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Columnista - 8 enero, 2019

¡Nunca más!

Hace tres años, el 4 de enero de 2016, un gobierno que se decía democrático le asestó a Fedegán un golpe artero, envileciendo la ley y las instituciones como instrumentos de retaliación contra un gremio cuyo único pecado fue atreverse a disentir públicamente, ese derecho sagrado de la democracia, despreciado por Santos al convertir en […]

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Hace tres años, el 4 de enero de 2016, un gobierno que se decía democrático le asestó a Fedegán un golpe artero, envileciendo la ley y las instituciones como instrumentos de retaliación contra un gremio cuyo único pecado fue atreverse a disentir públicamente, ese derecho sagrado de la democracia, despreciado por Santos al convertir en enemigos de la paz a quienes  cuestionaron las negociaciones con las FARC.

Hoy, enero de 2019, se cierra el capítulo de ignominia que rompió el hilo de la Ley 89 de 1993, que habilita al gobierno a contratar con Fedegán el manejo de la parafiscalidad ganadera. Hoy se firmó el contrato entre el Ministerio de Agricultura y Fedegán, para la administración del Fondo  Nacional del Ganado.

Los ganaderos, sin embargo, solo miramos hacia atrás para honrar nuestro pasado y aprender de la experiencia, pues hoy no hay otro camino que mirar hacia delante para que, a partir de tan devastadora experiencia, no solo Fedegán, sino todos los gremios y organizaciones de la sociedad civil puedan exclamar: ¡NUNCA MÁS!   

Nunca más, ni la Ley ni las instituciones del Estado serán usadas para perseguir a personas u organizaciones que expresan sus diferencias con el gobernante.

Nunca más, las personas ni las organizaciones serán perseguidas por expresar con respeto, pero con dignidad,  sus posiciones “políticas” frente a las decisiones que las afectan.  

Nunca más el servidor público dejará de serlo para convertirse en actor mezquino de sus propios intereses, en contra del ciudadano y sus organizaciones.

Nunca más el Estado, más allá de sus competencias de ley, intervendrá indebidamente en las organizaciones civiles, para castigar a unas y favorecer a otras según sus intereses políticos.

Nunca más la relación entre el Gobierno y  los gremios, y las políticas que afectan a los sectores productivos, estarán supeditadas a la adhesión incondicional al gobernante.

Nunca más un gobierno se atreverá a vulnerar los derechos constitucionales a la libre empresa, la libre asociación y la iniciativa privada, que son la base de nuestro ordenamiento político y económico.

Nunca más las organizaciones de control y vigilancia, encargadas de defender al ciudadano y sus organizaciones contra el abuso del Estado, se volverán en contra de quienes deben proteger constitucionalmente.

Nunca más un gobierno traicionará la confianza legítima que está obligado a ofrecer y que, por lo tanto, se convierte en derecho y soporte legal del emprendimiento, que hoy es bandera del nuevo gobierno.

Hoy cesó la horrible noche de Fedegán y se despeja el camino para la colaboración armónica con el Gobierno en pro de la ganadería y el campo. Las heridas fueron profundas y los daños enormes, con la pérdida del estatus de país libre de aftosa en primer lugar. Pero no hay tiempo para mirar atrás, como no sea para repetir: ¡NUNCA MAS!

Columnista
8 enero, 2019

¡Nunca más!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Félix Lafaurie Rivera

Hace tres años, el 4 de enero de 2016, un gobierno que se decía democrático le asestó a Fedegán un golpe artero, envileciendo la ley y las instituciones como instrumentos de retaliación contra un gremio cuyo único pecado fue atreverse a disentir públicamente, ese derecho sagrado de la democracia, despreciado por Santos al convertir en […]


Hace tres años, el 4 de enero de 2016, un gobierno que se decía democrático le asestó a Fedegán un golpe artero, envileciendo la ley y las instituciones como instrumentos de retaliación contra un gremio cuyo único pecado fue atreverse a disentir públicamente, ese derecho sagrado de la democracia, despreciado por Santos al convertir en enemigos de la paz a quienes  cuestionaron las negociaciones con las FARC.

Hoy, enero de 2019, se cierra el capítulo de ignominia que rompió el hilo de la Ley 89 de 1993, que habilita al gobierno a contratar con Fedegán el manejo de la parafiscalidad ganadera. Hoy se firmó el contrato entre el Ministerio de Agricultura y Fedegán, para la administración del Fondo  Nacional del Ganado.

Los ganaderos, sin embargo, solo miramos hacia atrás para honrar nuestro pasado y aprender de la experiencia, pues hoy no hay otro camino que mirar hacia delante para que, a partir de tan devastadora experiencia, no solo Fedegán, sino todos los gremios y organizaciones de la sociedad civil puedan exclamar: ¡NUNCA MÁS!   

Nunca más, ni la Ley ni las instituciones del Estado serán usadas para perseguir a personas u organizaciones que expresan sus diferencias con el gobernante.

Nunca más, las personas ni las organizaciones serán perseguidas por expresar con respeto, pero con dignidad,  sus posiciones “políticas” frente a las decisiones que las afectan.  

Nunca más el servidor público dejará de serlo para convertirse en actor mezquino de sus propios intereses, en contra del ciudadano y sus organizaciones.

Nunca más el Estado, más allá de sus competencias de ley, intervendrá indebidamente en las organizaciones civiles, para castigar a unas y favorecer a otras según sus intereses políticos.

Nunca más la relación entre el Gobierno y  los gremios, y las políticas que afectan a los sectores productivos, estarán supeditadas a la adhesión incondicional al gobernante.

Nunca más un gobierno se atreverá a vulnerar los derechos constitucionales a la libre empresa, la libre asociación y la iniciativa privada, que son la base de nuestro ordenamiento político y económico.

Nunca más las organizaciones de control y vigilancia, encargadas de defender al ciudadano y sus organizaciones contra el abuso del Estado, se volverán en contra de quienes deben proteger constitucionalmente.

Nunca más un gobierno traicionará la confianza legítima que está obligado a ofrecer y que, por lo tanto, se convierte en derecho y soporte legal del emprendimiento, que hoy es bandera del nuevo gobierno.

Hoy cesó la horrible noche de Fedegán y se despeja el camino para la colaboración armónica con el Gobierno en pro de la ganadería y el campo. Las heridas fueron profundas y los daños enormes, con la pérdida del estatus de país libre de aftosa en primer lugar. Pero no hay tiempo para mirar atrás, como no sea para repetir: ¡NUNCA MAS!