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Columnista - 22 marzo, 2020

Nombres raros…bastante raros

Lejos estoy de querer burlarme, pero no puedo dejar de sentirme sorprendido con algunos nombres que en una lista confeccionada a través de los años posee un buen amigo que ha solicitado reserva, lo que cumplo en el entendido que me hizo referencia al primero de los suyos, pero sospechando que solo quería ocultar el […]

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Lejos estoy de querer burlarme, pero no puedo dejar de sentirme sorprendido con algunos nombres que en una lista confeccionada a través de los años posee un buen amigo que ha solicitado reserva, lo que cumplo en el entendido que me hizo referencia al primero de los suyos, pero sospechando que solo quería ocultar el segundo, que es de antología: Oczoro.

Son veintiséis y estudié uno por uno, tratando de encontrar la fuente nutricia o esclarecer el motivo que llevó a esos indolentes padres a nombrar así a sus vástagos. Miremos: Fridolín de Jesús. Indudablemente ese progenitor era un buen lector, pues el nombre se originó en un cuento: “Fridolín el Bueno y Thierry, el malo”, del alemán Cristóbal Schmid… ¿Pero en qué pensaba aquel que puso a su inocente hijita Asnicia? El diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que es referente a un asno o burro. Kamisan Texoa es mejicano, de la lengua Nahuatl, pero puesto o a un paisa de todo el maíz suena como extravagante.

Por mucho que investigué no pude encontrar a Wiltergardo, a Cúrdenes ni Ausirmila, ni entiendo por qué a alguien lo pudieron haber bautizado Epitafio, Erótido, o Arnulbio Destrocio.

Adoración del Mar Caribe y Africa Cartagena de Indias son dos cartageneras a las que me imagino llamarán cariñosa y sintéticamente Ado y Afri.

Pedanio Dioscórides Anazarbeo nació en Cilicia por los tiempos de Galeno. De él sustrajeron en forma indolora su segundo nombre y se lo pusieron sin muestras de culpa a un cristiano.

¿Y qué tal Farca Meris? Lo primero que se me vino a la mente fue que era hija de algún miembro o admirador o algo así de las Farc, pero no. Es o era la razón social de una compañía de aviación agrícola que operaba por sus vecindades.

Ni en la red de redes, con sus millones de páginas, encontré a Perdulina, pero sí hallé que Imperia, segundo nombre de una Dolores, es una ciudad de unos cuarenta mil habitantes en la región de Liguria (Italia).

Austraberta existe, es una persona común y corriente pero definitivamente su nombre no, y pronunciarlo debe arrancar una que otra sonrisa.

Pragedis: veo que se da bastante en México y Venezuela, pero de verdad, por estos lados, es la primera vez que lo advierto.

Keinlee Grisol es japonés, pero si se le regala a un Hernández, no se encuentra la relación con facilidad.

Ploquinta: nuevamente derrotado el buscador más completo del mundo, el Google, y apareció la consabida frasecita: “Su búsqueda –Ploquinta- no produjo ningún documento”.

Herinarco: en este bendito país han debido abstenerse de motearlo así, ya que un inocente guión lo haría víctima, como mínimo, de sospechas y hasta la visa americana habrían de negarle: Heri-Narco.

Erótido: Le conseguí un tocayo por allá en Piura (Perú), de apellido Fiesta.

Emerenciana: Sin comentario.

Ahora bien, sé que existe gente en este planeta que se llama Usnavy (por la Armada norteamericana: U.S Navy) o Gualdisney (pronunciación castellana de Walt Disney).

Yarisleidis, Yenisei, Yirianis, Yosenqui, Yunieski…son citados por el columnista de “El Habanero”, Michel Contreras, en un escrito suyo titulado “Fatalismo Nominal”. Hace también referencia a los nombres compuestos, por ejemplo, Magdali (por Magdalena y Lino).

Walinan, el hijo de Walberto y Nancy, debe tener ya unos treinta años. Mi ahijada Hader Nut casi no es bautizada por el Padre Prieto, hasta que no le adicionamos María.

