctimas en la porción civil del caso.
El juicio al padre Ruggero Conti se efectúa en momentos en que el escándalo de abuso sexual en la Iglesia gira en torno al Vaticano y expone la profundidad del problema de abusos en Italia, donde hace tiempo el tema ha sido tratado como tabú y rara vez se hablaba de éste.
Recientemente, el director de la conferencia de obispos italianos emitió un reconocimiento de culpa de parte de la Iglesia italiana a todas las víctimas y sus familias por las fallas de “los que debieron haber intervenido de manera oportuna”.
“Los casos probados de mal manejo, subestimación de los hechos, o incluso un encubrimiento total, tendrán que ser enjuiciados rigurosamente dentro y fuera de la Iglesia y, como ya ha ocurrido en algunos casos, resultarán en la remoción y despido de las personas involucradas”, declaró el cardenal Angelo Bagnasco al periódico Il Sole 24 Ore el mes pasado.
A Reali se le preguntó varias veces si había “subestimado” la credibilidad de las acusaciones contra Conti después de que él escuchó rumores por primera vez en septiembre del 2006.
Dijo que había hablado con entre 20 y 25 personas en torno a las acusaciones, incluyendo dos hombres jóvenes que dijeron habían sufrido abusos sexuales. Pero defendió su decisión de no remover o suspender a Conti, diciendo que le había exigido que ya no permitiera que los jovencitos se quedaran a dormir en su casa.
“Intenté apegarme a los hechos porque creía que necesitaba actuar con base en hechos, no rumores”, afirmó Reali cuando un abogado de las víctimas lo presionó. “Al escritorio de un obispo llegan muchos rumores”.
Conti está acusado de violencia sexual y otros cargos. En la corte ha negado haber abusado de los jóvenes, pero ha reconocido que le agradaban, diciendo que a veces les daba palmaditas o les hacía mimos y que ellos deben tener “una interpretación distorsionada” de sus muestras de afecto.