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Columnista - 21 septiembre, 2010

No se trata de exigir el perdón, ni aceptar la impunidad

Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Lo  que   voy  a  solicitarles,  en  ningún  momento  se   trata  de  exigir   perdón  ni  de  aceptar la  impunidad;  se  trata  de obligar  a   desarmar  los  espíritus  en  busca  de  un   comportamiento  pacifico,  que  nos  lleve a todos  a  conseguir  ese  país,   esa  región  que  tanto  anhelamos,  es  decir  la  […]

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Y ADEMAS……..

Por: ALBERTO HERAZO P.

Lo  que   voy  a  solicitarles,  en  ningún  momento  se   trata  de  exigir   perdón  ni  de  aceptar la  impunidad;  se  trata  de obligar  a   desarmar  los  espíritus  en  busca  de  un   comportamiento  pacifico,  que  nos  lleve a todos  a  conseguir  ese  país,   esa  región  que  tanto  anhelamos,  es  decir  la  Colombia y   nuestro Cesar  que  merecen  todos   los   niños  cuando  llegan a  este   mundo  y  todo  adulto  criado  con  los  derechos  de  un  ser humano.
Esta  columna es  para  todas  aquellas  personas que  han  sufrido personalmente   el  dolor  de  ver  partir,  por  voluntad  de  otro  humano  y   no  de  Dios,  a  un  ser  querido,  deseando   evitar   que   muchos  pasen   por  igual  sufrimiento.
Aquí  hay   muchos papás,  madres   o  esposos  que  no  quieren que  otros hijos  pasen por  la  angustia de   quedarse sin  su   ser   querido   llámese padre,  madre,  y   menos  que   su mente  guarde  odio,  rencor   o  deseo  de  venganza.
Pretendo   llegar   con esta idea  a  cada  corazón,  no importa de quien sea,  para  obligar  a  cada cual  que  deje  el  arma    que  asesina;  y   si  al  comienzo  no  es   capaz  de  tender  la   mano,  al  menos   que  sienta  que nadie  le  apoya en  su  violencia.
Es  el  padre,  la  madre,  la  hermana,  la esposa, empeñada  en  enseñar el  dialogo,  en  vez de la  guerra;  es  la  mujer  consiente  en su   responsabilidad de  educar   hacia  la  paz  a  los  hijos,  la   maestra a  sus  alumnos, el jefe  a  sus  empleados, el  superior  a  los  que  tiene  a  su cargo.
Es  la  labor  que  pretende  lograr  el éxito  gracias  al afecto y  solidaridad. El  afecto  y  la  bondad de  los   sentimientos  no significa  que  se  acepte  impunidad. Todo  lo contrario.
El trabajo  no  es fácil,  porque se  ha  hecho   tanto  daño  y  a tanta  gente  que es  imposible   pensar que  cada  persona herida  esté   dispuesta  a  predicar  la  paz,  cuando ella  misma no  la  siente.  Sin  embargo  estoy   seguro de  que  la bondad de  cada  cual y  ese  anhelo  de  que   nadie   la  suceda lo que  otras   personas  han  vivido  será   tan fuerte, que cada  cual logrará sobreponerse  a  sus propios  obstáculos  y  a los   que se  encuentran  en el camino.
Comencemos  a trabajar  porque  se nos  hace  tarde  conseguir  la  paz.

ALGUNOS   CONSEJITOS

Para   el mantenimiento  del clima  y lenguaje  civilizado para la próxima  contienda  electoral, son requisitos ineludibles  por parte  de  algunas  personas  la  supresión  de  las ofensas inaceptables  y el respecto mutuo  entre  los contendores y no contendores. No podemos seguir usando ese  viejo método rastrero  que han  usado  algunos elementos  reconocidos  de  esta  ciudad, lleno  de odios  contra   todo el mundo.  Ya   comenzaron   con el  candidato  Gonzalo  Gómez, y  esto  hay  que rechazarlo.
Dejemos  igualmente tanta  envidia, no  jodamos  a  nuestros gobernantes, nada  más   que  por  atacarlos  sin  ninguna justificación.  No estoy  en contra  de  la crítica cuando se haga  de  manera  constructiva, con altura  y justificada.
Aquí parece  que  algunos  personajes gozaran  con el dolor  ajeno.  Basta  ya.
Otra  aclaración  y es  que muchas  de  mis  solicitudes hechas  a ciertos  funcionarios, JUSTIFICADAS, no  es   con el ánimo  de  ser  agua  fiestas, todo lo contrario  para  ayudarlos,  para  orientarlos  y para   que hagan  las  cosas  bien. Igual  a  algunos  Jefes  de Prensas  de  algunas entidades de  que no se  conviertan  en simple informadores  de las gestiones, si no por el contrario, lean la prensa y donde se  encuentren  con alguna  solicitud a su jefe, hágansela llegar para  que tome  atenta nota de  las insinuaciones que se le hacen.  Y verán  que les  va  mejor.

POSDATA:  Algunos  amigos  míos  que tengo, sexagenarios  (como lo llama  el columnista  Luís  Augusto  González)  o  adultos  mayores  que se cuiden  cuando salgan  a coquetear  a ciertos  sitios  ya  que se exponen a  que le suministren espocolamina.  Tengo información precisa  que la  están echando, que  la  están echando.  Ojo  con esto. J.M.B.  Y  E.V.

Y   a   propósito  será  que  Alumbrado  Público  solucionó  el problema  de la  “oscuridad  reinante  en el trayecto  que va  del Puente  de Hurtado  al monumento  de  Las  Piloneras”,  sobre  la  que  tanto insiste  Luís   Augusto.