Columnista
22 marzo, 2020

Nombres raros…bastante raros

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime García Chadid.

Lejos estoy de querer burlarme, pero no puedo dejar de sentirme sorprendido con algunos nombres que en una lista confeccionada a través de los años posee un buen amigo que ha solicitado reserva, lo que cumplo en el entendido que me hizo referencia al primero de los suyos, pero sospechando que solo quería ocultar el […]


Lejos estoy de querer burlarme, pero no puedo dejar de sentirme sorprendido con algunos nombres que en una lista confeccionada a través de los años posee un buen amigo que ha solicitado reserva, lo que cumplo en el entendido que me hizo referencia al primero de los suyos, pero sospechando que solo quería ocultar el segundo, que es de antología: Oczoro.

Son veintiséis y estudié uno por uno, tratando de encontrar la fuente nutricia o esclarecer el motivo que llevó a esos indolentes padres a nombrar así a sus vástagos. Miremos: Fridolín de Jesús. Indudablemente ese progenitor era un buen lector, pues el nombre se originó en un cuento: “Fridolín el Bueno y Thierry, el malo”, del alemán Cristóbal Schmid… ¿Pero en qué pensaba aquel que puso a su inocente hijita Asnicia? El diccionario de la Real Academia de la Lengua dice que es referente a un asno o burro. Kamisan Texoa es mejicano, de la lengua Nahuatl, pero puesto o a un paisa de todo el maíz suena como extravagante.

Por mucho que investigué no pude encontrar a Wiltergardo, a Cúrdenes ni Ausirmila, ni entiendo por qué a alguien lo pudieron haber bautizado Epitafio, Erótido, o Arnulbio Destrocio.

Adoración del Mar Caribe y Africa Cartagena de Indias son dos cartageneras a las que me imagino llamarán cariñosa y sintéticamente Ado y Afri.

Pedanio Dioscórides Anazarbeo nació en Cilicia por los tiempos de Galeno. De él sustrajeron en forma indolora su segundo nombre y se lo pusieron sin muestras de culpa a un cristiano.

¿Y qué tal Farca Meris? Lo primero que se me vino a la mente fue que era hija de algún miembro o admirador o algo así de las Farc, pero no. Es o era la razón social de una compañía de aviación agrícola que operaba por sus vecindades.

Ni en la red de redes, con sus millones de páginas, encontré a Perdulina, pero sí hallé que Imperia, segundo nombre de una Dolores, es una ciudad de unos cuarenta mil habitantes en la región de Liguria (Italia).

Austraberta existe, es una persona común y corriente pero definitivamente su nombre no, y pronunciarlo debe arrancar una que otra sonrisa.

Pragedis: veo que se da bastante en México y Venezuela, pero de verdad, por estos lados, es la primera vez que lo advierto.

Keinlee Grisol es japonés, pero si se le regala a un Hernández, no se encuentra la relación con facilidad.

Ploquinta: nuevamente derrotado el buscador más completo del mundo, el Google, y apareció la consabida frasecita: “Su búsqueda –Ploquinta- no produjo ningún documento”.

Herinarco: en este bendito país han debido abstenerse de motearlo así, ya que un inocente guión lo haría víctima, como mínimo, de sospechas y hasta la visa americana habrían de negarle: Heri-Narco.

Erótido: Le conseguí un tocayo por allá en Piura (Perú), de apellido Fiesta.

Emerenciana: Sin comentario.

Ahora bien, sé que existe gente en este planeta que se llama Usnavy (por la Armada norteamericana: U.S Navy) o Gualdisney (pronunciación castellana de Walt Disney).

Yarisleidis, Yenisei, Yirianis, Yosenqui, Yunieski…son citados por el columnista de “El Habanero”, Michel Contreras, en un escrito suyo titulado “Fatalismo Nominal”. Hace también referencia a los nombres compuestos, por ejemplo, Magdali (por Magdalena y Lino).

Walinan, el hijo de Walberto y Nancy, debe tener ya unos treinta años. Mi ahijada Hader Nut casi no es bautizada por el Padre Prieto, hasta que no le adicionamos María.