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Con la elección del nuevo alcalde de Chiriguaná, Juan Carlos García Mejía, en unas elecciones atípicas, se esperaría que se respiren nuevos aires en ese municipio, pero la situación fiscal no permite augurar grandes soluciones a los principales problemas de sus comunidades.
Con la elección del nuevo alcalde de Chiriguaná, Juan Carlos García Mejía, en unas elecciones atípicas, se esperaría que se respiren nuevos aires en ese municipio, pero la situación fiscal no permite augurar grandes soluciones a los principales problemas de sus comunidades.
Al nuevo alcalde se le ha escuchado hablar con optimismo, asumiendo serios compromisos y eso ha de ser lo ideal, no obstante, en un reciente informe publicado por EL PILÓN, el 29 de enero, dos meses antes de su elección, se pudo conocer que el municipio de Chiriguaná tiene deudas por valor de $61.895 millones y que estaba ad portas de declararse en quiebra.
“La situación es tan grave que el municipio declaró estar sin recursos para terminar de financiar algunas obras y para pagar a funcionarios, pues los ingresos corrientes de libre destinación, ICLD, son insuficientes para pagar los gastos en funcionamiento”, destacó ese informe basado en datos suministrados por la propia Secretaria de Hacienda de Chiriguaná.
A eso, y a muchos otros obstáculos, se enfrenta el recién elegido mandatario, a una crítica situación financiera en razón a que, según las explicaciones de la Secretaría de Hacienda, “el municipio gasta más de lo que recibe”. Por ahí es por donde debería comenzar su gestión, tal es la de cuadrar caja, tarea nada fácil, pero urgente y necesaria.
Es irónico que Chiriguaná, considerado como uno de los municipios más ricos del Cesar por ser productor carbonífero, se encuentre endeudado y con déficit fiscal, lo cual contrasta con la percepción que tradicionalmente se tenía sobre su capacidad presupuestal.
Según se puede entrever en el informe entregado por la Secretaría de Hacienda, la crisis fiscal comenzó a agravarse desde el año 2023, eso hizo que Chiriguaná iniciara el 2024 con un déficit presupuestal de $28.000 millones, el cual “ocasionó que tuvieran más de 546 obligaciones en mora por más de 90 días, cuyo valor asciende a $27.441 millones”.
Fue así como los pasivos superaron los $29.430 millones que Chiriguaná recibió en los últimos cuatro años por concepto de regalías provenientes de la producción y explotación de carbón.
También se pudo conocer que, en agosto de 2024, el municipio inició un proceso de acuerdo de reestructuración de pasivos bajo la Ley 550 con el fin de adelantar negociaciones con los acreedores e impedir que las cuentas no fuesen embargadas, tema que ahora debe revisar con lupa el actual alcalde para garantizar buenos resultados para los intereses de todos los chiriguaneros.
Como se puede ver, el camino es culebrero para el alcalde García, quien además tendrá en su contra el tiempo, debido a que su mandato será de un poco menos de tres años, pero a eso se sometió y por ende se espera que esté en la capacidad de aprovechar al máximo los 33 meses para los que fue elegido en reemplazo de José Carmelo Galiano, quien fue condenado y destituido del cargo en noviembre de 2024.
El nuevo mandatario está obligado a ingeniárselas con gestiones efectivas ante el gobierno departamental y también en el orden nacional para conseguir recursos importantes que le permitan dejar su propio sello y solucionar los principales problemas de Chiriguaná, porque visto está que con recursos del municipio es poco lo que podrá hacer.
Es un compromiso grande el que acaba de asumir el alcalde Juan Carlos García Mejía frente a las 8.098 personas que depositaron su confianza en él al elegirlo en ese cargo, pero que ahora tendrá que responderle a todo el pueblo chiriguanero en general.
Con la elección del nuevo alcalde de Chiriguaná, Juan Carlos García Mejía, en unas elecciones atípicas, se esperaría que se respiren nuevos aires en ese municipio, pero la situación fiscal no permite augurar grandes soluciones a los principales problemas de sus comunidades.
Con la elección del nuevo alcalde de Chiriguaná, Juan Carlos García Mejía, en unas elecciones atípicas, se esperaría que se respiren nuevos aires en ese municipio, pero la situación fiscal no permite augurar grandes soluciones a los principales problemas de sus comunidades.
Al nuevo alcalde se le ha escuchado hablar con optimismo, asumiendo serios compromisos y eso ha de ser lo ideal, no obstante, en un reciente informe publicado por EL PILÓN, el 29 de enero, dos meses antes de su elección, se pudo conocer que el municipio de Chiriguaná tiene deudas por valor de $61.895 millones y que estaba ad portas de declararse en quiebra.
“La situación es tan grave que el municipio declaró estar sin recursos para terminar de financiar algunas obras y para pagar a funcionarios, pues los ingresos corrientes de libre destinación, ICLD, son insuficientes para pagar los gastos en funcionamiento”, destacó ese informe basado en datos suministrados por la propia Secretaria de Hacienda de Chiriguaná.
A eso, y a muchos otros obstáculos, se enfrenta el recién elegido mandatario, a una crítica situación financiera en razón a que, según las explicaciones de la Secretaría de Hacienda, “el municipio gasta más de lo que recibe”. Por ahí es por donde debería comenzar su gestión, tal es la de cuadrar caja, tarea nada fácil, pero urgente y necesaria.
Es irónico que Chiriguaná, considerado como uno de los municipios más ricos del Cesar por ser productor carbonífero, se encuentre endeudado y con déficit fiscal, lo cual contrasta con la percepción que tradicionalmente se tenía sobre su capacidad presupuestal.
Según se puede entrever en el informe entregado por la Secretaría de Hacienda, la crisis fiscal comenzó a agravarse desde el año 2023, eso hizo que Chiriguaná iniciara el 2024 con un déficit presupuestal de $28.000 millones, el cual “ocasionó que tuvieran más de 546 obligaciones en mora por más de 90 días, cuyo valor asciende a $27.441 millones”.
Fue así como los pasivos superaron los $29.430 millones que Chiriguaná recibió en los últimos cuatro años por concepto de regalías provenientes de la producción y explotación de carbón.
También se pudo conocer que, en agosto de 2024, el municipio inició un proceso de acuerdo de reestructuración de pasivos bajo la Ley 550 con el fin de adelantar negociaciones con los acreedores e impedir que las cuentas no fuesen embargadas, tema que ahora debe revisar con lupa el actual alcalde para garantizar buenos resultados para los intereses de todos los chiriguaneros.
Como se puede ver, el camino es culebrero para el alcalde García, quien además tendrá en su contra el tiempo, debido a que su mandato será de un poco menos de tres años, pero a eso se sometió y por ende se espera que esté en la capacidad de aprovechar al máximo los 33 meses para los que fue elegido en reemplazo de José Carmelo Galiano, quien fue condenado y destituido del cargo en noviembre de 2024.
El nuevo mandatario está obligado a ingeniárselas con gestiones efectivas ante el gobierno departamental y también en el orden nacional para conseguir recursos importantes que le permitan dejar su propio sello y solucionar los principales problemas de Chiriguaná, porque visto está que con recursos del municipio es poco lo que podrá hacer.
Es un compromiso grande el que acaba de asumir el alcalde Juan Carlos García Mejía frente a las 8.098 personas que depositaron su confianza en él al elegirlo en ese cargo, pero que ahora tendrá que responderle a todo el pueblo chiriguanero en general.