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Columnista - 4 noviembre, 2015

Nos empelotarán en las calles

La inseguridad en Valledupar está llegando a los oscuros terrenos del terror y no vengamos con el cuento de que la Policía tiene la culpa. La culpa la tenemos nosotros por temor a denunciar los hechos. Los atracos están a la vuelta de la esquina. Muchas personas son víctimas de esta modalidad de delitos cada […]

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La inseguridad en Valledupar está llegando a los oscuros terrenos del terror y no vengamos con el cuento de que la Policía tiene la culpa. La culpa la tenemos nosotros por temor a denunciar los hechos. Los atracos están a la vuelta de la esquina. Muchas personas son víctimas de esta modalidad de delitos cada día, el tenebroso cuchillo, el revólver y un puñal a cualquier hora hieren, intimidan o matan. Cerca de la Plaza Alfonso López, en el Callejón de La Estrella y calles aledañas, atracan a cada rato y nadie vio ni dice nada por miedo. Algunos mototaxistas están atracando a cualquier hora y no son denunciados por falta de coraje.

La Policía en cabeza de su comandante el coronel Faiber Martínez y el subcomandante Jorge Urquijo, trabajan incansablemente, investigan, hacen esfuerzos, capturan, persiguen y se los entregan a los jueces y lo más grave es que estos los sueltan. La ciudad ha crecido, la delincuencia además de matona es numerosa, fresca y cascarera.

¿Qué se puede hacer? Lo más original es llamar a la prevención, a no llevar objetos de valor, no hablar por celular en la calle, a no dar “papaya”, a tener valor civil, a ser solidarios, igual se tendrá que examinar si el pie de fuerza policial es realmente suficiente en esta ciudad, que ni se sabe ciertamente cuántos habitantes tiene, un día van a tener que salir desnudos, para que no los empeloten en la calle.

Y como es mi costumbre, trataré otro temita, y esto va para el nuevo alcalde. ¿Qué hacemos con los vendedores ambulantes? Esta es una buena pregunta. Me preocupa profundamente el futuro de las numerosas personas que viven en la calle, ganándose el sustento honradamente, en ventas, cuidando o lavando carros.

Yo también quisiera vivir en una ciudad donde no se me lancen en las esquinas a venderme cosas, limpiarme los vidrios, pedirme limosna, pero la realidad es otra y considero que todas las personas tienen derecho a buscar el diario para ellos y sus familias. Sé que no es fácil darle solución inmediata a este problema social tan grave, sencillamente porque no hay recursos. ¿Será que la idea es crear centros de exterminio para los pobres? No es fácil apoyar estas medidas de desalojo, pienso que algunas de esas personas se verán obligadas a recurrir al atraco. Pero de todas maneras hay que buscarle solución.
POSTDATA
La cultura ciudadana es vital.

Columnista
4 noviembre, 2015

Nos empelotarán en las calles

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

La inseguridad en Valledupar está llegando a los oscuros terrenos del terror y no vengamos con el cuento de que la Policía tiene la culpa. La culpa la tenemos nosotros por temor a denunciar los hechos. Los atracos están a la vuelta de la esquina. Muchas personas son víctimas de esta modalidad de delitos cada […]


La inseguridad en Valledupar está llegando a los oscuros terrenos del terror y no vengamos con el cuento de que la Policía tiene la culpa. La culpa la tenemos nosotros por temor a denunciar los hechos. Los atracos están a la vuelta de la esquina. Muchas personas son víctimas de esta modalidad de delitos cada día, el tenebroso cuchillo, el revólver y un puñal a cualquier hora hieren, intimidan o matan. Cerca de la Plaza Alfonso López, en el Callejón de La Estrella y calles aledañas, atracan a cada rato y nadie vio ni dice nada por miedo. Algunos mototaxistas están atracando a cualquier hora y no son denunciados por falta de coraje.

La Policía en cabeza de su comandante el coronel Faiber Martínez y el subcomandante Jorge Urquijo, trabajan incansablemente, investigan, hacen esfuerzos, capturan, persiguen y se los entregan a los jueces y lo más grave es que estos los sueltan. La ciudad ha crecido, la delincuencia además de matona es numerosa, fresca y cascarera.

¿Qué se puede hacer? Lo más original es llamar a la prevención, a no llevar objetos de valor, no hablar por celular en la calle, a no dar “papaya”, a tener valor civil, a ser solidarios, igual se tendrá que examinar si el pie de fuerza policial es realmente suficiente en esta ciudad, que ni se sabe ciertamente cuántos habitantes tiene, un día van a tener que salir desnudos, para que no los empeloten en la calle.

Y como es mi costumbre, trataré otro temita, y esto va para el nuevo alcalde. ¿Qué hacemos con los vendedores ambulantes? Esta es una buena pregunta. Me preocupa profundamente el futuro de las numerosas personas que viven en la calle, ganándose el sustento honradamente, en ventas, cuidando o lavando carros.

Yo también quisiera vivir en una ciudad donde no se me lancen en las esquinas a venderme cosas, limpiarme los vidrios, pedirme limosna, pero la realidad es otra y considero que todas las personas tienen derecho a buscar el diario para ellos y sus familias. Sé que no es fácil darle solución inmediata a este problema social tan grave, sencillamente porque no hay recursos. ¿Será que la idea es crear centros de exterminio para los pobres? No es fácil apoyar estas medidas de desalojo, pienso que algunas de esas personas se verán obligadas a recurrir al atraco. Pero de todas maneras hay que buscarle solución.
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La cultura ciudadana es vital.