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Columnista - 28 septiembre, 2018

Nunca falta una vaina

Nunca falta una vaina y si falta la inventamos. Ese es mucho bololó, mucha algarabía, joropo, fundingue y perendengue que hay ahora, no hay que buscarle pelos blancos al burro negro, no hay que hacer oscuridad donde hay claridad, no hay que crear problemas donde todo es fácil. Esta introducción para referirme al show mediático […]

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Nunca falta una vaina y si falta la inventamos. Ese es mucho bololó, mucha algarabía, joropo, fundingue y perendengue que hay ahora, no hay que buscarle pelos blancos al burro negro, no hay que hacer oscuridad donde hay claridad, no hay que crear problemas donde todo es fácil. Esta introducción para referirme al show mediático que han formado para la entrega y recibo del Parque de La Leyenda Vallenata de parte de la Fundación del Festival al municipio, por disposición tardía, requetetardía del Consejo de Estado porque nadie niega que la Fundación ha hecho del Festival Vallenato uno de los espectáculos más bonitos y famosos del mundo cultural y folclórico, negar eso es tratar de tapar el sol con las manos y nadie puede negar que el municipio es el dueño del Parque de La Leyenda; lo único que la gente, lo dice todo mundo crítica y comenta, es la forma como una familia ha manejado ese certamen y los recursos que de él se obtienen, al igual que otra familia muy poderosa se ha apoderado del que fue la mejor institución educativa de la ciudad, sin rendirle cuentas a nadie y manejarlo hasta tal punto que la gente cree que es de ellos.

El Festival Vallenato ha sido manejado muy bien por la Fundación y los resultados se ven, pues este certamen día a día es mejor y mejor y mejor. La solución es facilísima: el municipio recibe el Parque que se lo devuelve sin objeciones ni resistencias a la Fundación en arrendamiento, nada de comodato, pero con condiciones, entre ellas tener asiento con uno o dos miembros en la Junta Directiva y poder utilizar las instalaciones cuando lo necesite, siempre y cuando no se cruce con las actividades del Festival. Eso es todo, no hay que hacer más nada para que el Festival continúe dándonos satisfacciones y en el futuro vengan gente de todo el mundo o de la Luna y de Marte, si es que hay vida en esos terrenos.

En mi calidad de vallenato y no se molesten mis paisanos villanueveros, que también son vallenatos les pido a las partes del conflicto, palabra muy de moda, que traten el asunto con cordialidad, sin prevenciones desprovistos de toda malicia y pendejadas y actúen con grandeza para bienestar de todos pero especialmente de esta magna fiesta que se llama Festival de la Leyenda Vallenata; acuérdense de Consuelo, Rafael, Andrés Becerra, Miriam Pupo y López y también de Andrés Pastrana, quien generosamente dio el billete para construir esta monumental obra y con el cual hemos sido injustos e ingratos. La Fundación está en mora de hacerle un justo reconocimiento.

Por José Aponte Martínez

Columnista
28 septiembre, 2018

Nunca falta una vaina

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José M. Aponte Martínez

Nunca falta una vaina y si falta la inventamos. Ese es mucho bololó, mucha algarabía, joropo, fundingue y perendengue que hay ahora, no hay que buscarle pelos blancos al burro negro, no hay que hacer oscuridad donde hay claridad, no hay que crear problemas donde todo es fácil. Esta introducción para referirme al show mediático […]


Nunca falta una vaina y si falta la inventamos. Ese es mucho bololó, mucha algarabía, joropo, fundingue y perendengue que hay ahora, no hay que buscarle pelos blancos al burro negro, no hay que hacer oscuridad donde hay claridad, no hay que crear problemas donde todo es fácil. Esta introducción para referirme al show mediático que han formado para la entrega y recibo del Parque de La Leyenda Vallenata de parte de la Fundación del Festival al municipio, por disposición tardía, requetetardía del Consejo de Estado porque nadie niega que la Fundación ha hecho del Festival Vallenato uno de los espectáculos más bonitos y famosos del mundo cultural y folclórico, negar eso es tratar de tapar el sol con las manos y nadie puede negar que el municipio es el dueño del Parque de La Leyenda; lo único que la gente, lo dice todo mundo crítica y comenta, es la forma como una familia ha manejado ese certamen y los recursos que de él se obtienen, al igual que otra familia muy poderosa se ha apoderado del que fue la mejor institución educativa de la ciudad, sin rendirle cuentas a nadie y manejarlo hasta tal punto que la gente cree que es de ellos.

El Festival Vallenato ha sido manejado muy bien por la Fundación y los resultados se ven, pues este certamen día a día es mejor y mejor y mejor. La solución es facilísima: el municipio recibe el Parque que se lo devuelve sin objeciones ni resistencias a la Fundación en arrendamiento, nada de comodato, pero con condiciones, entre ellas tener asiento con uno o dos miembros en la Junta Directiva y poder utilizar las instalaciones cuando lo necesite, siempre y cuando no se cruce con las actividades del Festival. Eso es todo, no hay que hacer más nada para que el Festival continúe dándonos satisfacciones y en el futuro vengan gente de todo el mundo o de la Luna y de Marte, si es que hay vida en esos terrenos.

En mi calidad de vallenato y no se molesten mis paisanos villanueveros, que también son vallenatos les pido a las partes del conflicto, palabra muy de moda, que traten el asunto con cordialidad, sin prevenciones desprovistos de toda malicia y pendejadas y actúen con grandeza para bienestar de todos pero especialmente de esta magna fiesta que se llama Festival de la Leyenda Vallenata; acuérdense de Consuelo, Rafael, Andrés Becerra, Miriam Pupo y López y también de Andrés Pastrana, quien generosamente dio el billete para construir esta monumental obra y con el cual hemos sido injustos e ingratos. La Fundación está en mora de hacerle un justo reconocimiento.

Por José Aponte Martínez