Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Lo que voy a solicitarles, en ningún momento se trata de exigir perdón ni de aceptar la impunidad; se trata de obligar a desarmar los espíritus en busca de un comportamiento pacifico, que nos lleve a todos a conseguir ese país, esa región que tanto anhelamos, es decir la […]
Y ADEMAS……..
Por: ALBERTO HERAZO P.
Lo que voy a solicitarles, en ningún momento se trata de exigir perdón ni de aceptar la impunidad; se trata de obligar a desarmar los espíritus en busca de un comportamiento pacifico, que nos lleve a todos a conseguir ese país, esa región que tanto anhelamos, es decir la Colombia y nuestro Cesar que merecen todos los niños cuando llegan a este mundo y todo adulto criado con los derechos de un ser humano.
Esta columna es para todas aquellas personas que han sufrido personalmente el dolor de ver partir, por voluntad de otro humano y no de Dios, a un ser querido, deseando evitar que muchos pasen por igual sufrimiento.
Aquí hay muchos papás, madres o esposos que no quieren que otros hijos pasen por la angustia de quedarse sin su ser querido llámese padre, madre, y menos que su mente guarde odio, rencor o deseo de venganza.
Pretendo llegar con esta idea a cada corazón, no importa de quien sea, para obligar a cada cual que deje el arma que asesina; y si al comienzo no es capaz de tender la mano, al menos que sienta que nadie le apoya en su violencia.
Es el padre, la madre, la hermana, la esposa, empeñada en enseñar el dialogo, en vez de la guerra; es la mujer consiente en su responsabilidad de educar hacia la paz a los hijos, la maestra a sus alumnos, el jefe a sus empleados, el superior a los que tiene a su cargo.
Es la labor que pretende lograr el éxito gracias al afecto y solidaridad. El afecto y la bondad de los sentimientos no significa que se acepte impunidad. Todo lo contrario.
El trabajo no es fácil, porque se ha hecho tanto daño y a tanta gente que es imposible pensar que cada persona herida esté dispuesta a predicar la paz, cuando ella misma no la siente. Sin embargo estoy seguro de que la bondad de cada cual y ese anhelo de que nadie la suceda lo que otras personas han vivido será tan fuerte, que cada cual logrará sobreponerse a sus propios obstáculos y a los que se encuentran en el camino.
Comencemos a trabajar porque se nos hace tarde conseguir la paz.
Para el mantenimiento del clima y lenguaje civilizado para la próxima contienda electoral, son requisitos ineludibles por parte de algunas personas la supresión de las ofensas inaceptables y el respecto mutuo entre los contendores y no contendores. No podemos seguir usando ese viejo método rastrero que han usado algunos elementos reconocidos de esta ciudad, lleno de odios contra todo el mundo. Ya comenzaron con el candidato Gonzalo Gómez, y esto hay que rechazarlo.
Dejemos igualmente tanta envidia, no jodamos a nuestros gobernantes, nada más que por atacarlos sin ninguna justificación. No estoy en contra de la crítica cuando se haga de manera constructiva, con altura y justificada.
Aquí parece que algunos personajes gozaran con el dolor ajeno. Basta ya.
Otra aclaración y es que muchas de mis solicitudes hechas a ciertos funcionarios, JUSTIFICADAS, no es con el ánimo de ser agua fiestas, todo lo contrario para ayudarlos, para orientarlos y para que hagan las cosas bien. Igual a algunos Jefes de Prensas de algunas entidades de que no se conviertan en simple informadores de las gestiones, si no por el contrario, lean la prensa y donde se encuentren con alguna solicitud a su jefe, hágansela llegar para que tome atenta nota de las insinuaciones que se le hacen. Y verán que les va mejor.
POSDATA: Algunos amigos míos que tengo, sexagenarios (como lo llama el columnista Luís Augusto González) o adultos mayores que se cuiden cuando salgan a coquetear a ciertos sitios ya que se exponen a que le suministren espocolamina. Tengo información precisa que la están echando, que la están echando. Ojo con esto. J.M.B. Y E.V.
Y a propósito será que Alumbrado Público solucionó el problema de la “oscuridad reinante en el trayecto que va del Puente de Hurtado al monumento de Las Piloneras”, sobre la que tanto insiste Luís Augusto.
