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Editorial - 24 julio, 2024

Nuestra música como instrumento de paz

Son válidas todas las opciones encaminadas a la búsqueda de la paz, en ese sentido valoramos el evento denominado ‘II Encuentro Pazllenato: Proclama de la Cultura Vallenata’ que recientemente se llevó a cabo en Valledupar.

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Son válidas todas las opciones encaminadas a la búsqueda de la paz, en ese sentido valoramos el evento denominado ‘II Encuentro Pazllenato: Proclama de la Cultura Vallenata’ que recientemente se llevó a cabo en Valledupar.

Esta segunda jornada contó con la participación de personas representativas de los sectores y entidades involucradas en la búsqueda de la paz, en la cual se evaluaron los avances logrados en el primer encuentro en el que “se constituyeron tejidos de resistencia contra la indiferencia y la omisión”. Notable la asistencia numerosa del público, eso connota el alto grado de sensibilidad que despierta el tema.

Uno de los objetivos fue “reconectar las regiones con los procesos de diálogos para la paz”, para ello se contó con invitados internacionales, quienes, a través de ponencias, profundizaron en la exploración de conocimientos y experiencias relacionadas con la construcción de paz en países árabes y asiáticos. Interesantes las participaciones del jefe de la misión diplomática de la embajada Saharaui en Colombia, Hauri Ahmed Moulud; el experto en Estudios Internacionales en Paz, Conflicto y Desarrollo, José Leonar Botero Martínez; Leire Ha, gerente de la sucursal IWPG (Internacional Women’s Peace Group); Karin Dodic, directora de Alkado y representante de la Cámara de Comercio de Primorska, Eslovenia, para América Latina; Clara López Obregón, senadora de Colombia; Antonio Sanguino, exsenador; Luis Mendoza Sierra, politólogo y periodista; y el historiador, poeta, abogado, escritor y compositor Tomás Darío Gutiérrez. Se hizo énfasis en la necesidad de lograr que las víctimas perdonen a sus victimarios, tras considerar que “el camino más corto y melódico para llegar a la paz es la música”.

Consideramos que este tipo de ejercicios marcan diferencias especiales si se tiene en cuenta que nuestra música vallenata tiene sus raíces en la mezcla de culturas indígenas, africanas y españolas, esta fusión cultural se refleja en las letras de las canciones que a menudo cuentan historias de amor, desamor, lucha y esperanza. En este sentido, el vallenato es el reflejo de la vida cotidiana de los colombianos y sus relatos pueden servir para expresar emociones y experiencias compartidas, lo cual podría ayudar a encontrar puntos en común y fomentar un entendimiento mutuo, de diálogo y reconciliación.

Importante que se comience a mirar a nuestro folclor vallenato como un instrumento de paz, pero eso trae consigo un compromiso mayor para nuestros artistas, quienes tendrán que asumir la responsabilidad de influir positivamente en la sociedad, promoviendo mensajes de paz con canciones que hablen de reconciliación, tolerancia y de convivencia pacífica, con ello pueden inspirar a sus seguidores a adoptar estos valores en su vida diaria.

Como complemento, se deberían fomentar talleres de música vallenata para jóvenes en comunidades afectadas por el conflicto, eso podría ser un buen mecanismo para la rehabilitación y la reintegración social.
Justo este miércoles 24 de julio, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, durante su visita a Valledupar anunció el lanzamiento de la convocatoria ‘Mejores Proveedores en Destinos de Paz’ en la que fue priorizado el departamento del Cesar. Otro ingrediente para trabajar unidos por la pacificación de nuestros territorios.

Editorial
24 julio, 2024

Nuestra música como instrumento de paz

Son válidas todas las opciones encaminadas a la búsqueda de la paz, en ese sentido valoramos el evento denominado ‘II Encuentro Pazllenato: Proclama de la Cultura Vallenata’ que recientemente se llevó a cabo en Valledupar.


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Son válidas todas las opciones encaminadas a la búsqueda de la paz, en ese sentido valoramos el evento denominado ‘II Encuentro Pazllenato: Proclama de la Cultura Vallenata’ que recientemente se llevó a cabo en Valledupar.

Esta segunda jornada contó con la participación de personas representativas de los sectores y entidades involucradas en la búsqueda de la paz, en la cual se evaluaron los avances logrados en el primer encuentro en el que “se constituyeron tejidos de resistencia contra la indiferencia y la omisión”. Notable la asistencia numerosa del público, eso connota el alto grado de sensibilidad que despierta el tema.

Uno de los objetivos fue “reconectar las regiones con los procesos de diálogos para la paz”, para ello se contó con invitados internacionales, quienes, a través de ponencias, profundizaron en la exploración de conocimientos y experiencias relacionadas con la construcción de paz en países árabes y asiáticos. Interesantes las participaciones del jefe de la misión diplomática de la embajada Saharaui en Colombia, Hauri Ahmed Moulud; el experto en Estudios Internacionales en Paz, Conflicto y Desarrollo, José Leonar Botero Martínez; Leire Ha, gerente de la sucursal IWPG (Internacional Women’s Peace Group); Karin Dodic, directora de Alkado y representante de la Cámara de Comercio de Primorska, Eslovenia, para América Latina; Clara López Obregón, senadora de Colombia; Antonio Sanguino, exsenador; Luis Mendoza Sierra, politólogo y periodista; y el historiador, poeta, abogado, escritor y compositor Tomás Darío Gutiérrez. Se hizo énfasis en la necesidad de lograr que las víctimas perdonen a sus victimarios, tras considerar que “el camino más corto y melódico para llegar a la paz es la música”.

Consideramos que este tipo de ejercicios marcan diferencias especiales si se tiene en cuenta que nuestra música vallenata tiene sus raíces en la mezcla de culturas indígenas, africanas y españolas, esta fusión cultural se refleja en las letras de las canciones que a menudo cuentan historias de amor, desamor, lucha y esperanza. En este sentido, el vallenato es el reflejo de la vida cotidiana de los colombianos y sus relatos pueden servir para expresar emociones y experiencias compartidas, lo cual podría ayudar a encontrar puntos en común y fomentar un entendimiento mutuo, de diálogo y reconciliación.

Importante que se comience a mirar a nuestro folclor vallenato como un instrumento de paz, pero eso trae consigo un compromiso mayor para nuestros artistas, quienes tendrán que asumir la responsabilidad de influir positivamente en la sociedad, promoviendo mensajes de paz con canciones que hablen de reconciliación, tolerancia y de convivencia pacífica, con ello pueden inspirar a sus seguidores a adoptar estos valores en su vida diaria.

Como complemento, se deberían fomentar talleres de música vallenata para jóvenes en comunidades afectadas por el conflicto, eso podría ser un buen mecanismo para la rehabilitación y la reintegración social.
Justo este miércoles 24 de julio, el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Carlos Reyes, durante su visita a Valledupar anunció el lanzamiento de la convocatoria ‘Mejores Proveedores en Destinos de Paz’ en la que fue priorizado el departamento del Cesar. Otro ingrediente para trabajar unidos por la pacificación de nuestros territorios.