Columnista
21 septiembre, 2010

No se trata de exigir el perdón, ni aceptar la impunidad

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Alberto Herazo P.

Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Lo  que   voy  a  solicitarles,  en  ningún  momento  se   trata  de  exigir   perdón  ni  de  aceptar la  impunidad;  se  trata  de obligar  a   desarmar  los  espíritus  en  busca  de  un   comportamiento  pacifico,  que  nos  lleve a todos  a  conseguir  ese  país,   esa  región  que  tanto  anhelamos,  es  decir  la  […]


Y ADEMAS……..

Por: ALBERTO HERAZO P.

Lo  que   voy  a  solicitarles,  en  ningún  momento  se   trata  de  exigir   perdón  ni  de  aceptar la  impunidad;  se  trata  de obligar  a   desarmar  los  espíritus  en  busca  de  un   comportamiento  pacifico,  que  nos  lleve a todos  a  conseguir  ese  país,   esa  región  que  tanto  anhelamos,  es  decir  la  Colombia y   nuestro Cesar  que  merecen  todos   los   niños  cuando  llegan a  este   mundo  y  todo  adulto  criado  con  los  derechos  de  un  ser humano.
Esta  columna es  para  todas  aquellas  personas que  han  sufrido personalmente   el  dolor  de  ver  partir,  por  voluntad  de  otro  humano  y   no  de  Dios,  a  un  ser  querido,  deseando   evitar   que   muchos  pasen   por  igual  sufrimiento.
Aquí  hay   muchos papás,  madres   o  esposos  que  no  quieren que  otros hijos  pasen por  la  angustia de   quedarse sin  su   ser   querido   llámese padre,  madre,  y   menos  que   su mente  guarde  odio,  rencor   o  deseo  de  venganza.
Pretendo   llegar   con esta idea  a  cada  corazón,  no importa de quien sea,  para  obligar  a  cada cual  que  deje  el  arma    que  asesina;  y   si  al  comienzo  no  es   capaz  de  tender  la   mano,  al  menos   que  sienta  que nadie  le  apoya en  su  violencia.
Es  el  padre,  la  madre,  la  hermana,  la esposa, empeñada  en  enseñar el  dialogo,  en  vez de la  guerra;  es  la  mujer  consiente  en su   responsabilidad de  educar   hacia  la  paz  a  los  hijos,  la   maestra a  sus  alumnos, el jefe  a  sus  empleados, el  superior  a  los  que  tiene  a  su cargo.
Es  la  labor  que  pretende  lograr  el éxito  gracias  al afecto y  solidaridad. El  afecto  y  la  bondad de  los   sentimientos  no significa  que  se  acepte  impunidad. Todo  lo contrario.
El trabajo  no  es fácil,  porque se  ha  hecho   tanto  daño  y  a tanta  gente  que es  imposible   pensar que  cada  persona herida  esté   dispuesta  a  predicar  la  paz,  cuando ella  misma no  la  siente.  Sin  embargo  estoy   seguro de  que  la bondad de  cada  cual y  ese  anhelo  de  que   nadie   la  suceda lo que  otras   personas  han  vivido  será   tan fuerte, que cada  cual logrará sobreponerse  a  sus propios  obstáculos  y  a los   que se  encuentran  en el camino.
Comencemos  a trabajar  porque  se nos  hace  tarde  conseguir  la  paz.

ALGUNOS   CONSEJITOS

Para   el mantenimiento  del clima  y lenguaje  civilizado para la próxima  contienda  electoral, son requisitos ineludibles  por parte  de  algunas  personas  la  supresión  de  las ofensas inaceptables  y el respecto mutuo  entre  los contendores y no contendores. No podemos seguir usando ese  viejo método rastrero  que han  usado  algunos elementos  reconocidos  de  esta  ciudad, lleno  de odios  contra   todo el mundo.  Ya   comenzaron   con el  candidato  Gonzalo  Gómez, y  esto  hay  que rechazarlo.
Dejemos  igualmente tanta  envidia, no  jodamos  a  nuestros gobernantes, nada  más   que  por  atacarlos  sin  ninguna justificación.  No estoy  en contra  de  la crítica cuando se haga  de  manera  constructiva, con altura  y justificada.
Aquí parece  que  algunos  personajes gozaran  con el dolor  ajeno.  Basta  ya.
Otra  aclaración  y es  que muchas  de  mis  solicitudes hechas  a ciertos  funcionarios, JUSTIFICADAS, no  es   con el ánimo  de  ser  agua  fiestas, todo lo contrario  para  ayudarlos,  para  orientarlos  y para   que hagan  las  cosas  bien. Igual  a  algunos  Jefes  de Prensas  de  algunas entidades de  que no se  conviertan  en simple informadores  de las gestiones, si no por el contrario, lean la prensa y donde se  encuentren  con alguna  solicitud a su jefe, hágansela llegar para  que tome  atenta nota de  las insinuaciones que se le hacen.  Y verán  que les  va  mejor.

POSDATA:  Algunos  amigos  míos  que tengo, sexagenarios  (como lo llama  el columnista  Luís  Augusto  González)  o  adultos  mayores  que se cuiden  cuando salgan  a coquetear  a ciertos  sitios  ya  que se exponen a  que le suministren espocolamina.  Tengo información precisa  que la  están echando, que  la  están echando.  Ojo  con esto. J.M.B.  Y  E.V.

Y   a   propósito  será  que  Alumbrado  Público  solucionó  el problema  de la  “oscuridad  reinante  en el trayecto  que va  del Puente  de Hurtado  al monumento  de  Las  Piloneras”,  sobre  la  que  tanto insiste  Luís   Augusto.