Y ADEMAS…….. Por: ALBERTO HERAZO P. Lo que voy a solicitarles, en ningún momento se trata de exigir perdón ni de aceptar la impunidad; se trata de obligar a desarmar los espíritus en busca de un comportamiento pacifico, que nos lleve a todos a conseguir ese país, esa región que tanto anhelamos, es decir la […]
Y ADEMAS……..
Por: ALBERTO HERAZO P.
Lo que voy a solicitarles, en ningún momento se trata de exigir perdón ni de aceptar la impunidad; se trata de obligar a desarmar los espíritus en busca de un comportamiento pacifico, que nos lleve a todos a conseguir ese país, esa región que tanto anhelamos, es decir la Colombia y nuestro Cesar que merecen todos los niños cuando llegan a este mundo y todo adulto criado con los derechos de un ser humano.
Esta columna es para todas aquellas personas que han sufrido personalmente el dolor de ver partir, por voluntad de otro humano y no de Dios, a un ser querido, deseando evitar que muchos pasen por igual sufrimiento.
Aquí hay muchos papás, madres o esposos que no quieren que otros hijos pasen por la angustia de quedarse sin su ser querido llámese padre, madre, y menos que su mente guarde odio, rencor o deseo de venganza.
Pretendo llegar con esta idea a cada corazón, no importa de quien sea, para obligar a cada cual que deje el arma que asesina; y si al comienzo no es capaz de tender la mano, al menos que sienta que nadie le apoya en su violencia.
Es el padre, la madre, la hermana, la esposa, empeñada en enseñar el dialogo, en vez de la guerra; es la mujer consiente en su responsabilidad de educar hacia la paz a los hijos, la maestra a sus alumnos, el jefe a sus empleados, el superior a los que tiene a su cargo.
Es la labor que pretende lograr el éxito gracias al afecto y solidaridad. El afecto y la bondad de los sentimientos no significa que se acepte impunidad. Todo lo contrario.
El trabajo no es fácil, porque se ha hecho tanto daño y a tanta gente que es imposible pensar que cada persona herida esté dispuesta a predicar la paz, cuando ella misma no la siente. Sin embargo estoy seguro de que la bondad de cada cual y ese anhelo de que nadie la suceda lo que otras personas han vivido será tan fuerte, que cada cual logrará sobreponerse a sus propios obstáculos y a los que se encuentran en el camino.
Comencemos a trabajar porque se nos hace tarde conseguir la paz.
Para el mantenimiento del clima y lenguaje civilizado para la próxima contienda electoral, son requisitos ineludibles por parte de algunas personas la supresión de las ofensas inaceptables y el respecto mutuo entre los contendores y no contendores. No podemos seguir usando ese viejo método rastrero que han usado algunos elementos reconocidos de esta ciudad, lleno de odios contra todo el mundo. Ya comenzaron con el candidato Gonzalo Gómez, y esto hay que rechazarlo.
Dejemos igualmente tanta envidia, no jodamos a nuestros gobernantes, nada más que por atacarlos sin ninguna justificación. No estoy en contra de la crítica cuando se haga de manera constructiva, con altura y justificada.
Aquí parece que algunos personajes gozaran con el dolor ajeno. Basta ya.
Otra aclaración y es que muchas de mis solicitudes hechas a ciertos funcionarios, JUSTIFICADAS, no es con el ánimo de ser agua fiestas, todo lo contrario para ayudarlos, para orientarlos y para que hagan las cosas bien. Igual a algunos Jefes de Prensas de algunas entidades de que no se conviertan en simple informadores de las gestiones, si no por el contrario, lean la prensa y donde se encuentren con alguna solicitud a su jefe, hágansela llegar para que tome atenta nota de las insinuaciones que se le hacen. Y verán que les va mejor.
POSDATA: Algunos amigos míos que tengo, sexagenarios (como lo llama el columnista Luís Augusto González) o adultos mayores que se cuiden cuando salgan a coquetear a ciertos sitios ya que se exponen a que le suministren espocolamina. Tengo información precisa que la están echando, que la están echando. Ojo con esto. J.M.B. Y E.V.
Y a propósito será que Alumbrado Público solucionó el problema de la “oscuridad reinante en el trayecto que va del Puente de Hurtado al monumento de Las Piloneras”, sobre la que tanto insiste Luís Augusto.